La pandemia pudo oscurecer el escenario de la peleas de la política de la Argentina. Al menos, hasta hace una semana. Los chispazos entre la Capital Federal del PRO, por un lado, y de la Nación y la Provincia PJ, por el otro, elevaron sus decibeles al punto de lucir como un fin de la tregua nacida a la luz del COVID 19.
Los más moderados creen que, en todo caso, hay peleas de los halcones K (El Instituto Patria y el cristinismo duro) y de las mismas aves de rapiña del bando Cambiemos (Patricia Bullrich, Pichetto y el macrismo químicamente puro) molestos por tanta foto y gesto conjunto del jefe de gobierno local con el Presidente y el gobernador. Alberto, Kicillof y Larreta, dicen ellos mismos, tienen que gobernar. El AMBA, la bomba viral en potencia como dijera un infectólogo, los necesita juntos y coordinados, y ellos no pueden darse el lujo del cabildeo político clásico, propio de los que no son Poder Ejecutivo y buscan un lugar en la escena y, cómo no, en el año electoral 2021. ¿Algunos juegan a las elecciones en medio del coronavirus? Cómo no.
¿Y Cristina? ¿Es halcón (perdón, pero no existe el vocablo “halcona”) o componedora que acompaña el modo de gestión de Alberto? Si por sus frutos la conoceremos, hay que mirar, aparte de su evidente silencio, lo que hacen y dicen sus representantes más cercanos. Veamos entonces algunos datos (sólo algunos) de los últimos días.
“No me parece correcto que el Estado le pague los sueldos a las empresas que fugaron plata”, dijo hace algunos días Oscar Parrilli, ante la ayuda del Estado a compañías privadas paradas por la cuarentena. El senador nacional fue la mano derecha, como secretario de CFK en su mandato, y luego destinado por ella a manejar a los espías. "Si el Estado decide subsidiar a grandes grupos sería razonable que lo haga a cambio de una participación en el capital de las compañías”, completó la idea Fernanda Vallejos, ungida diputada de la Nación por el dedo decidor de Cristina, que la encaramó al primer puesto de la lista con enojos de otros militantes. Parrilli y Vallejos ¿hablan por la vicepresidenta o usan lengua propia independiente de su mentora? ¿Dirigen su mira hacia empresas grandes, muy grandes, consideradas mentirosas y opositoras, por inspiración propia? Parrilli, cuando dice esto, ¿es ella? ¿Vallejos, ¿es ella?
Daniel Gollán lanzó un tuit pintando de color rojo con el, a su modo de ver, foco mayor del coronavirus. La Capital Federal sería para el ministro de Salud de Kicillof el epicentro del terremoto contagioso de la pandemia, acusando de ineficiencia política, sin mucha elipsis, a Horacio Rodríguez Larreta. ¿Gollán fue ministro de Salud de Cristina? ¿Habla por él? ¿Critica al jefe virtual del PRO porque se le ocurre sin más? ¿Es ella?
Lo asiste a las pocas horas Sergio Berni, su colega de gabinete provincial en materia de seguridad. “Hoy no hay que aislar a la Capital. Mañana, no sé”. Berni fue el número dos más fuerte que la número uno de seguridad en la gestión de CFK. ¿También habla sin representarse más que a sí mismo? ¿Es un exabrupto militante y nada más? Berni, ¿es ella?
La oficina anticorrupción desistió de algunas acciones en las que querellaba para averiguar si hubo corrupción en la gestión K. Específicamente el gran jurista Felix Crous decidió que su organismo dejara de intervenir en la causa Hotesur y Los Sauces, donde la ex presidenta es investigada con su familia por negocios entre el Estado y sus sociedades. El mismo abogado que solía presentarse en el ciclo 6,7,8, defendiendo la gestión de las dos veces presidente, explicó que las causas en las que intervendrá deben ser no antiguas y de gran perjuicio para el Estado. ¿Crous actúa por sí? ¿Es ella?
Por fin hoy, el procurador del tesoro, jefe de todos los abogados del Estado, se presentó por derecho propio y pidió que se anule el procesamiento que pesa sobre él y otros en la causa del Memorándum de Irán. Entre esos otros, está la vicepresidenta Kirchner. ¿Hay que pasar por el kirchnerómetro a Parrilli para que dé 100 sobre 100 en ese tamiz? ¿Hace falta? El ex secretario legal y técnico de los Kirchner, ¿actúa solo? ¿Es ella?
La pandemia no deja demasiado espacio para hablar de política. Al menos aquí, en estas tierras en donde el dogmatismo prescribe que osar discutir ideas es ser un demonio opositor. El coronavirus alentó a los que así piensan arrojando el número de muertos por la cabeza del que se anime a proponer discutir cosas que pasan a la par de la enfermedad. Sin embargo, sabiendo de la primacía del tema de salud, uno podría preguntarse: ¿es casual que Vallejos, Parrilli, Berni, Crous, Gollán y Zannini arremetan con temas que lucen como pase de facturas de la política o de causas judiciales? Esos dirigentes, nacidos al poder en serio de la mano de Cristina, ¿actúan solos sin discutir antes con su mentora algunas ideas? ¿Son acciones de militantes más papistas que la papisa o es ella? ¿El presidente está cómodo con estos dichos y propuestas? El silencio de CFK, ¿otorga o no representa nada?
Si para el peronismo la única verdad es la realidad, como decía el fundador del movimiento, la realidad tiene cuatro patas, ladra y mueve la cola. La realidad, como ella, es.
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