La deuda cubana con la Argentina

José Ber Gelbard, por entonces ministro de Economía, saluda a Fidel Castro. La foto es de febrero de 1974

El ministro de Salud acaba de confirmar que traerán médicos cubanos a la Argentina para asistir y colaborar en la lucha sanitaria contra el Coronavirus, una decisión que ha despertado inquietudes y rechazos.

Esta nueva forma de "cooperación" cubana trae imborrables recuerdos a la memoria. Transcurrían los últimos días de febrero de 1974 cuando el entonces ministro de Economía José Ber Gelbard realizó una promocionada gira a Cuba. Escondido bajo el pretexto de una "misión comercial", la Argentina otorgó créditos al régimen castrista por cientos de millones de dólares. Las negociaciones para entregar ese enorme crédito habían comenzado meses antes, apenas iniciada la breve gestión del presidente Héctor Cámpora (25 de mayo hasta el 13 de julio de 1973). En su obra "De Chapultepec al Beagle" (1984), el embajador Juan Archibaldo Lanús informa que el crédito se ampliaría luego hasta alcanzar la cifra de mil doscientos millones de dólares. La cifra equivale a unos seis mil millones de dólares de la actualidad. "Era el mayor crédito otorgado por la Argentina a país alguno hasta ese momento", sintetizó.

El crédito de Gelbard a Cuba era parte de un esfuerzo realizado entonces para “ampliar los horizontes de exportación en mercados no tradicionales” lo cual implicaba en los hechos un acercamiento al bloque socialista. En mayo de aquel año, una misión económica llevó al ministro de Economía argentino a Moscú, Praga y Budapest, llegando a ser recibido en el Kremlin por Leonid Brezhnev, aunque la apuesta más exótica la protagonizó el ministro José López Rega con su legendaria misión comercial a la Libia del coronel Muammar Kaddafi. Gelbard viajó a Cuba acompañado por una gran comitiva, integrada por unas doscientas personas. Entre ellos, se destacaban representantes de la General Motors, Fiat y Chrysler. Lanús recuerda que Cuba presentó pedidos de cotización por mil quinientos automóviles a la General Motors poniendo en “aprietos” a las autoridades norteamericanas que continuaban aplicando las resoluciones adoptadas en 1962 en contra del régimen castrista. Oscar Camilión recordó en su diálogo de Memorias (2000) con el historiador Guillermo Gasió que “nada caracterizó a Gelbard, el que realizaba operaciones tan manifiestamente vinculados con intereses soviéticos, como el crédito a Cuba. Una operación que estaba destinada naturalmente al fracaso que posteriormente se registró. Era una operación en la que el Banco Central financiaba por una parte a Cuba y por la otra a una multinacional...”.

Una delegación de médicos cubanos enviada a Italia durante la pandemia de coronavirus

Cuba nunca devolvió el dinero.

El 6 de mayo de 2019, el economista Ramón Frediani publicó un estudio en El Economista según el cual, el prestamo otorgado a través del Banco Central de la República Argentina ascendería en la actualidad a una cifra multimillonaria. Así lo explicó: "Si le agregamos sólo los intereses compensatorios devengados a la tasa originalmente pactada del 6% anual durante estos 46 años, a interés simple y no compuesto (sin anatocismo) la deuda del capital e intereses asciende hoy a US$ 4.805 millones y sin tomar en cuenta los intereses moratorios y punitorios que correspondería aplicar, lo que duplicaría fácilmente ese monto".

Cuba decretó el default de su deuda externa en 1989 al verificar la imposibilidad de mantener la asistencia económica financiera de la Unión Soviética. Los créditos otorgados por la Argentina quince años antes cayeron en default. Todos los esfuerzos posteriores por intentar recuperar el dinero de los argentinos fracasaron. Uno tras otro.

Fedriani recuerda en su estudio que "a mediados de los ‘90, el canciller Guido Di Tella propuso reemplazar esa deuda por inversiones locales en obras públicas y turismo. Carlos Menem conversó con Fidel Castro, pero no se alcanzó ningún acuerdo. Luego, en octubre del 2003, el presidente Néstor Kirchner, a través del entonces canciller Rafael Bielsa propuso a Cuba una quita importante de la deuda (75%), y saldar el 25% remanente con (...) el pago de intereses futuros en efectivo; atención médica gratuita de alta complejidad durante cinco años a argentinos de bajos ingresos en hospitales cubanos para tratamientos de rehabilitación de lesiones severas ya que Cuba se destacaba en aquel entonces en esa especialidad intensiva en mano de obra por los bajos honorarios de su personal de enfermería y paramédicos; el envío a la Argentina de medicamentos de uso popular y consumo masivo de fabricación cubana; capacitación en Cuba en biotecnología y educación para científicos y docentes argentinos".

La eventual llegada de médicos cubanos al territorio argentino no puede sino despertar sospechas. Sesenta años de dictadura castrista constituyeron una realidad de muerte, persecución, exilios forzados y pobreza para el sufrido pueblo cubano. Para Latinoamérica, también significó la promoción de la violencia y el terrorismo. Desgraciadamente ese es el legado de la Revolución de 1959. Han pasado demasiados años, demasiadas tragedias y demasiadas amarguras.

La iniciativa de "importar médicos" de Cuba generó protestas de dirigentes políticos, médicos y asociaciones de salud, en especial en un país como la Argentina donde existen numerosos médicos, muchos de ellos mal pagos. Radio Martí advirtió que podían cometerse delitos de “tráfico humano” y “esclavitud moderna”. Un informe indicaba que las prestaciones implicaban una genuina "exportación de servicios" y una fuente de ingresos en divisas para Cuba que en 2018 habría alcanzado los 6.400 millones de dólares dado que el Estado cubano retiene una importante porción del salario que se les paga a los profesionales en el país de acogida. En tanto, en las redes sociales circularon protestas bajo el hashtag “No a los médicos cubanos” en los que se afirmaba que se escondía la llegada de "espías" del régimen castrista bajo una simulación.

En tanto, el coqueteo con Cuba no puede sino indisponer la relación con los Estados Unidos. Hace pocos días, el viernes 17 de abril, Infobae adelantó que el almirante Craig Faller, comandante del Comando Sur aseguró que el tráfico de drogas desde Venezuela había aumentado considerablemente. Y agregó que la dictadura cubana había garantizado la “supervivencia” del régimen venezolano. Pocos días antes, la Casa Blanca autorizó al Comando Sur a realizar un importante despliegue de buques y aviones en el Caribe, descripta como la “operación antidrogas más grande de Occidente”. El jefe del Comando Sur destacó que países socios de los Estados Unidos como Colombia, Costa Rica, Guatemala y El Salvador cooperaban en el operativo y que no se trata de un intento de invasión. La operación parece apuntar al Cartel de los Soles, una organización criminal ligada al castrochavismo, cuya terminal de jefatura política está en La Habana. Craig explicó que “Maduro debe su supervivencia a sus patrones cubanos”.

Resulta inexplicable entender las razones que llevan al país a comprometerse con regímenes como el cubano y el venezolano, cuando no ofrecen nada por ganar y, por el contrario, todo para perder. Si Cuba realmente quisiera ser solidaria con la Argentina puede hacerlo de una forma muy sencilla: devolviendo lo que nos debe desde hace 46 años.

Mariano Caucino es especialista en relaciones internacionales. Sirvió como embajador argentino en Israel y Costa Rica.