Las sombra de un nuevo Paul Singer: Argentina deberá evitar que renazcan los holdouts tras la reestructuración de la deuda

La prioridad para el Gobierno no necesariamente debería concentrarse en lograr un nivel de endeudamiento sostenible, sino evitar “buitres” que obliguen a colocar nuevos bonos para poder pagar sentencias judiciales en Nueva York

Guardar
El ministro de Economía, Martín
El ministro de Economía, Martín Guzmán, busca lentamente acercarse a las pretensiones de los bonistas (Reuters)

La reestructuración de la deuda soberana internacional muy pronto tendrá una resolución. El Gobierno presentará en los próximos días una nueva Oferta de Canje y buscará un alto porcentaje de participación para evitar complicaciones futuras en las cortes neoyorquinas iniciadas por fondos e inversores minoristas. Pero esta pronta resolución no necesariamente significa que Argentina logre su objetivo de tener una deuda que sea sostenible en el tiempo. Muchos acreedores probablemente optarán por no aceptar la nueva Oferta de Canje y se convertirán en los “nuevos holdouts” quienes seguirán los pasos de la primera generación de bonistas que litigaron contra el país durante 2003 y 2016 por el default de Rodríguez Saa, a comienzos de siglo.

En 2005, la República Argentina reestructuró su deuda soberana internacional logrando un nivel de aceptación cercano al 70%. Cinco años más tarde ofreció a aquellos que no habían ingresado en el canje inicial la posibilidad de aceptar la reapertura y les pidió a cambio que cierren sus demandas en las cortes internacionales. Fue así como otro 20% accedió a canjear sus bonos por nuevos bonos reestructurados y pusieron fin a sus litigios internacionales. Sin embargo, aproximadamente el 8% de los bonistas perjudicados por el default del 2001 continuaron litigando contra el país y al día de hoy existen causas abiertas sin resolución. El “líder mediático” de esta primera generación de holdouts, fue Paul Singer, titular del fondo Elliott Management.

Aproximadamente el 8% de los bonistas perjudicados por el default del 2001 continuaron litigando contra el país y al día de hoy existen causas abiertas sin resolución

Singer ya se olvidó de Argentina y ha buscado nuevos desafíos para su fondo. Sin embargo, el daño económico que infligió a la economía fue muy importante y marcó un antes y un después en los litigios internacionales contra países soberanos. Hoy la prioridad para el Gobierno de Alberto Fernández no necesariamente debería concentrarse en lograr un nivel de endeudamiento sostenible, sino evitar que un nuevo Paul Singer en los próximos años nos obligue a endeudarnos nuevamente para pagar sentencias judiciales en Nueva York.

Hay que recordar que el gobierno de Mauricio Macri se vio obligado a emitir bonos por USD 16.000 millones en abril de 2016, para evitar embargos internacionales y poner fin a la saga por la deuda en default. Según una reciente presentación del Gobierno en EE.UU., la Argentina utilizó USD 9.000 millones de esa nueva emisión para pagar a los holdouts, cuya cara marketinera fue Paul Singer.

El gobierno de Mauricio Macri
El gobierno de Mauricio Macri utilizó USD 9.000 millones de la emisión de bonos para pagar a los holdouts, cuya cara marketinera fue Paul Singer (Reuters)

El nuevo Paul Singer

El universo de bonos que el Gobierno busca reestructurar se divide en dos: aquellos que fueron emitidos para los canjes de 2005 y 2010 durante las presidencias de Néstor y de Cristin Kirchner (Bonos K), y aquellos que fueron colocados durante la presidencia de Mauricio Macri (Bonos M). La gran diferencia entre ambos es el tipo de protección legal - establecidas por el contrato (“indenture”) 2005 y por el contrato 2016 - que tienen sus titulares. Mientras los Bonos K son más “amigables” para los acreedores porque ofrecen más garantías para litigar contra el país, los Bonos M son más “amigables” para el Gobierno porque restringen el accionar de sus titulares.

