En estos días, varios medios de comunicación llamaron para preguntarme qué opinaba del spot de campaña -no oficial- donde varias personas de la diversidad dicen que "los putos, tortas, travas e intersex" votamos a Fernández Fernández.
Una de las primeras preguntas era si el spot es oficial y si yo considero que es cierto que todas las personas LGBT votan la fórmula Fernández Fernández. Más allá de los debates comunicacionales respecto del objetivo del video, los argumentos que aporta, etc, entiendo que el spot es un muy buen aporte independiente a la campaña y, si bien es cierto que no es verdad que todas las personas LGBT votan la fórmula Fernández Fernández, el mensaje del video en realidad es que deberían hacerlo. Pero lo más interesante son, en mi opinión, los debates y reflexiones que propone.
Nadie puede pensar que toda una comunidad vota de manera uniforme a un sector político en particular. Entonces, ¿por qué alguien se atreve a semejante afirmación? ¿Qué pasaría si otra fórmula partidaria hiciera un spot de estas características?
De las propuestas electorales para estas elecciones, la fórmula Fernández Fernández ofrece mucho más que promesas para la comunidad LGBT. El relativamente reciente gobierno que les tuvo como protagonistas, convirtió en leyes y políticas públicas del Estado a todas las reivindicaciones históricas del movimiento de la diversidad en Argentina, demostrando no sólo compromiso con el reconocimiento de todos nuestros derechos, sino el coraje necesario para enfrentar a sectores muy poderosos de la sociedad que se oponen a ellos. Y como si eso fuera poco, también garantizaron un Estado presente -con presupuesto y decisión política- dispuesto a dar las batallas necesarias para generar las condiciones para esos reconocimientos y para luego velar por ellos.
La Ley de Matrimonio Igualitario, la de Identidad de Género, el agravante de los crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género y su expresión en la Ley de Femicidio, la prohibición de las terapias para "curar la homosexualidad" o de cualquier diagnóstico basado en la "elección sexual" de las personas incluidos en la Ley Nacional de Salud Mental, la Ley de Reproducción Humana Asistida que incluye a las parejas del mismo sexo garantizando el acceso gratuito a los tratamientos, el nuevo Código Civil ampliando el concepto de familia, la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual que incluye cláusulas antidiscriminatorias y la creación de un organismo para trabajar en ese sentido, las áreas de diversidad en todos los ministerios nacionales, son sólo algunos de los ejemplos que dan cuenta de todo esto. Ningún otro gobierno en la historia de nuestro país incluyó de esta manera a la diversidad en la política de Estado. En la región, sólo Canadá tenía aprobado el matrimonio igualitario, junto a algunos estados de Estados Unidos y la Ciudad de México, que lo aprobó tan sólo unos días antes, luego de haberse celebrado el primer matrimonio igualitario de América Latina en Argentina, por vía judicial. Argentina sería el décimo país del mundo en reconocer este derecho. Hoy ya es legal en 30 países.
Quizás es por todo esto que hay un grupo de personas que se atreve a asegurar que "los putos, las tortas y las travas" votamos a Fernández Fernández, porque si bien todes sabemos que esto no es literalmente cierto, la verdad es que al menos quienes voten en defensa de sus derechos, sin dudas deberían hacerlo.
¿Qué pasaría entonces si, por ejemplo, Cambiemos hiciera un video como este? Sería entre gracioso e indignante. Porque desde que ganaron las elecciones, antes incluso de ser gobierno, se ha recrudecido la violencia de las fuerzas de seguridad y la violencia social hacia la comunidad LGBT, no han generado políticas públicas hacia la diversidad salvo una dirección nacional cuyo principal eje de trabajo es el de organizar capacitaciones y un protocolo que le indica a las fuerzas de seguridad cómo detenernos (lo que en el contexto de un gobierno tan represivo parece algo cínico). Los organismos del Estado responsables de trabajar para garantizar nuestros derechos han tenido drásticos recortes presupuestarios que han generado una completa ausencia del Estado en la vida de las personas LGBT a la hora de la vulneración de todos los derechos reconocidos.
Es cierto que el Partido Socialista ha sido otro de los sectores políticos que también ha protagonizado el reconocimiento de nuestros derechos en Argentina, sin ir más lejos, han sido los primeros en presentar los proyectos de matrimonio igualitario e identidad de género en nuestro país, junto con la Federación Argentina LGBT, pero la verdad es que no hay candidato a Presidente y Vice del Partido Socialista en estas elecciones. Por otro lado, el único diputado que tenían en el Congreso, en su última composición, votó en contra de la Ley del Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito y su representante en la Ciudad de Buenos Aires está dentro de la lista de Cambiemos. Incluso la izquierda trotskista con representación parlamentaria en el Congreso de la Nación poco ha hecho por los derechos de nuestra comunidad. Ni siquiera han apoyado el último dictamen de la Ley Antidiscriminatoria consensuado en comisiones, que tenía el consenso de la mayoría de las organizaciones LGBT.
Lo interesante de este video que se propone aportar a la campaña Fernández Fernández no es solo lo que dice sino la reflexión respecto de por qué se atreven a decirlo y por qué no podría decirlo ningún otro sector político.
Activista LGBT de la Mesa Nacional por la Igualdad, Federación Argentina LGBT