He leído con atención y escuchado algunos reportajes realizados al Dr. Pablo Goldsmith y no quisiera dejar de responder a sus comentarios con respecto al esta pandemia por el virus SARS-CoV-2 (CoVID-19).
Si sus bases son las estadísticas y la virología, no creo que se dedique a asistir a pacientes y menos aun que se encuentre en condiciones de expandir cual virus sus opiniones al general de la población en estos momentos creando un desconcierto y duda en aquellos que debemos protegernos y proteger a nuestro prójimo de una enfermedad como la que se esta propagando a pasos acelerados por todo el planeta.
Las estadísticas (buenas o malas) sirven para que el profesional médico piense y en base a la observación que hace de lo que sucede con su paciente en particular determine que es lo mejor para él.
No creo que un profesional de la salud se le ocurra indicar un medicamento por más super útil que sea a un paciente, a sabiendas de que le producirá una reacción alérgica, edema de glotis y muerte. Mirar esto por el simple ojo de una cerradura tan chica como un virus es un error, así como mirar al paciente solo por su corazón, su pulmón, o sus huesos, etcétera. Son seres humanos con una o varias patologías.
El Dr. Goldsmith se confunde cuando dice que el accidente cerebrovascular (ACV), el infarto agudo de miocardio (IAM), e incluso el suicidio como causas de muerte no sean consecuencia del virus; parece no tener noción de lo que es una persona, un paciente y solo sabe de un virus y unos números estadísticos que parece manejar con llamativa exactitud …. Solo parece tener ojos para mirar por su microscopio y leer los datos estadísticos y no para asistir a pacientes y creo que menos aun si se encuentran complicados y severamente enfermos. Por ejemplo, la abuelita que estaba muy bien de salud, con una cardiopatía isquémica estable y tuvo la mala suerte de que su nieto le contagiara el SARS-CoV-2, tuvo una neumonitis, se sobreinfectó con un neumococo porque no le habían vacunado para prevenir neumonías, volaba de fiebre, 180 latidos por minuto, hipoxia, tormenta inflamatoria y, hace un infarto de miocardio porque la demanda de oxigeno de su corazón para esa situación es insuficiente y consecuentemente muere. ¿Quién es el culpable de su muerte? ¿El infarto, el neumococo o el CoVID-19? Si no hubiese estado con su nietito, no se infectaba y no desencadenaba la cadena de eventos que la llevaron a la muerte en un par de semanas quizá hubiese vivido quien sabe cuantos años mas disfrutando de la vida y de sus nietos. ¿Quién es el culpable? Pero si se quedaba aislada socialmente en forma preventiva, se deprimía y se tiraba por un balcón, sin siquiera tener contacto con el virus, ¿quien es el culpable de la muerte? ¿El aislamiento necesario para evitar el supercontagio del CoVID-19? ¿O la abuelita que se deprimió? ¿O el simple hecho de no vivir en una planta baja? Con esto quiero decirles que no debemos mirar el virus en forma aislada sino en conjunto del ser humano y de su participación en una sociedad que tiene un problema, una guerra, contra un asesino al cual no podemos identificar porque está en muchos de nosotros y porque algunos (no todos) no tenemos las armas suficientes para defendernos y otros sí y posiblemente esa sea la causa fundamental de los diferentes cuadros clínicos que presenta la infección viral por el CoVID-19.
Mi especialidad es la cardiología y muchos pacientes vienen a mí y a otros colegas para evaluar si pueden hacer actividad física. Los examinamos, les hacemos chequeos y controles periódicos y está todo perfecto. Imaginen que uno de ellos hace actividad física (corre) y un buen día tiene una muerte súbita. ¿Quién es el culpable? ¿Su patología coronaria asintomática que no se detectó en los controles periódicos? ¿Un accidente de placa? ¿Un exceso desmedido en la actividad física? ¿Los métodos diagnósticos que no ayudaron a detectar su riesgo? ¿O nosotros que le recomendamos la actividad física mejora el pronóstico o demora la aparición de la enfermedad cardiovascular?
