El travesticidio es plurinacional

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(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)

Un vez más se acerca el Encuentro y me invaden una serie de pensamientos, de recuerdos, de experiencias colectivas. Este año el Encuentro va a ser en La Plata y el sábado va a ser la Marcha Plurinacional contra los Travestidicios y los Transfemicidios. Les comparto algunas de las cosas que vengo pensando.

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Pienso que lo personal es político y lo plurinacional trava, negro, pobre, ilegal, sucio, ignorante, figureti, mapuche, trosko, k, peroncho, diaguita, matancero, conurbano, niñe, narcomenudeante, analfabeto, decadente, multicolor y marrón. Una parte de mis hermanas dice que la prostitución es un trabajo, a lo que yo diré que justamente en el ejercicio de la prostitución el travesticidio se vuelve opresor de nosotras mismas y de nuestras historias y formas de amar. Mata a sangre fría el deseo de sentir placer, consumado, eróticamente acordado entre dos. De la misma forma cuando hablamos de travesticidio social el opresor es el Estado, que abandonó históricamente, que penetró y lastimó sin preguntar, con o sin vaselina, una y otra vez, al cuerpo travesti. Llamamos travesticidio a todo crimen de odio agravado por la identidad. La prostitución es el corazón (léase problema de raíz) de este cuerpo travesti que es el travesticidio. Me atrevo a decirlo intentando generar la conciencia que no supimos tener muchas veces cuando nos pusimos silicona o abortamos clandestinamente muches de nosotres. Lo digo abrazando las calles y las luchas de muchas de las compañeras que nos siguen y nos aman. Lo digo porque no me sale llorar a la hora de mirar este genocidio trans.

“Basta de Travesticidios y Transfemicidios” es un grito travesti en contra de todas la violencias. Es una acción pobre y sudaca contra las violencias que sufren todas las personas en el mundo y en la sociedad. La astucia travesti supo encauzar esta consigna para abrazar todas las luchas al punto de volverlas una sola causa. Pensar en el recorrido que hizo en su momento la “Marcha Nacional Basta de Travesticidios” y en el recorrido que de ahora en más va a seguir haciendo la “Marcha Plurinacional Basta de Travesticidios y Transfemicidios” me llena de orgullo. Muchas veces fui la voz de esos reclamos queriendo que se escuche y que se luche.

Desde aquel Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario -2016- decidimos juntarnos después del taller trans y habiendo hecho ese mismo año la primera marcha ese 28 de junio en la ciudad de Buenos Aires necesitábamos seguir llorando, pedir justicia, llevando las banderas de Lohana Berkins y Diana Sacayán. Seduciendo a este hermoso feminismo que nos ayudó a ganar las calles rosarinas que tanto amamos. Y lo hicimos huérfanas y con dolor, con el Paraná de testigo y la bandera como símbolo resignificado de la tan ansiada ciudadanía travesti y trans. Llegó Chaco en 2017 y lo hicimos como siempre lo veníamos haciendo y como siempre lo hicimos, sin pedir permiso. Sabiendo que ustedes compañeras nos iban a acompañar. Gracias por eso.

Las marchas se siguieron sucediendo e incrementando masivamente en la Ciudad de Buenos Aires. El hecho de que la justicia de este país por primera vez nombre el asesinato de una dirigente travesti como lo fue Diana Sacayán con la figura de travesticidio nos dio fuerzas, ganas y empuje. A mí me dio orgullo saber que la historia del colectivo travesti trans en nuestro país se seguía escribiendo. Y me tenía como una de las protagonistas. ¿Será que las pobres, las nadies, las que no entramos en las fotos de la diversidad, las que no nos invitan a sentarnos en esa mesa política bastante chica pero con un montón de dinero en nuestro nombre, con un megáfono y con el dolor de la perdida de una de las nuestras vinimos a hacer una diferencia? Nunca lo sabré.

