Esteban Justo Antonio Righi nació en Resistencia, Chaco –donde sus padres ejercían la docencia-, el 4 de septiembre de 1938. Liceísta militar, cursó sus estudios de abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en la que obtuvo su título de grado en 1962. En esa misma casa de estudios, cursará y obtendrá también, en 1965, el título de Especialista en Derecho Penal, todo ello justo antes de la llamada Noche de los bastones largos, que pondría fin a uno de los ciclos más notables de excelencia académica en la universidad pública.
Para ese entonces, Righi dio inicio al primero de sus ciclos de actuación en el ejercicio de la profesión liberal (al fundar un estudio jurídico junto a Héctor Cámpora (h) y a Miguel Ángel Bercaiz), al tiempo que se desempeñaba como asesor legal de la Secretaría de Comercio de la Nación (1962-1974).
Righi pasó a formar parte del grupo de jóvenes juristas que se formaron alrededor del penalista español (exiliado del régimen franquista) Luis Jiménez de Asúa. En 1968 va a publicar su primer trabajo de doctrina, titulado "El animus iniuriandi en la injuria y el desacato" (en la Revista de Derecho Penal y Criminología, Ed. La Ley, Bs. As.), al que le van a seguir otros tres previo a su asunción de funciones políticas y posterior exilio ("El art. 87 del Código Penal: ¿Tipo culposo o preterintencional?", misma revista, 1969; "Problemas sistemáticos de la punibilidad de la tentativa inidónea", en libro homenaje al Prof. Jiménez de Asúa, 1970; y "El dolo eventual en la tentativa", en Rev. Nuevo Pensamiento Penal, Ed. Astrea, Bs. As., 1972).
A partir de 1971, integró el Consejo de Redacción de la revista Nuevo Pensamiento Penal, fundada por el propio Jiménez de Asúa. Asimismo, en 1973 fue designado Profesor Adjunto en la Facultad de Derecho de la UBA. Con el advenimiento del gobierno constitucional de Héctor J. Cámpora, fue pública y notoria su actuación como Ministro del Interior de la Nación (1973), en cuyo contexto Righi dio a conocer su famoso Discurso para las Fuerzas de Seguridad, con memorables pasajes realzando el rol de éstas en la defensa del Estado Social y Constitucional de Derecho, y la primacía innegociable de las garantías y derechos fundamentales frente a los atropellos del ejercicio abusivo del poder punitivo estatal.
Perseguido por la organización criminal paraestatal "Triple A" -que ya había cometido una serie de atroces atentados por razones políticas-, el 4 de octubre de 1974 Righi decidió finalmente partir al exilio (así como también lo hizo su entrañable amigo y colega Enrique Bacigalupo, quien se había desempeñado, en el mismo período, como Procurador del Tesoro).
Radicado en la ciudad de México, Righi emprendió una intensa y destacada actividad académica en ese país, donde ya en 1975 fue designado Profesor Asociado de Derecho Penal en la Universidad Autónoma del Estado de México (UNAM), y al año siguiente, Profesor Titular, con mención especial debido a la calidad del trabajo presentado. A partir de allí, Righi sería designado profesor en la Maestría en Criminología de la Procuraduría General de Justicia (1977), en la Maestría en Leyes de la UNAM (1978), en la Universidad Panamericana (1979), en el Instituto Nacional de Ciencias Penales –INACIPE- (1979), en la Universidad Autónoma Mexicana –UAM- (1981) y en la Universidad Autónoma de Hidalgo –UAH- (1982), entre otras. Previo a su regreso a la Argentina, en 1983 el profesor Righi obtendría, por concurso (dictamen unánime), las cátedras de "Derecho Penal I", "Derecho Penal II", "Criminología" y "Derecho Penitenciario" en la UNAM, insuperable coronación de su trayectoria académica en la década en que vivió y enseñó en tierras aztecas.
Esta fecunda actividad docente en suelo mexicano fue acompañada por el dictado de innumerables conferencias y publicaciones científicas, así como por la elaboración de numerosos planes de estudio de grado y posgrado. Además, Righi fundó allí el Centro de Estudios Argentino-Mexicano (1974) y la Comisión Argentina de Solidaridad (1974).
Es interesante destacar que la primera de las disertaciones que el Profesor Righi dio en la ciudad de México, titulada "El Fraude en el Código Penal Mexicano", que tuvo lugar en el auditorio de la Procuración General de Justicia, fue impartida el 25 de marzo de 1976, es decir, al día siguiente del desencadenamiento del golpe de Estado en la Argentina.
Dicha infausta dictadura, nada más asumido el poder de facto, dispuso quitarle al profesor Righi sus derechos políticos, inhabilitarlo para ejercer cargos públicos, ordenar su captura y quitarle la administración de sus bienes en la Argentina.
Restaurada la democracia en el país, en marzo de 1984 Righi regresó a la Argentina, y se reincorporó inmediatamente al claustro docente de la Facultad de Derecho de la UBA. Dos años más tarde, obtuvo su plaza de Profesor Asociado del Departamento de Derecho Penal, cargo que desempeñó hasta 1996. En ese período es que accedió al título de Doctor en Derecho Penal y Disciplinas Criminológicas, expedido por la Facultad de Derecho, UBA (1990).
