¿Qué pasará en el 2020?

El año se presenta como una gran incógnita, para cuyo develamiento es central lo que se decida en las negociaciones del gobierno de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional

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International Monetary Fund (IMF) Managing Director Kristalina Georgieva waves as she arrives at the Elysee Palace in Paris, France, December 19, 2019.   REUTERS/Charles Platiau
International Monetary Fund (IMF) Managing Director Kristalina Georgieva waves as she arrives at the Elysee Palace in Paris, France, December 19, 2019. REUTERS/Charles Platiau

Hay un recatado silencio por parte de los economistas. El único que ha demostrado satisfacción por la marcha de los acontecimientos en la Argentina es el Nobel Joseph Stiglitz.

Mentor del ministro Martín Guzman, elogiado por el kirchnerismo, crítico del Fondo Monetario Internacional después de haber trabajado muchos años en las instituciones multilaterales en Wahington, se dice que en cualquier momento Stiglitz arribaría a Buenos Aires.

Las pocas noticias que llegan desde Estados Unidos indican que la misión del FMI que llegará muy pronto para sentarse a conversar con el gobierno vendrá con buen ánimo y hasta con aprobación de lo hecho hasta ahora.

Hay que tener presente, como siempre, que los funcionarios que llegan no toman decisiones. Toman apuntes, registran los datos oficiales, conversan con distintas áreas productivas y financieras y hacen comparaciones con el proceso anterior. Y luego elevan todo ese " paquete" a sus jefes en las oficinas del organismo en Washington.

La principal autoridad del FMI es Kristalina Georgieva, una experta en finanzas y en desigualdad social que fue en su primera madurez y durante cuatro años profesora adjunta de la Universidad de Sofía, la capital de Bulgaria.

Has recorrido un largo camino

Luego de caída del Muro de Berlín, desde 1991 Georgieva trabajó intensamente hasta transformarse en vicepresidenta de la Comisión Europea de Programación Financiera. Pero antes no anduvo con vueltas en su formación en un sistema económico muy diferente al que ella presenció y vivió en la Bulgaria comunista.

Así, buscó formación específica y obtuvo importantes reconocimientos en Occidente. Salió de la Universidad de Harvard con un Certificado en Finanzas y de la London School of Economics con buenas calificaciones y recomendaciones.

Luego, entre 1995 y 2010, trabajó en el Banco Mundial. Su fama de experta le sirvió para postularse como secretaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU), sin tener suerte en su empeño.

En definitiva, Georgieva es una autoridad en temas financieros, pero poco conoce de América Latina y, de acuerdo a las reglas del FMI, debe cumplir las sugerencias u órdenes del Directorio, donde se sientan las grandes potencias. El sillón de oro es para Estados Unidos, el principal aportante al capital de la entidad.

Y allí es donde se mezcla la política exterior del país mandamás, además de tratar de cobrarle a los deudores.

Washington prendió la luz roja cuando Argentina dio asilo a Evo Morales y estudia cada movida del país en relación a la situación que se vive en Venezuela. En este punto no todo el peronismo tiene una misma estrategia. Es un Frente, el ganador, que se conformó con los aportes de distintas tendencias e intereses peronistas que tienen serias diferencias ideológicas. Asombra, por el momento, el silencio imperante en sus filas.

Joseph Stiglitz, mentor intelectual del ministro de Economía Martín Guzmán, ya cultivó antes buenas relaciones con la hoy vicepresidenta Cristina Fernández
Joseph Stiglitz, mentor intelectual del ministro de Economía Martín Guzmán, ya cultivó antes buenas relaciones con la hoy vicepresidenta Cristina Fernández

El paquete crediticio ofrecido en su momento a la Argentina fue de 57.000 millones de dólares, cifra que sorprendió al mundo por lo elevado y por entregárselo a un país que ya tuvo un default y erráticas estrategias económicas y de finanzas. No entraron todos esos millones, faltó la etapa de entrega final que no se concretó por las inoperancias de la administración macrista. Y ahora, en estos días, se camina por la cornisa con el peligro de otro default técnico.

