El 30 de diciembre del 2019 el Dr. Li Wenliang (33) estaba trabajando, como todos los días, en su consultorio del hospital central de Wuhan -ciudad de 11 mill de habitante- de la provincia de Hubei en China Central.
Li era oftalmólogo y ese día examinó a un paciente, dueño de un puesto de venta de mariscos y pescados frescos Huanan, en el centro de la ciudad. El mercado húmedo -venta de animales vivos, recién faenados domésticos o salvajes y pescados- más conocido y popular de la ciudad.
Su paciente, NN padecía glaucoma y la consulta era simplemente de control.
De paso, NN le cuenta que desde hace unos días tenía: fiebre, tos seca, cansancio, y algo de fatiga al caminar y que esos síntomas se estaban agravando.
Li, como médico piensa de inmediato en la posibilidad de un virus respiratorio, claro, pleno invierno con muy bajas temperaturas, siempre se especula con eso. La gripe.
Pero Li es médico chino y como tal piensa algo mas, conoce muy bien su cultura culinaria, animales crudos, salvajes recién faenados, sopas de murciélago, entre otras comidas y tiene en su memoria las enseñanzas aprendidas en la facultad sobre el virus que provocó la epidemia de SARS (2002/3) que generó una muy fuerte alarma internacional.
Piensa en el riesgo de un coronavirus como la probable causa. Recuerda además, media docena de pacientes como NN examinados en la última semana con síntomas parecidos y da la alarma a las autoridades sanitarias.
El 31 de diciembre las autoridades sanitarias de China avisan a la OMS/ONU y al Centro para Control de Enfermedades-CDC/USA que algo está pasando en su territorio, que probablemente otro coronavirus -así se llaman porque al microscopio tiene un “especie” de corona que los rodea- puede estar haciendo de las suyas.
China no comete el error de encubrir el tema como ocurrió en el 2003 (SARS provocado por otro coronavirus que saltó de un animal salvaje-civeta mordida por un murciélago-al hombre).
Esta vez abren sus puertas a expertos internacionales, decreta el cierre del mercado, declara la cuarentena para distintas ciudades donde comienzan a ocurrir casos.
Saben los chinos que el comienzo de la enfermedad se da entre 2/14 días luego de haber tomado contacto con un paciente, por ende la cuarentena/aislamiento será de 14 días, para todos aquellos habitantes que tengan fiebre de cualquier origen.
Pocos días más tarde descubren la genética del virus y lo denominan transitoriamente 2019-nCV (neo,novo,nuvel) coronavirus. Es un virus nuevo, no se trata de los 4/6 conocidos que enferman al hombre, este es distinto. ¿Peor que los ya tipificados? ¿De dónde viene? ¿Qué animal es portador/reservorio sano?
Preguntas que se van respondiendo sobre la marcha de la epidemia mundial (anunciada el 20 de enero, como tal por la OMS).
En el momento de escribir esta nota, hace unas pocas horas, la cantidad de casos ronda los 38000 en el mundo. La cantidad de muertos 814 (tiene baja letalidad, 2%) y en general las muertes ocurren en personas mayores de 56 años, con frondosos antecedentes cardiovasculares y respiratorios previos.
Más del 92% de los casos de enfermos y muertes ocurrió en CHINA. El resto en 27 países, la mayor parte en Singapore, Vietnam y Japón. Cero casos en Latinoamérica.
Esto habla de la eficacia de las medidas tomadas por el gobierno chino en cuanto a contener la enfermedad y limitarla a su territorio.
Hoy sabemos además que se contagia de persona a persona, que el portador sin síntomas no contagia, que solo lo hacen los pacientes que tiene fiebre, tos, cansancio.
Que cada paciente contagia como promedio a 2.5 personas sanas, si no se lo aísla.
Estamos seguros que el 2019-nCV saltó de un animal salvaje portador al hombre que comió ese animal, serpiente, ¿murciélago?
Que la enfermedad y la epidemia se no se controlan con medicamentos -vacuna no hay- que se contiene, como ocurrió con la gripe AN1H1 en la provincia de Buenos Aires en el año 2009, aislando pacientes en centros especializados, pidiendo a la población con síntomas que se quedara en su casa, que todos se lavaran las manos frecuentemente, que tosieran sobre el codo y no en las manos, que usaran alcohol en gel, si no conseguían agua y jabón y que utilizaran barbijos; si, barbijos si tenían síntomas, como hacen los chinos y los japoneses habitualmente.
Si busca información en Google sobre el tema, le cuento que hay 1500.000.000 millones de referencias, este artículo es un breve resumen de algunas de ellas.
Li Wenliang murió el 7 de febrero, por complicaciones respiratorias de su gripe causada por el 2019-nCV contagiada por el paciente NN.
Sin duda alguna las autoridades chinas lo van a recordar como un héroe de la salud pública. Primero en dar el aviso y uno de los pocos en morir jóven. También aquí lamentamos su pérdida.
*El autor es ex ministro de salud de la provincia de Buenos Aires
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