Siendo Profesor Asociado y Doctor en Derecho, en 1996 Righi fue designado, por concurso, Titular de cátedra, en el mismo Departamento Penal de la Facultad de Derecho de la UBA. Diez años después, sería nombrado profesor consulto y finalmente, en 2016, profesor emérito (en un acto memorable, a sala llena, en el cual expusieron la Decana de la Facultad Dra. Mónica Pinto y el Dr. Salvador Bergel, cfr. Derecho al día, Año 16, Nro. 289, 24/8/2017, Facultad de Derecho, UBA).
Durante todo este tiempo, Righi formó parte también del plantel docente del Departamento de Posgrado de dicha Facultad (1986-2016), del cual fue su Director entre 1996 y 1998. Asimismo, fue designado Director de la Comisión de Posdoctorado de esa misma Casa de estudios (2012-2018).
Entretanto, desde su retorno a la Argentina, Righi retomó el ejercicio profesional de la abogacía (1985-2004). En una primera etapa lo hizo desde una oficina en el estudio de la Dra. Lucila Larrandart, y en 1992 fundó su propio bufete junto con un colega civilista, el Dr. Carlos Decurgez; para luego tener el altísimo honor de ser designado Procurador General de la Nación, cargo que ejerció entre 2004 y 2012.
Más allá de estas alternativas, Righi continuó en todo este tiempo con su prolífica actividad como conferencista (su última disertación tuvo lugar en la Universidad de Mar del Plata, Pcia. de Buenos Aires, en el marco de la Diplomatura de Derecho Penal Económico, donde dio la conferencia de apertura, dedicada a "Aspectos generales del Derecho penal económico", el 16 de marzo de 2018) y publicista (su último aporte en este rubro, fue su trabajo El concepto unitario de antijuridicidad, Ed. Hammurabi, 2018), organizó numerosos seminarios, y participó activamente en reformas a planes de estudio y en múltiples iniciativas legislativas del ámbito penal.
Integró el Consejo de Redacción de la revista Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal de la Editorial Ad Hoc (1996-2004), así como también de la Revista Penal, de la Editorial Rubinzal-Culzoni (2011-2018) y de la Revista de Derecho Penal y Criminología, de la Editorial La Ley (2005-2018). Así como también fue miembro activo de la Asociación Argentina de Profesores de Derecho Penal (2005-2018), entre muchas otras entidades dedicadas a las ciencias jurídicas de las que formó parte.
Fue jurado titular respecto de un sinnúmero de tesis doctorales y de maestrías, así como también en concursos académicos y profesionales. Cabe destacar, en tal sentido, el destinado a cubrir cuatro vacantes de Profesor Titular en el Departamento de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la UBA, en 2012, y el que resultara ser su póstumo aporte a la institucionalidad, designado por el Consejo de la Magistratura de la Nación como Jurado titular para el concurso de oposición y antecedentes para cubrir cuatro vacantes en la Cámara Nacional de Casación Penal de la ciudad de Buenos Aires (2017-2018).
Asimismo, el profesor Righi recibió múltiples distinciones a su trayectoria, entre las cuales habremos de destacar el Premio Konex que le fuera otorgado como figura destacada (2006-2016) en el ámbito del Derecho, por parte de la Fundación Konex Argentina.
Fue en este período, tras su regreso a Buenos Aires, en donde Righi publicó sus más importantes trabajos de doctrina y obras científicas, fruto de su madurez como jurista y de su permanente enriquecimiento intelectual debido a sus intensos intercambios en estos años con prestigiosos colegas y amigos juristas, entre otros, los Dres. Enrique Bacigalupo, Marcelo Sancinetti, Daniel Pastor, Fernando Córdoba, Gustavo Bruzzone y H. Mario Magariños.
Sería imposible aquí traer a colación cada uno de sus aportes, pero podemos mencionar los siguientes, guiados por el afecto y el reconocimiento que el profesor Righi revela a través de los mismos, por ejemplo, al participar en varios libros homenaje a maestros y colegas, como lo fueron Isidoro de Benedetti (Interrupción de la prescripción de la acción penal por secuela de juicio, Bs. As., 1997), el ya mencionado Enrique Bacigalupo (Delitos omisivos equivalentes a la comisión activa de un delito, Bogotá, Colombia, 1999 y La regulación del error de prohibición en el Derecho argentino, Lima, Perú, 2003), Manuel Rivacoba y Rivacoba (La causalidad natural: ¿Es prerrequisito de la imputación objetiva?, Bs. As., 2004), Hans Welzel (La influencia de Welzel en el Derecho Penal argentino, Santa Fe, 2005), Julio Maier (Los sucesivos modelos de teoría del delito adoptados en el Derecho argentino, Bs. As., 2005), Miguel Bajo Fernández (Redefinición mediática de los casos criminales, Madrid, España, 2016); Lola Aniyar de Castro (Pinceladas de la política criminal latinoamericana, Bs. As., 2016) y Santiago Mir Puig (Las demandas de <<eficacia>> y sus consecuencias para la política criminal latinoamericana, Barcelona, España, 2017).
En este mismo sentido, no podemos dejar de destacar la publicación de un trabajo de doctrina junto con su hijo Federico, "Reflexiones sobre la evitabilidad del error de prohibición (el conflicto entre un policía Pacífico y un novio celoso)", en el Suplemento de Jurisprudencia Penal y Procesal Penal de la Editorial La Ley, Bs. As., 2003.
Y en cuanto a sus muchos libros editados, debemos destacar la publicación de su Elementos de Derecho Penal y Procesal Penal, manual destinado a la cursada de la materia homónima en la Facultad de Derecho de la UBA, en colaboración con Alberto Fernández y Luis Pastoriza (Ed. Lerner, Bs. As., 1988); así como también su manual de Derecho Penal publicado nuevamente junto a su amigo, el profesor Alberto Fernández (Ed. Hammurabi, Bs. As., 1996).
Entre sus libros dedicados a aspectos de la parte general del Derecho Penal, se han destacado La imputación subjetiva, Ad Hoc, Bs. As., 2002; Antijuridicidad y Justificación, Ed. Lumiere, Bs. As., 2002; y La culpabilidad en materia penal, Ed. Ad. Hoc, Bs. As., 2003; así como también su Teoría de la pena, Ed. Hammurabi, Bs. As., 2001.
Mientras que dentro de sus obras publicadas atinentes a la parte especial, podemos mencionar aquí, entre otras, el volumen dedicado a los Delitos por emisión ilegal de cheques, Ed. Hammurabi, Bs. As., 1997; Los delitos económicos, Ed. Ad Hoc, Bs. As., 2000; El delito de estafa, Ed. Hammurabi, Bs. As., 2015 y su último libro publicado, El delito de administración fraudulenta, de la misma editorial, 2017. En este mismo rubro merece destacarse también la co-dirección, junto a Enrique Bacigalupo, de la colección Delitos de competencia federal, penal económico y tributario, de la Ed. Hammurabi, que se viene publicando ininterrumpidamente desde 2014.
Para el final de esta reseña bibliográfica dejamos en un lugar de privilegio a la que tal vez haya sido la obra más acabada e importante del profesor Righi, que ha formado y seguirá formando a generaciones de operadores jurídicos en Argentina, México y otros ámbitos de Hispanoamérica, nos referimos a su Manual de Derecho Penal – Parte General, publicado por la Editorial Lexis Nexis, Bs. As., en 2007 y que fuera reimpreso en 2010 por la Ed. Abeledo Perrot, y que contó con una segunda edición, publicada por esta última casa editorial en 2016.
Del prólogo de esta obra, en su versión de 2007, extraemos estos pasajes, que lo caracterizan en su sencillez y claridad expositiva:
"La sensación que me genera este volumen es notoriamente similar a la que debe experimentar un deudor crónico cuando, finalmente, puede cancelar viejas obligaciones con sus acreedores. La deuda que pretendo saldar es la publicación de una parte general de derecho penal material".
"Debe considerarse posible, como también deseable, que cuando se concibe a la pena como réplica ante el delito ejecutada a costa del infractor, con la finalidad de preservar a la norma como modelo de orientación de los contactos sociales, la idea esté condicionada por límites externos que deben surgir del retribucionismo. Descartada la versión idealista que caracterizó las formulaciones clásicas de la teoría absoluta, es posible rescatar sus virtudes para conformar un modelo global que preserve la seguridad jurídica, especialmente por las condiciones que impuso el ejercicio del ius puniendi estatal".
"De lo que entonces se trata es de evitar que una persecución exclusivamente orientada por fines preventivos genere el peligro de abandonar al afectado a esos objetivos estatales, alterando una relación adecuada y justa entre el motivo de la pena y las consecuencias jurídicas del hecho. Para ello, lo que procuramos es configurar un sistema que además de la utilidad, garantice que la reacción punitiva sea legítima".
En definitiva, queda claro que el sorpresivo fallecimiento del Profesor Esteban Righi nos ha privado de uno de los máximos exponentes del penalismo liberal latinoamericano, de un jurista de amplia y reconocida trayectoria, cuyos principios y valores han sido sostenidos con notable coherencia en su actuación profesional, en especial, en aquellas ocasiones en que Righi fue llamado a cumplir funciones en el ámbito público. Se va un verdadero maestro, no sólo del derecho, sino de la vida, un hombre de la democracia, defensor de la paz y de la justicia social, tranquilo, afable y conciliador, y por sobre todas las cosas, se ha ido un amigo muy querido para muchas personas de distintas generaciones –entre las que me cuento-, se ha ido un abuelo presente y cariñoso –sin importar las latitudes-, un padre y esposo ejemplar. Seguirás presente en todos nosotros, querido Bebe.
El autor es titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 3 de Capital Federal.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición de julio de la Revista de Derecho Penal y Criminología de la Editorial La Ley, Buenos Aires.