Llegó Trelew -2018-, el viento sur recibía y abrazaba a las travas con fuerza. La consigna era parte del cronograma oficial por primera vez en la historia de los encuentros. Más de 20 cuadras de mujeres empoderadas marchaban por las travas pidiendo que dejen de matarlas. Escuchar el eco a lo largo y ancho de aquella tarde que decía “Señor, señora, no sea indiferente, se matan las travestis en la cara de la gente”. Con el viento y con Higui abrazándonos entre la gente. Recuerdos que jamás me van a hacer olvidar ni arrancar de este corazón trava. De repente suena un grito de reclamo e indignación hacia la comisión organizadora de ese año. Ese grito decía “nos queremos plurinacional”. Ese grito se quiso callar en el desarrollo del encuentro de ese año, pero al final la indignación se hizo escuchar. Todas en Facebook nos queríamos plurinacional. Fue en ese escenario del acto de cierre que fui embestida por el newen. Como travesti sentí muchas veces el dolor de la exclusión. Por eso, sin que mucho nos importara, junto a Claudia Vázquez Haro (de La Plata) hicimos subir a las compañeras originarias al escenario donde no las dejaban hablar. Fuimos las travas empoderadas las que entendimos ese dolor e indignación. Se me caen las lágrimas al escribir esto y recordar a esas compañeras que corrían al lado del colectivo cuando me volvía, saludándome, agitando sus pañuelos, tirando besos, diciéndome gracias, con los cerros detrás como testigos.

Los días pasaron, la espuma del encuentro nacional de Trelew empezó a bajar. Yo empecé a investigar qué es ser plurinacional. Al tiempo descubrí que este país tiene 32 naciones originarias. Que no entran en esto que llamamos Estado-Nación. Como el travestismo que no encaja en el binarismo. Como el apellido de mi abuelo que por ser analfabeto y tener que trabajar en lo rural como única opción para alguien que no sabe leer, ni escribir, el que lo empleó para que pudiera ser registrado en un marco legal le borro su apellido poniéndole el suyo, que era Fernández, y lo mandó a cosechar limón en los cerros de las fincas que tenía en Amaicha del Valle. Cuando descubrí que eso había pasado con mi apellido -que seguramente debe ser originario- volví a sentir la misma indignación que sentí detrás de ese escenario del acto de cierre en Trelew.

Llegó la marcha de este año por los Travesticidios y Transfemicidios en la ciudad de Buenos Aires y no lo dudé. Fui a la Comisión Organizadora con la propuesta contundente: hay que cambiar el nombre. Por consenso colectivo e idea mía se cambió el nombre de Nacional a Plurinacional. Sentía que teníamos que estar a la altura y responder con claridad travesti a un sistema que al igual que a las los pueblos originarios, las afros y las migrantes nos expulsa todo el tiempo. La marcha fue un éxito en la Ciudad de Buenos Aires este año. Gracias a la garra trava y la furia que le pusieron compañeras como Ivana Gutiérrez, Violeta Alegre, Lara Bertolini, Alba Rueda, Marcela Mainero, Luli Fernández, Sabrina Segovia, Jem Rodríguez, Daniela Ruiz, Zoe Rodríguez, Mahia Moyano, Lucía Fuster, Yessi León, Jennifer Gabriela Aranda, Gaby Puga, Say Sacayán y un montón de compas trans y no trans que se sumaron. Entiendo que de aquí en más nos queremos plurinacional.

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Los recuerdos están frescos mientras escribo esto en la pieza hotel donde vivo. La misma pieza que a veces no puedo pagar porque no llego a fin de mes y me tengo que escapar. Ahí es cuando el travesticidio social me parte en dos. Es ahí donde el travesticidio me vuelve ilegal y delincuente. Y no estoy escribiendo acerca del azar y la buena suerte.

Quiero terminar este escrito escribiendo y nombrando a las que siempre están, como mi amiga Florencia Guimaraes, Marlene Wayar y la tía Susy Shock. Quiero terminar este escrito diciendo que este sábado la Marcha Plurinacional Basta de Travesticidios y Transfecidios llega a La Plata. Y que les esperamos a todas y todes. Y al mismo tiempo aportar a la construcción de la memoria colectiva travesti y trans. Recordar desde aquí a las 60 compañeras travestis y trans muertas en lo que va de 2019. Y las más de 80 muertas por el abandono histórico del gobierno de Mauricio Macri en 2018. Todo mi repudio a las políticas de hambre de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires que condenan y agravan más y más el empobrecimiento histórico de todas las nuestras. Escribo para que la justicia escuche el grito que vienen haciendo sentir desde Tucumán todas y todos los que piden justicia por Cyntia Moreira. Que algún día podamos tener un trabajo real en lo publicó y lo privado. Que el aborto sea legal como el Encuentro Nacional de Mujeres sea Plurinacional. Plurinacionalmente trava. Furia travesti.

La autora es activista travesti

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