El Fondo Monetario exigirá nuevas cuentas, aunque en esto treinta días las decisiones del gobierno de Alberto Fernández deben haber satisfechos a los ideólogos de la entidad.

Las nuevas estrategias dispuestas con los jubilados, la presión impositiva impresionante en un nivel casi extremo que transforman a la nación en una geografía casi inviable para cualquier emprendimiento, son un halago para el Fondo Monetario. No las hubiera podido hacer el anterior gobierno por la presión de las multitudes. Es decir: seguramente imperará un buen ánimo de los acreedores para renegociar la deuda externa sin aprietes y en la mayor extensión de tiempo. Eso ya se verá desde el primer encuentro.

Pero las políticas aplicadas hasta ahora tienen fisuras que pueden crear problemas difíciles de resolver con rapidez. El aumento de las retenciones está movilizando cada vez más a los hombres del campo, preocupados además por los bajos precios internacionales. Hasta ahora la dirección de las entidades rurales no da pelea. pero pronto tendrá que dar respuestas concretas y viables a sus bases.

El garrotazo impositivo achicará aún más los reducidos presupuestos de la clase media, que está siendo castigada, entre otras cosas, con el aumento en los colegios, en los remedios carísimos y en los servicios de salud.

Este sofocamiento se arrastra desde hace dos años. No en vano se paralizó el mercado inmobiliario y la compra de nuevos automóviles es hoy casi una fantasía.

El cristinismo dirá que esa clase media no se pierde sus vacaciones. Lo cierto, empero, es que no hay estadísticas sobre cuánto tiempo permanecen en descanso, cuánto gastan, cúanto tiempo han venido ahorrando de a poco para, por ejemplo, tomarse vacaciones en las playas.

Sin duda hay una clase alta que busca atesorar sus pertenencias. Los depósitos de argentinos en bancos uruguayos crecieron a 3.000 millones de dólares, producto de la desconfianza en nuestro país.

Luz tenue

Los aumentos extras otorgados a los trabajadores sin haberlo negociado antes con los empresarios (especialmente los de mediana y pequeña empresa, envueltas en la recesión) poco solucionan. Es una luz tenue en un túnel bastante oscuro.

Porque la inflación no ha cesado y los Precios Cuidados no ayudan. No obstante, esas gratificaciones o bien otros factores han llevado a la desaparición de los piquetes y la protesta social. Pero esa aparente calma no es un indicador fiable a mediano o largo plazo. Basta escuchar a algunos dirigentes de las organizaciones sociales.

Hasta ahora, a lo largo del mes, la Casa Rosada se ha encargado de retribuir favores o lealtades políticas. Ha otorgado fondos a gobernadores amigos y se los ha recortado a la Ciudad de Buenos Aires, dominio político del PRO. También ha distribuido premios en forma de embajadas o puestos en el entramado del gobierno.

En tren de achicar los gastos han borrado esa consigna y la cantidad de nuevos ministerios asombra. Más ministerios, más gasto público. Y más gasto público en medio del achicamiento general es algo contradictorio.

El congelamiento de los precios de bienes indispensables para la vida cotidiana es, y bien se sabe, pan para hoy y hambre para mañana. No hay muchas soluciones al respecto, pero se debería proceder con destreza y precaución, antes que las empresas proveedoras de servicios presenten balances en rojo.

El cepo al dólar se amplía con el cepo a las importaciones. Todo ello sin conocer, como correspondería , la verdadera matriz productiva de la Argentina El gobierno ha reclamado a las empresas proyecciones sobre sus importaciones. pero no puede asegurar si el consumo y la demanda mejorarán respecto de los índices de 2019.

Tampoco lo saben los empresarios, ni los mejores especialistas que los asesoran.

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