Más allá del profundo dolor de sus familiares, amigos y viejos compañeros de militancia, la muerte de Jorge Todesca generó un acontecimiento político que enaltece su memoria: personalidades y dirigentes de todo el espectro partidario, empezando por el actual presidente Alberto Fernández y su antecesor Mauricio Macri, así como quien fue su sucesor al frente del Indec, Marco Lavagna, dejaron de lado las mezquindades de “la grieta” para coincidir en la manifestación de su pesar y en el elogio a las cualidades de una personalidad pública cuya trayectoria honra a la Argentina.
Dirigente de la Juventud Peronista en la década del 70, exiliado durante la dictadura militar, funcionario durante un tramo de la presidencia de Raúl Alfonsín, viceministro de Economía durante la primera etapa del gobierno de Eduardo Duhalde y titular del Indec en la gestión de Macri, cuando en palabras del actual presidente “repuso la sensatez donde se había perdido”, su paso por la función pública dejó un generalizado reconocimiento por su eficiencia y su conducta intachable.
Ese dolor compartido por la desaparición de un argentino de bien es también una demostración de que hay un camino posible para avanzar hacia la unidad nacional. Esa fue el último y valioso aporte de Jorge Todesca a la patria que tanto amó.
El autor es miembro del Foro del Peronismo del Siglo XXI