Entiendo que juzgar en estos momentos en el que cursamos esta pandemia (la cual el Dr. Goldsmith ha minimizado tratando las medidas tomadas como de carácter exagerado en unos reportajes radiales) que ha matado tanta gente no es fácil y seguramente los profesionales de la salud, los virólogos, los estadistas, los epidemiólogos sacaremos conclusiones que nos serán de utilidad para esta y/u otras guerras similares que ayudarán a mejorar la humanidad.
El colega utiliza la palabra predicción, y quizá toma esas palabras como una verdad absoluta a la que deberíamos atenernos, pero, si revisamos un poco en Internet el significado de la palabra predicción veremos que es “la acción de anunciar un hecho futuro” o “el hecho o situación que se anuncia que sucederá en el futuro”. Creo que estamos cansados de oír las “predicciones meteorológicas” pero no interpretamos bien la palabra predicción de un fenómeno meteorológico y salimos a la calle con paraguas y piloto, pero quizá no llueve ese día.
¿Cuestiona el bloqueo? No comprendo si lo cuestiona o lo acepta, pero nuevamente olvida el contexto en el cual se desarrolla y las personas que se autoaislan sin necesidad que un gobierno les indique hacerlo. Si bien el caso inicial en Wuhan fue detectado en un análisis retrospectivo el 17 de Noviembre del 2019, la expansión y la velocidad que tuvo para repartirse local e internacionalmente fue muy rápida y no permitió el desarrollo de medidas preventivas precoces y eficaces. Si hubiésemos bloqueado China quizá la expansión hubiese sido mas lenta. El 20 de enero apareció el primer caso en Estados Unidos y hoy es el país que tiene mayor numero de infectados y el sistema de salud de “La Gran Manzana” (New York) está a punto de colapsar y eso no es estadística, es la realidad y los hospitalizados no son virus, son pacientes.
Lamento decirle que algunos de los datos de laboratorio que menciona para la detección precoz a la cual hace referencia como el Dimero D se manifiestan en pacientes complicados en forma tardía anunciando la activación excesiva del sistema de coagulación y la fibrinolisis que se produce en los estadios finales de esta patología, y los otros datos de laboratorio a los cuales hace referencia en el articulo pueden ser manifestación de otras infecciones o patologías; nuevamente ve al paciente por el ojo de una cerradura tan pequeña como un virus, y verlo de esta manera es quizá mas letal que el CoVID-19.
Con respecto a los test de evaluación que sugiere, coincido totalmente que realizar PCR a todos los sospechosos es engorroso y costoso, pero hay test más económicos y rápidos (3 minutos) con un 10 a un 20% de falsos negativos, que permitirá los médicos que, de encontrar una persona con uno de estos test positivo, podamos aislarla en solitario (cuarentena) para impedir la posible transmisión del virus y controlar su evolución o solicitar una PCR para confirmar si es realmente es un paciente con CoVid-19 o no.
Permítame disentir en el diagnostico radiológico que sugiere realizar para saber si es una infección por CoVid-19. Posiblemente no posea la experiencia en el análisis de imágenes y me atrevería a decirle que difícilmente un especialista en radiología, tomografía o resonancia magnética pueda diferenciar fehacientemente una neumonía por coronavirus de muchas otras neumonías de origen viral, sobre todo cuando en el medio de una pandemia su sala estará atiborrada de pacientes esperando la realización del estudio solicitado, al igual que los otros componentes del sistema de salud.
Realmente lo felicito por el manejo de los números que conoce, es realmente admirable, pero, nuevamente ve por los ojos de esa pequeña cerradura. Reclama por la formación de neumonólogos... Me parece perfecto que haya más, pero ¿no acaba de decir que las causas de muerte son mayormente otras? ¿Y comenta que es diferente a una gripe común? ¿Y segundos después vuelve a colocar la causa de muerte en “otras causas”??? Creo que el Dr. Goldsmith no resiste el archivo, pues contradice sus opiniones en el mismo reportaje.
