Ahí vienen los buitres

Sin reestructuración no hay programa. Sin programa nadie va a reestructurar.

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El ministro de Economía, Martín Guzmán (REUTERS)
El ministro de Economía, Martín Guzmán (REUTERS)

Previa. Las condiciones del deudor

Martín Guzmán, Alias Gardelito, es Gardel si logra, como ministro de Economía, reestructurar la deuda demencial de 320 mil millones de dólares. Más aún si les saca, en el revoleo, los tres años de gracia, sin pagar la propina de los intereses. Imponer al acreedor, las condiciones del deudor, es, después de todo, una hazaña. Vueltas Olímpicas de Gardelito en la Plaza de Mayo.

Carolina Mantegari

El nuevo gobierno, que preside Alberto Fernández, El Poeta Impopular, suele agotarse al encarar la estrategia de la deuda que lo sostiene.

Es el exclusivo proyecto hegemónico, movilizador. El acuerdo con los acreedores privados y, en simultáneo, con el Fondo Monetario Internacional, que según los optimistas tiene una necesidad superior de acordar.

Derivaciones desastrosas del préstamo electoral otorgado, oportunamente, a la Argentina, a través del presidente anterior.

Mauricio Macri, El Ángel Exterminador. Que termina de exterminarse, acaso para ayudarlo a Alberto, al decir que se daba cuenta que tantos préstamos lo llevaban a… un lugar popularmente sombrío. Despreciable.

El presidente Alberto Fernández, ayer, en la presentación del plan Argentina Unida por la Educación y el Trabajo (Julián Alvarez/Télam/CF)
El presidente Alberto Fernández, ayer, en la presentación del plan Argentina Unida por la Educación y el Trabajo (Julián Alvarez/Télam/CF)

1.- Los ministros pasan, Susan Seagal permanece

La cuestión que los ministros de Economía pasan, pero la señora Susan Seagal siempre permanece. Seagal presentó a Gardelito con su tradicional amabilidad. Como presentó a Dujovne, El Youtuber, a Prat Gay, El Amalito, y hasta a Amado Boudou, El Descuidista.

Guzmán quiso entusiasmar, con escasa suerte, en el desayuno del Council. Volvió a ser víctima de la trampa circular que propone. Pero termina entrampado.

Cuando le reclaman la ausencia del plan económico, Gardelito sostiene que primero se debe tratar la reestructuración de la deuda. Pero los acreedores quieren saber qué demonios piensa hacer Gardelito con la economía para saber si aceptan reestructurar.

Hoy el bono argentino se cotiza a 40 centavos de dólar. Cae un poco más y «ahí vienen los buitres». Están al acecho. Aunque Seagal no los invite a beber el café tibio, acompañado de masitas y palabras.

La franela circular debe resolverse hacia el filo del primer trimestre.

Si el cuento le sale aceptablemente bien, Gardelito será reconocido como Gardel. Y si patina El Poeta Impopular sucumbirá en la medianía previsible del destino, clavado por el punzón del default. Guzmán, en todo caso, podrá retomar la tarea que tal vez nunca debió haber abandonado. La redacción de papers, con solemnes consejos a los humanistas del mundo que pretendan resolver teóricamente sus deudas.

Aunque, en la práctica, nunca haya manejado la contabilidad de un puesto de venta de hot dogs.

2.- Barbarie intelectual

Tal vez Alberto se haya excedido al dramatizar la problemática de la deuda como causa fundamental.

Es también víctima de la trampa circular. Su gobierno no arranca por la inmanencia de la deuda. La que le impide, a su vez, hasta simular el arranque.

La fábula de la Solidaridad Compulsiva le sirvió para encarar un ajuste ejemplar. Para demostrar que sólo los gobiernos populares pueden imponer medidas impopulares, sin que un solo jubilado salga a insultar. Vaya mérito.

El Poeta acentuó su sentido de la sensibilidad social con la gran cruzada contra el hambre. Nadie podía oponerse. El peronismo admite la algarabía de vivir sin cortes. Consta que hasta se extrañan los piquetes.

De lo poco concreto que se pudo rescatar, hasta el cierre del despacho, fue el tiro libre bajo y esquinado del ministro Matías Kulfas, Liov Trotsky, al encontrar 10 mil dólares abandonados sin solemnidad.

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el diputado Máximo Kirchner
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el diputado Máximo Kirchner

Para no ir próximamente presos, Gardelito y Alberto atormentan ahora, con la innecesaria Restauración de la Sostenibilidad de la maldita deuda. Otro instrumento que la oposición culposa también le va a proporcionar.

Para que Gardelito lleve, a las brutales mesas de negociación, a “todo un país” que se congrega detrás del verso. “Déjennos crecer para poder pagarle”. El acreedor, ningún angelito, debe confortarse con “la voluntad de pago” del patriota que les debe.

Mientras tanto crece el país en riesgo y los buitres se cuelgan la servilleta, toman el cuchillo y el tenedor. Ni muestran las garras. Sólo esperan.

Sobre todo cuando Gardelito se resiste a rescatar a La Provincia Inviable. Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof, El Gótico, el “keynesiano de país pobre”.

Menos interesante teóricamente que Stiglitz, el tutor de Gardelito. Stiglitz sí tiene derecho a ser keynesiano. Pertenece a un país que permite el lujo teórico.

Para pedalear la deuda miserable de 250 palos, El Gótico necesita el aval del 75% por ciento de los acreedores.

Con cierta parsimonia intelectual Gardelito sorprende al confesar que cuenta, hasta ahora, sólo con el favor del 26%.

Dejar caer en default a la Provincia Inviable, por una deuda comparativamente irrisoria, sería algo más grave que un error.

Un acto de barbarie intelectual.

3.- Carilinas

La barbarie de la deuda, 320 mil millones, se compone de 141 mil millones que reclaman los “privados”. Litigio que Gardelito debe resolver antes que termine marzo. Con alguna clara estrategia para espantar a los buitres que revolotean. Pueden comprar los bonos derruidos. Litigar y esperar 10, 15 años. Hay 120 mil millones bastante más manejables. Pertenecen al llamado Sector Público.

Aquí se asiste al paulatino vaciamiento de los fondos trocados por papelitos voladores que no sirven ni como carilinas.

La cantera inagotable del ANSES, el Banco Nación con sus pasillos que impresionan, el Banco Central que merece ser conducido, muy pronto, por Javier Milei, Celebridad Libertaria.

Quedan los 82 mil millones de los organismos multilaterales. El Banco Mundial, por ejemplo. El Fondo Monetario Internacional, que se quemó con leche de la vaca de Macri y cuando se acerca un argentino debería disparar.

Pero Gardelito es amable, como Sergio Chodos, otro profesional. Aunque quien tiene la capacidad para ordeñar al Fondo es Donald Trump, El Embocado (por el Ángel).

Consta que Netanyahu, El Bibi, uno de sus socios principales, le prometió al Poeta Impopular interceder ante La Kristalina.

Funcionaria búlgara, Kristalina suple a la señora Lagarde, Madame Bovary.

4.- Lotes

Conductor del gobierno trabado, loteado. Sin arranque. Alberto debe convivir con “la ambivalencia geopolítica” imposible de superar. Con la menemización a la bartola de su política, que pretende ser necesariamente pragmática.

Es admirable que no se resigne. Que suponga aún que puede tener derecho a encarar su propia política exterior.

En simultáneo convive con los efectos adolescentes de la estudiantina de Puebla. Con el Evo. Con «el corazón mirando a Telesur». Con los rigores sutiles del frepasito tardío. Con los héroes de la resistencia que combaten el fantasma tétrico del neoliberalismo (que ni siquiera existe).

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