Mientras los Bonos K son más “amigables” para los acreedores porque ofrecen más garantías para litigar contra el país, los Bonos M son más “amigables” para el Gobierno porque restringen el accionar de sus titulares

No es coincidencia que el ex abogado del fondo de Paul Singer, Dennis Hranitzky, encargado de litigar contra el país durante casi una década, en enero del corriente año haya cambiado de estudio y hoy represente al grupo de acreedores titulares de los Bonos K. Para estos fondos, defender sus derechos otorgados por las protecciones legales de los bonos Par y Discounts, es una prioridad, especialmente cuando la Argentina busca eliminar estas protecciones y ofrecer todos los bonos nuevos con protección legal 2016.

Entonces, ¿quién puede ser el nuevo Paul Singer?

Hay que aclarar que Elliott Management maneja activos por USD 34.000 millones. El tamaño e importancia del fondo de Paul Singer no se puede comparar con ninguno de los fondos conocidos públicamente que forman parte del grupo de acreedores representados por Dennis Hranitzky. Por este motivo, tal vez el próximo Paul Singer, si finalmente lo hay, no tenga la misma influencia en Wall Street que tuvo el titular de Elliott durante sus litigios contra el país.

La deuda del sector público
La deuda del sector público supera los USD 320.000 millones, según los últimos datos de la Secretaría de Finanzas

Aclarado este punto, hay que saber que los fondos representados por Dennis Hranitzky que hoy lideran uno de los tres grupos de acreedores que negocian con el Gobierno argentino, son los titulares de HBK Capital Management (David Costen Haley), Monarch Alternative Capital (Michael Weinstock), Pharo Management (Guillaume Fonkenell), Redwood Capital Management (Toni Healey) y VR Capital Group (Richard Deitz), son aquellos que tendrán en sus manos la decisión de aceptar la Oferta de Canje argentina o de lo contrario litigar contra el país.

Tienen una posición dominante con la posibilidad de bloquear el canje de todos los USD 22.000 millones Par y Discounts que representan el 33% de toda la deuda internacional a reperfilar

Estos son los fondos más duros, propietarios de los bonos menos amigables para el Gobierno que les permite iniciar juicios en un abrir y cerrar de ojos. Actualmente manejan USD 4.000 millones en bonos Par y Discounts, el 7% del universo total de deuda internacional a reestructurar pero, lo que es más importante, el equivalente al 18% de todos los Bonos K. Es decir, tienen una posición dominante con la posibilidad de bloquear el canje de todos los USD 22.000 millones Par y Discounts que representan el 33% de toda la deuda internacional a reperfilar.

Aunque estos fondos han mostrado voluntad por negociar con el Gobierno argentino, no hay que olvidar que para muchos litigar es la estrategia elegida para recuperar sus inversiones y aceptar un canje que represente un recorte del capital invertido, no es una opción deseada. No solo estos fondos son representados por un viejo conocido para la República Argentina (Dennis Hranitzky), sino que también existen algunos “fondos buitres” que ya han litigado contra el país en el pasado. Entre estos se encuentra el mencionado VR Capital Group quien demandó a al país por USD 64 millones y cobró cerca de USD 100 millones.

Y no se debe olvidar que también hay fondos que, aunque son titulares de Bonos M, pueden iniciar acciones legales contra el país con arcas suficientemente amplias para entablar una larga batalla en las cortes neoyorquinas. Entre ellos se encuentran algunos de los principales fondos de Wall Street que manejan activos por montos superiores a los administrados por Elliott Management. Tal es el caso de BlackRock (Larry Fink), fondo que actualmente maneja activos por USD 7 billones, más de 10 veces el PBI de la República Argentina.

¿Habrá un nuevo Paul Singer? La respuesta se tendrá muy pronto cuando se conozca el nivel de aceptación, como también los nombres de los que optarán por formar parte de los nuevos holdouts.

El autor es CEO de Fin.Guru. Especialista en deuda soberanta, provincial y corporativa emitida en los mercados internacionales. Publicó esta columna en Fin.Guru

Seguí leyendo:

Guardar