Creo que el ojo de esa cerradura no le permite ver el bosque por mirar solo el árbol. Compara la pandemia actual con los muertos por la ola de calor en Francia y olvida que no hace la misma temperatura en todo el mundo, que para la gripe corriente hay vacunas que cada año se actualizan, y que puede prevenirse y de allí la insistencia en aplicarla en la mayor parte de la población y que esto también ocurrirá en un futuro (esperemos que no muy lejano) cuando tengamos la vacuna para el CoVID-19. Esta guerra no la perderemos, en estos momentos solo tenemos que lograr tener la menor cantidad de victimas posibles, la menor cantidad de muertos o minusválidos por haber pasado por esta guerra contra este enemigo invisible que puede estar en muchos de nosotros.
Le recuerdo también que existen tratamientos para la tuberculosis y vacunas y tratamientos para neumonías y meningitis pero no para el CoVID-19, y ese es uno de los mayores problemas.
El Dr. Goldsmith debería conocer seguramente los planteos que evalúan la menor mortalidad que se observa en Alemania: realizan más test de detección en una importante red de laboratorios y aíslan precozmente a aquellos que poseen test positivos. El brote llego más tarde, el promedio de edad de los afectados es menor, un mejor sistema sanitario, una red de hospitales descentralizada, un buen sistema de salud y la duda de que posiblemente diferencien la “muerte por coronavirus” de la “muerte con coronavirus”, como expliqué anteriormente (IAM, ACV, etc.).
En el fondo, creo que me alegra que reconozca que "no sabe qué hacer” pues seguramente observará nuevamente el árbol a través de su pequeña cerradura y no el bosque y quizá, como en una guerra, no analice el “daño colateral” que pueden llegar a provocar las determinaciones que haga, o que sugiera hacer. Hablar abiertamente de terapéuticas que no se encuentran científicamente demostradas y que son utilizadas para evaluar posibilidades de cura en estos pacientes provoca más incertidumbre en la población, que corre a farmacias a adquirir medicaciones cuya efectividad está aun bajo análisis y que debe ser planteada o no en cada paciente en particular y en cada momento en particular de la evolución de la enfermedad.
Ud. tiene otra confusión Dr. Goldsmith: no hay que parar la cuarentena. No hay que parar la cuarentena hasta que no tengamos una vacuna o un tratamiento efectivo reconocido científicamente, porque si no seguirá provocando focos de infección en el tiempo. Creo que su ojo de cerradura se achica cada vez más. Cuando el sistema de salud esté en condiciones lo que se deberá detener es el aislamiento social preventivo. Nuevamente, Dr., Ud. confunde el significado de las palabras y lamentablemente las comunica libremente al público general sin pensar en sus consecuencias. Recuérdeme enviarle un muy lindo texto que escribió mi hija, ella hace arte en vidrio y vivió varios años en el norte de Italia estudiando su profesión, por suerte ahora está aquí, donde el aislamiento social preventivo fue determinado bastante precozmente (quizá no tan precozmente como me hubiese gustado a mi).
El Dr. Goldsmith desconfía del buen funcionamiento de la OMS y sus expertos, algo en lo que podemos coincidir muchos de nosotros y que sabemos tomar y analizar sus comunicaciones científicamente. Ya en el año 1993 el Banco Mundial en conjunto con la OMS publicó un documento que se llamó “Invertir en salud”, desplazando la política en salud de la OMS a un plano con una visión mucho mas economicista y la implicancia de las políticas de la salud en los mecanismos de crédito multilaterales, y no creo que le haga falta leer el documento para ver a quién priorizaba más.
