La marcha autoconvocada por los ciudadanos dio un claro y firme apoyo al presidente Mauricio Macri y a una forma distinta de hacer política hasta el momento: con obras reales que habían sido postergadas durante décadas, con una verdadera inserción en el mundo y sin sobreprecios ni bolsos repletos de dinero de las coimas. Sí, se puede sacar un país adelante sin corrupción y hablando desde el corazón.
Sabíamos que iba a ser difícil levantar el país en las condiciones en que el kirchnerismo había pertrechado las instituciones, la economía y la confianza de los argentinos. Sin embargo, la gente reconoce el esfuerzo que hemos hecho todos por recuperar la dignidad que nos robaron y no quieren volver atrás, a un país sin Justicia, sin crecimiento ni futuro.
Juntos por el Cambio demostró en estos años de trabajo en equipo que el diálogo y el consenso son parte de una agenda amplia que llegó para quedarse y conseguir el único objetivo que tiene desde el primer día: mejorar la vida de todos los argentinos.
No fueron en vano todas las medidas que se tomaron desde el primer minuto de gobierno, como la reparación histórica a nuestros adultos mayores, un beneficio justo que fue negado durante años y que esta gestión posibilitó para que reciban lo que les corresponde o la infinidad de kilómetros de asfaltos, cloacas y luminarias que brindan mejor acceso a nuestros barrios.
Las miles de personas que se autoconvocaron este sábado en la Plaza de Mayo saben la importancia de llevar adelante una gestión con valores, ética y transparencia. Y es una responsabilidad que nos cabe a todos por igual: podemos ser mejores si estamos más unidos que nunca y hacemos bien las cosas.
Sin dudas que poco más de tres años no son suficientes para resolver todos los problemas que fue acumulando nuestro país durante su historia, pero también hay que destacar que este Gobierno supo escuchar a la ciudadanía y responder de manera rápida con medidas tangibles que incluyan a todos los sectores sociales.
La sociedad toda debe entender que desde el 10 de diciembre de 2015 se terminó la Argentina de la corrupción, de la coima, de los cuadernos, los sobreprecios y las mafias. Quizás falte mucho, pero estamos en el camino correcto para alcanzar el país que merecemos y muchos argentinos han demostrado que no quieren perder el rumbo.
La Plaza de Mayo colmada de esperanza es un mensaje para todos los argentinos sin importar su color político. Es una señal de que podemos ser mejores si estamos juntos, tirando para el mismo lado, haciendo lo que hay que hacer para cambiar la historia.
La autora es diputada nacional por Cambiemos