La industria argentina necesita crecer al 4% durante 10 años para alcanzar el nivel de producción de 2011. El desafío del sector metalúrgico de cara a los próximos años es similar al del promedio de la industria porque las empresas metalúrgicas están insertas en múltiples cadenas de valor.
Desde la industria alimenticia que necesita maquinaria para fabricar alimentos elaborados, pasando por las terminales que precisan insumos críticos que fabrican las autopartistas, el sector agropecuario que utiliza la maquinaria agrícola fabricada en el país, los hospitales que compran equipamiento médico, hasta las empresas del sector Oil & Gas que adquieren maquinaria desarrollada localmente para avanzar en el proyecto de Vaca Muerta.
Estos son tan sólo algunos ejemplos de la penetración que tiene la industria metalúrgica en todo el entramado industrial y que al mismo tiempo explican por qué la producción metalúrgica cerrará 2019 con un nivel de producción similar al que había en 2006 y 22% por debajo del alcanzado a fines de 2011.
Esta contracción de la industria metalúrgica se tradujo en una contracción en el empleo del sector, que actualmente es similar al que había en 2007. En los últimos cuatro años se perdieron 25.440 puestos registrados y también se redujeron las horas extras o las jornadas laborales ante la delicada coyuntura.
Como correlato de la caída en la producción y del empleo, la utilización de capacidad instalada en las empresas metalúrgicas en promedio es del 53,1%, según el relevamiento que realiza mensualmente la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA). La posibilidad que mes a mes crezca la utilización de la capacidad instalada y se logre retomar la senda de crecimiento del sector metalúrgico estará determinada principalmente por la conjunción de tres factores.
Por un lado, el acceso al financiamiento en condiciones de tasas y plazos compatibles con la producción será clave para garantizar el sostenimiento de la cadena de pagos y que las empresas tengan capital de trabajo para hacer frente a los pagos de sueldos, proveedores e impuestos, entre otros. El crédito a las PyMEs cayó 36% en términos reales en septiembre de 2019 con respecto al mismo mes de 2018, según el último informe elaborado por la Unión Industrial Argentina (UIA).
El acceso al financiamiento no permitirá únicamente sostener la cadena de pagos, sino también que los empresarios concentren mayor parte de sus energías al desarrollo de nuevos productos, mejorar sus procesos productivos y avanzar en la organización de sus negocios. El estudio que realizaron en conjunto el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la UIA calculó que el 76% de las gestiones de financiamiento en las empresas PyMEs argentinas son llevadas adelante por el dueño o los socios de las empresas.
Por otro lado, una estrategia de inserción internacional promovería las exportaciones metalúrgicas a partir de revisar el actual esquema de derechos de exportaciones y reintegros, instrumentos para pre-financiar y post-financiar exportaciones, acompañamiento para que las empresas puedan conseguir mayores certificaciones para acceder a otros mercados, entre otros puntos. El sector metalúrgico realiza exportaciones por casi USD 4.000 millones de dólares, mientras que si se logra potenciar esta agenda se lograría en el corto plazo recuperar el nivel de exportaciones de 2011 que fue de USD 6.411 millones. El potencial del sector para la generación de divisas no está vinculado únicamente en las exportaciones, sino también en la capacidad de las empresas locales de abastecer a la demanda local.
Finalmente, el mayor dinamismo del mercado interno permitirá no únicamente fomentar la producción metalúrgica, sino también, como plantea el Premio Nobel en Economía Paul Krugman, que las empresas locales cuenten con una mayor escala para competir en los mercados internacionales.
Avanzar en esta agenda será un desafío de cara a los próximos años para que la industria tome mayor protagonismo y pueda volver a ser uno de los motores de la innovación y la generación de empleo de calidad en el país.
El autor es Director de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA)