El Gobierno anunció un reperfilamiento de la deuda a corto plazo para disponer de más dólares para intervenir en el mercado cambiario que se tornó más tenso y no respondía a las intervenciones del Banco Central. El dólar no solo cerró en los máximos, sino que creció la salida de depósitos en las entidades financieras.
Para evitar males mayores y aumentar la capacidad de intervención, el Gobierno decidió alterar las condiciones de emisión de bonos con ley argentina de corto y mediano plazo en pesos y en dólares. Mucho tuvo que ver en esta decisión el fracaso de la licitación de títulos públicos que cerró hoy a las 15.00.
El reperfilamiento no alcanza a todos los acreedores. Solo a los institucionales, bancos y compañías de seguro principalmente. Los ahorristas e inversores individuales cobrarán normalmente.
Los títulos que están alcanzados son las Letes en dólares y las Lecap, Lecer y Lelink, en pesos. Los tenedores institucionales cobrarán 15% de estos bonos a su vencimiento, 25% tres meses después y 40% restante a los seis meses.
Las Lecap en pesos que vencen en 2020, tendrán una extensión de sus plazos de pago de tres meses.
Sin entrar en detalles, anunciaron que habrá una ley para los que quieran prorrogar voluntariamente los vencimientos de bonos entre 2020 y 2023.
La tercera etapa, la más complicada, comenzará el jueves cuando empiecen a hablar con tenedores de bono con legislación extranjera, para prorrogar voluntariamente los vencimientos sin quita de capital ni baja de tasas.
Por supuesto, al FMI le hicieron llegar la propuesta de reperfilamiento de la deuda que mantienen con ellos. Los préstamos del FMI a la Argentina, representan 60% de los créditos que tiene otorgados en el mundo.
Por eso de ahora en más el término reperfilamiento va a incorporarse a la jerga cotidiana. Se diferencia de reestructuración en que en el reperfilamiento hay una prolongación de plazo sin quita de capital ni intereses y con acuerdo directo de todos los acreedores.
Por supuesto, las interpretaciones de estos términos son infinitas, porque el límite que separa al reperfilamiento de reestructuración, es tan mínimo como el de default técnico. De hecho, en las redes sociales, los distintos economistas utilizaron los tres términos para definir los anuncios que hizo Lacunza. Cada uno hablaba desde su ideología.