La economía necesita más tasa de interés para aceptar el riesgo de exceso de pesos

Tras dos meses de “bandoneón” monetario, en la primera quincena de junio hubo más control por parte del BCRA, ante una mayor y más rápida absorción que en abril y mayo

El Banco Central se constituyó en la principal fuente de financiamiento del Tesoro (EFE)

La base monetaria promedio de la primera quincena de junio fue menor a la de las primeras quincenas de los últimos dos meses, buscando mayor control monetario. Igual hubo nuevamente expansión de dinero por $204 mil millones (de los cuales $158 mil millones fueron por asistencia fiscal y el resto por compra de reservas e intereses de deuda, aunque con una absorción de unos $234 mil millones. Esto último, sumado a la suba de tasas para “todos y todas” a casi el 30% y a nuevos controles cambiarios, generó una caída del contado con liqui, y por ende de la brecha con el tipi de cambio mayorista.

De hecho, en este marco, de control monetario, mayores restricciones cambiarias y suba de tasas de interés, el BCRA pudo comprar dólares comerciales, a exportadores, neta de ventas a importadores, por USD 900 millones, recuperando los USD 1.000 que vendió en mayo. Corolario: claramente la economía “necesita más tasa para aceptar el riesgo del excedente de pesos”. No obstante, y volviendo puntualmente a la caída de la brecha, se debe decir que se lo entiende como un movimiento transitorio tanto por motivos monetarios, como de la economía real.

Dentro de las causas monetarias, está la montaña de pesos que se avecina dada por el déficit fiscal proyectado hasta fin de año, que sumado al pago de intereses de la deuda del BCRA y una probable normalización de la demanda precautoria de billetes y monedas, sumarían una liquidez adicional de otro billón de pesos.

Mientras que, por el lado de los factores reales, se destacan: la caída de las reservas de libre disponibilidad (menores hoy a USD 7.000 millones), la retención de exportaciones (cosecha), y la mayor demanda de permisos de importaciones.

En lo que va del año hubo una emisión bruta de $1,27 billones, de los cuales $200 mil millones fueron a base monetaria, y que están en circulación como billetes y monedas como demanda precautoria; y el resto -unos $1,07 billones- terminó absorbiéndose con operaciones de Pases y Leliqs, las cuales en conjunto alcanzaron casi una relación de 1 a 1 entre Base Monetaria y deuda del BCRA.

Política laxa del Banco Central

Pero la emisión no terminó. En los próximos meses continuará la dominancia fiscal sobre el BCRA, a similitud de lo visto en el primer semestre. El déficit fiscal y la falta de financiamiento genuino continuarían exigiendo la impresión de dinero a máxima velocidad. Sin ir más lejos, cabe esperar que hasta fin de año el desequilibrio primario sume otros $700 mil millones. Hasta mayo habría alcanzado a $685 mil millones, y un déficit proyectado del 4,5% del PBI para el año.

A la par, habría que sumar a la asistencia fiscal el pago de intereses de la deuda del BCRA por pesos, unos $50 mil millones al mes (sin pensar en suba de tasa).

Habría que sumar a la asistencia fiscal el pago de intereses de la deuda del BCRA por pesos, unos $50 mil millones al mes (sin pensar en suba de tasa)

¿Dónde terminaría esta nueva montaña de dinero? De querer mantener un delgado equilibrio para la brecha, el Central tendría que ir subiendo la tasa de interés y absorber el exceso de dinero. Entonces, las Leliq y Pases, hoy casi en $2,2 billones, alcanzaría a más de $3 billones, o el equivalente a 1,5 veces la base monetaria.

No obstante, y en base a este último número, hay que recordar que en 2018 (no hace mucho) el BCRA comenzó a tener problemas con Leliqs cuando habían alcanzado el equivalente a 110% de la cantidad primaria de dinero. Los depositantes empezaron a irse, proceso que luego terminó en una violenta caída de reservas (que además hoy no hay), y abrupta suba de inflación.

El autor es Economista en Jefe de Portfolio Personal Inversiones (PPI)

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