En 1957 Alisa Zinóvievna Rosenbaum, más conocida por su pseudónimo, Ayn Rand, publica la primera edición de su obra maestra La Rebelión de Atlas. Nacida en Rusia en 1905 fue testigo presencial durante su adolescencia de las revoluciones de febrero y la bolchevique, manifestaciones emblemáticas que hicieron base para la implementación del régimen comunista que condujo los destinos de esos pueblos durante las décadas siguientes.
Estudiante de filosofía en la Universidad de San Petersburgo y admiradora del modelo americano, no dudo en emigrar hacia los Estados Unidos en la primera oportunidad que tuvo en 1925. Quizás luego de haber vivido la experiencia de la transición del modelo monárquico soviético al comunista y con la intención de prevenir a la sociedad norteamericana escribió un ensayo de lo que, a su entender sucedería si el Estado avanzara por sobre la actividad y la propiedad privada hasta llevarla a un punto de asfixia.
Según su autora La historia de La rebelión de Atlas presenta el conflicto de dos antagonistas fundamentales, dos escuelas opuestas de filosofía, o dos actitudes opuestas hacia la vida. Como forma breve de identificarlas, se puede plantear el eje razón-individualismo-capitalismo versus el eje misticismo–altruismo–colectivismo.
La rebelión de Atlas presenta el conflicto de dos antagonistas fundamentales: el eje razón-individualismo-capitalismo versus el eje misticismo–altruismo– colectivismo
Dos grupos bien diferenciados
En la novela se distinguen dos grandes grupos sociales, los saqueadores y los no saqueadores. Los primeros compuestos por políticos y religiosos que proponen el intervencionismo del Estado y el aumento en la presión tributaria, y los otros integrados por emprendedores, empresarios e investigadores que pugnan por todo lo contrario. De este último grupo surge un líder que propone un lock-out, una huelga de los patrones. El caos y la incertidumbre se apodera de la comunidad frente a la ausencia de los emprendedores y administradores que con sus impulsos generan valor económico con el trabajo, hasta que finalmente se produce el colapso final por la ausencia de bienes e insumos básicos para la subsistencia.
Ahora bien, en estos días, más que por decisión política, por imposición de las circunstancias de la COVID-19 condujo a una huelga generalizada e involuntaria tanto de empleados como de empleadores. Una suma de lock out más strike (paro patronal y huelga laboral) inédita y como si fuera poco, con recurrencias globales, las principales potencias del mundo coinciden en esta situación.
El caos y la incertidumbre se apodera de la comunidad frente a la ausencia de los emprendedores y administradores que con sus impulsos generan valor económico con el trabajo
Si bien por diferentes razones, en el caso de la novela por las políticas que proponen los gobernantes, y ahora por los efectos de la pandemia, los aparatos de producción y comercialización se paralizan.
Por primera vez se puede ver empíricamente como frente a una circunstancia externa los ejes descritos por Ayn, individualismo o altruismo, capitalismo o colectivismo, responden a las necesidades de las personas.
Los saqueadores gobernantes de la Rebelión de Atlas estarían muy agitados en estos tiempos de la COVID-19, inventando impuestos y confiscando activos para seguir distribuyendo entre los saqueadores gobernados, que por el momento estarían quietos, anestesiados.
Los saqueadores gobernantes de la Rebelión de Atlas estarían muy agitados en estos tiempos de la COVID-19, inventando impuestos y confiscando activos para seguir distribuyendo entre los saqueadores gobernados, que por el momento estarían quietos
Una parte de los saqueadores verían la desgracia de la epidemia como una oportunidad, para intermediar barbijos con sobreprecios, contrabandear insumos o venderle al Estado productos básicos con grandes ganancias. Mientras tanto, otros no saqueadores, preocupados buscarán escapar de esa escena.
La acumulación de regulaciones, trabas burocráticas y nuevos impuestos terminan paralizando totalmente la actividad productiva y con ella a la sociedad. Es en ese momento cuando los saqueadores gobernados reaccionarían con violencia reclamando a un Estado insolvente por los beneficios que solían tener.
Es de esperar que la información y la experiencia permita prever y evitar un desenlace como el que hubiera ocurrido en la novela de Ayn Rand. Las cartas están echadas. Será como un arrancar de nuevo.
La oportunidad de ver las respuestas de la teoría del derrame y el libre mercado versus la de la intervención del Estado como gran distribuidor de la riqueza se enfrentan con el desafío de no contar con recursos ni para derramar, ni para distribuir.
La oportunidad de ver las respuestas de la teoría del derrame y el libre mercado versus la de la intervención del Estado como gran distribuidor de la riqueza se enfrentan con el desafío de no contar con recursos ni para derramar, ni para distribuir
Una pesadilla para todos
La ruptura de las cadenas de fabricación y de pago, junto con una economía con actividad decreciente y ajustes de precios permanentes ponen al país en un escenario de estanflación, que es la combinación de ambos fenómenos, inflación y recesión. La tormenta perfecta, la peor pesadilla para un economista o un presidente responsable.
Solo la creatividad del hombre y el uso de las nuevas tecnologías permitirán sortear tantos obstáculos. Contar con herramientas que permitan que a través del asistencialismo se pueda fomentar el desarrollo cumpliendo con ambos objetivos será fundamental para evitar el caos social.
Plataformas de distribución de créditos para consumo que orienten al consumidor potenciando su poder de compra por medio de adquisiciones comunitarias permiten bajar costos, integrando eslabones en las cadenas productivas e impulsando el desarrollo de pymes y economías regionales.
Hay que tener en cuenta que el dinamismo en la demanda del mercado laboral ha generado nuevos empleos, muchos de ellos con proyecciones globales. La oportunidad de trabajar desde un país para el mundo sin moverse de casa, reservadas en el pasado exclusivamente para algunos programadores o científicos se ha masificado en estos días llegando a incluir dentro una masa laboral con jurisdicción global a telemarketers, analistas de big data, community managers, diseñadores de gráficos, especialistas en e-commerce, asistentes sociales remotos o incluso profesionales de la salud para tele consultas médicas.
El dinamismo en la demanda del mercado laboral ha generado nuevos empleos, muchos de ellos con proyecciones globales
Los extremos del individualismo salvaje o del colectivismo tan temido por Ayn Rand, son la respuesta a las propuestas erradas o mal ejecutadas.
La COVID-19 puede ser el hito fundamental para tomar consciencia que el Estado además de repartir recursos puede a través de estos distribuir oportunidades de desarrollo. Aprovechar esta oportunidad es clave para generar un empresariado local sólido a través de pequeñas reservas de mercado en sectores estratégicos y de proyección global que permitan sortear este período de cambio.
Los entes reguladores y las oficinas de defensa de la competencia, en sintonía con las asociaciones de defensa del consumidor, deben tener un rol fundamental en el mercado que vendrá o mejor dicho que ya vino.
El autor es director en Fundación Iberoamericana de Telemedicina. Esta columna fue publicada en el blog Fin.Guru
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