En sus reportajes anteriores el Dr. Goldsmith se refiere a que no existen análisis previos ni globales que le permitan poner en duda calificar a lo que ocurre como pandemia. Nuevamente, debería revisar la definición de la palabra pandemia. Asegura además que convivimos con este virus desde pequeños, olvidando (cosa que resulta extremadamente rara siendo un experto en el tema viral) las innumerables mutaciones que ha tenido el coronavirus desde su desarrollo en animales hasta su paso al humano, la cual ya supera las varias decenas de coronavirus conocidas. La primera publicación que se conoce de coronavirus que afecto a humanos es de 1960 y hasta diciembre del 2019 había solo siete cepas (dentro de decenas de ellos) de coronavirus que afectan a los humanos y una simple búsqueda en le dirá que hay unas 16.000 publicaciones sobre coronavirus en la literatura científicamente reconocida en publicaciones de prestigio (llamativamente no he encontrado ninguna de un virólogo experimentado como el Dr. Goldsmith).
El Dr. Goldmith falsea la realidad al decir que esto no es una pandemia y la minimiza al decir que hace mucho que convivimos con el coronavirus ignorando la mutacion que ha sufrido.
Coincido con el Dr. (por fin una) en reprochar la construcción del pánico. Por favor, no contribuya a crear la incertidumbre y el pánico, discuta los temas científicos en el ámbito correspondiente y contribuya a que esta guerra la ganemos lo antes posible, como le comenté, con la menor cantidad de víctimas. Tengo una frase para mis pacientes: “ocuparse y no preocuparse”, y les recuerdo un partido de fútbol de Argentina contra un equipo africano (creo que era Nigeria) donde los africanos nos pasaban por arriba, los jugadores argentinos parecían muñequitos de torta, y Diego Maradona (que no podemos negar que sabía jugar muy bien al fútbol) se paró en el medio de la cancha, paró la pelota con el pie sobre ella y su rodilla semiflexionada (en una pose que se repite muy frecuentemente en fotos, estatuas y pinturas) y mirando a todos los compañeros movió sus manos en un gesto de calmarse y hacer una pausa mental para pensar adecuadamente cómo debían encarar ese partido. Esto es lo que hay que hacer en momentos como este en que algo nos sobrepasa, pensar en la mejor forma de salir de esta guerra con el menor numero de victimas.
Coincido con el Dr. en que quizá no es tan mortal como la gripe, la meningitis, la tuberculosis, el melanoma, pero tiene un peligro mayor que es el que hace colapsar los sistemas de salud:
1.- Somos muy ignorantes con respecto al CoVID-19 y su comportamiento (En el 2007 un colega, Vincent C. C. Cheng, anunció la posibilidad de esta pandemia y que debíamos prepararnos para ella) y no lo vi ni al Dr. Goldsmith ni a otros investigadores preparando con anticipación la vacuna…. Predicción…. Prevención deberían ser palabras que el Dr. Goldsmith tendría que analizar muy bien antes de verter muchos de los comentarios que realiza.
2.- Su expansión es muy rápida y eso seguramente tiene mucho que ver con que no conocemos exactamente su forma de contagio y las medidas de prevención que estamos tomando son ineficientes o incorrectas. Mi abuela le diría: “Lo que abunda no sobra”. Pongamos nuestro mayor cuidado en la prevención de la transmisión de la infección, esa es nuestra arma mas potente en estos momentos.
3.- Los asintomáticos y oligosintomáticos contagian durante su periodo de incubación, que según publicaciones científicas chinas puede llegar hasta 24 días y eso aumenta significativamente los contagios. Entonces, apoyemos el aislamiento social preventivo.
Lamento mucho que el Dr. Goldsmith sea tan poco práctico para poder informar a la población general los cuidados y quizá también a los científicos. A veces me resulta un poco confuso y contradictorio en sus opiniones.
En sus reportajes refiere a que habría que ver si las medidas restrictivas tomadas fueron exageradas, pero creo nuevamente que continúa mirando por el ojo de esa pequeña cerradura, y no creo que sea el momento de discutir sobre las medidas tomadas, sino de acatarlas. Si Ud. no está de acuerdo, creo que puede ser un buen momento para que tome unas vacaciones en Italia, donde seguramente encontrara hoteles de primer nivel a precios super económicos, paquetes turísticos y excursiones a muy buen precio, y seguramente le hará muy bien al general de la población para la cual emite sus opiniones que, lamentablemente, como le comenté, no he podido encontrar publicadas en medios científicos reconocidos.
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