Una campaña marcada por la pobreza conceptual

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A propósito de los mutuos miedos que plantean los candidatos presidenciales, el politólogo Hugo Quiroga reflexiona conmigo: "Cuando hay miedo no hay libertad, y votar con miedo es votar sin libertad y eso es tremendo para la democracia".

El PRO llegó a las distintas instancias de gobierno con el voto optimista del "Sí, se puede". Esta es la primera elección en la que apela al miedo. Miedo recurrente en la historia política argentina sintetizada en "el caos o yo". El bonapartismo de "yo o el caos" tiene muchos antecedentes aquí y en el mundo. No es sólo de Argentina. En su momento Suárez también lo usó en España cuando le ganó a Felipe González, donde decía que se podía caer en el vacío. En el ballotage en Francia entre Le Pen y Chirac, todos los partidos se unieron para que no ganara Le Pen y usaron el caos, el fascismo, la guerra y el racismo del candidato de derecha. Esta jugada de "yo o el caos" puede ser un boomerang que se vuelva en contra.

Macri apela al miedo al pasado dado que el presente económico que su gobierno construyó no le es favorable. Y Alberto Fernández apela al miedo al presente para evitar que se eternice Macri en el futuro. Es interesante analizar la estrategia de Roberto Lavagna, quien quiso construir fuera de los miedos apelando a los consensos y terminó enredado en la construcción política rechazando –apelando a los miedos- la posibilidad de acuerdo con los otros candidatos y negándose a consensuar alternativas dentro de su propio espacio. Esto favoreció lo que decía tratar de evitar: la polarización.

Hay una evidente pobreza conceptual, al menos hasta llegar a las PASO. 

Mauricio Macri pudo ser un concertador. Ganó en 2015 con votos ajenos, los cuales aparecen cuando la política debe dirimir sus flaquezas de acopio de votos en un ballotage. Fue allí cuando, en vez de bailotear en el balcón, con alegría entendible pero en un ámbito equivocado, hubiese desde allí convocado a las oposiciones, como haría un jefe de Estado. La mezquindad o miopía política de sus asesores aceptada por él, no lo permitieron. Personalmente creo que el Presidente no es hombre proclive a los consensos. Es un hombre de negocios, quien cree en mercados a conquistar. Por eso está feliz con el acuerdo Mercosur-Unión Europea. Es cierto que la política tiene algo de eso, es la conquista del votante, pero desde la seducción de un proyecto, de una esperanza palpable. Los yerros políticos internos -contrapuestos con los aciertos internacionales-, hicieron que Mauricio Macri viera tambalear su posible candidatura a la reelección.

El Presidente debió acudir a un peronista, Miguel Pichetto, hasta ahora "macrizado", como compañero de fórmula. Poco se sabe lo que hará si gana. Ni si Macri, como dicen, hará lo mismo pero más rápido. Es decir aumentar tarifas hoy planchadas. Aumentar impuestos hoy asfixiantes. Aumentar el silencio de fábricas y comercios, hoy al 50% de su potencialidad. Aumentar las inversiones financieras, hoy con buenos resultados para estos inversores, con plata que deben los argentinos al FMI. Y pongo con signos de preguntas por la gravedad, si hacer lo mismo pero más rápido incluye ¿aumentar la pobreza y la desocupación aún más? De ser gobierno cuatro años más ¿se excusará en la herencia recibida? Herencia por cierto no menor. ¿Por qué hoy su gobierno echa mano a medidas "populistas" en las que no cree, para ganar las elecciones? Tarifas planchadas. Planes en cuotas Ahora 12 y 18. Subsidios engañosos para los créditos UVA. Dólar frenado. Sólo un ejemplo: Alpargatas, empresa emblemática de la Argentina desde 1883, se fue definitivamente de nuestro país. Se fue a Brasil. Brasil crece en industria y producción mientras Argentina lo hace en precarización y desempleo. 

Con respecto a su compañero de fórmula, el senador Pichetto, le cabe el beneficio de la duda. Es un político con cintura todo terreno. ¿Será parte del plan "lo mismo pero más rápido"? ¿O expondrá otra mirada política, no incluida en el gobierno actual?

El candidato Alberto Fernández debe salir del laberinto electoral en el cual está sumergido, independizándose del pasado, especialmente del tramo en el que él no participó, y proyectar su plan de gobierno para seducir al electorado indeciso. A hoy, tiene dos problemas: parte de ese pasado integra su fórmula electoral. Segundo: viene teniendo una relación complicada con ciertos medios. Su moderación se "despeinó" ante algunos periodistas, generando dudas en el sector de votantes remisos a repetir miedos kirchneristas.

Alberto Fernández cuenta con el aval del 100% de gobernadores de provincias que representan el 8,7% del padrón electoral. Por eso está abocado a la conquista de Buenos Aires y de la región Centro que en el padrón electoral nacional representan. Buenos Aires más CABA: 44.95%. Córdoba, 8,68%; Santa Fe, 8,36%, Entre Ríos, 3,21%, es decir el 20,25%. Por eso ambos candidatos Macri y Fernández, concentran sus actividades electorales pre PASO, en estos tres grandes distritos. En el caso de Santa Fe, el presidente Macri visitará Rafaela, territorio del gobernador electo Perotti. Y cerrará su campaña pre-Paso el 7 de agosto en la ciudad de Rosario.

Por el lado de Alberto Fernández, el gobernador electo Perotti le ha preparado visitas en el centro-norte de la bota que comienza por Reconquista, pasa por Rafaela y cierra en la ciudad de Santa Fe este próximo jueves y viernes, con el agregado de la firma de un documento conjunto (Fernández-Perotti), inaugurando la modalidad donde el candidato presidencial firma un documento como una acción de campaña, reflejando compromisos comunes pero acordes a la geografía que se visita. En el caso santafesino, el documento incluirá, entre otras cosas, la convicción de un modelo económico nacional que incluya tarifas de luz que se puedan pagar. Mayor inversión en educación. Y subsidios al transporte para facilitar el boleto educativo gratuito y el medio boleto obrero.

Santa Fe hoy se vuelve más apetecible electoralmente, dada la evidente ruptura del partido gobernante. El diputado provincial Di Pollina, hombre de absoluta confianza del presidente del partido Socialista a nivel nacional Antonio Bonfatti, ha rechazado el apoyo a la fórmula Lavagna-Urtubey sostenida por el gobernador Lifschitz. Bonfatti mantiene fluidas conversaciones telefónicas con el candidato Alberto Fernández. No sería de extrañar que se corporice en algún encuentro entre ambos.

El colega Jorge Galindo, del diario El País de España, dice: "Resulta descorazonador que una de las naciones más ricas del hemisferio sur esté creciendo en pobreza en lugar de destruirla". El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA de fines de 2018 constató un 32% de pobreza. Todo indicaría que a hoy aumentó. Es más el incremento del precio de los alimentos produce en forma directa aumento de la indigencia, con el consabido deterioro social.

La sociedad tiene muy en claro las dificultades que la atraviesan, ¿los candidatos también?

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