Por qué el Acuerdo UE - Mercosur es un pasaporte al progreso

Lucila Lehmann

Guardar

Hay un antes y un después en la historia del Mercosur a partir de la firma del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. El clima de cooperación, entusiasmo y esperanza que se vivió en la última cumbre de Jefes de Estado que tuvimos días pasados en Santa Fe da cuenta de ello.

Con todos los delegados y funcionarios que tuve la oportunidad de conversar a lo largo de los dos días que duró el encuentro, siempre intercambié palabras de alegría y en especial de reconocimiento al trabajo de nuestro presidente Mauricio Macri para que el acuerdo de libre comercio más importante de la historia del bloque regional tuviera éxito.

Me encontré con Presidentes de las naciones que integran el Mercosur llevando un optimismo y una alegría que iban más allá de la cordialidad protocolar. No es para menos. La Cumbre no fue el festejo de un acuerdo, sino más bien la presentación al mundo de un proceso, una perspectiva que el bloque ha decidido consensuar: la de insertar al Mercosur en el mundo acordando con otras naciones comercio, infraestructura e industria.

El Mercosur de hoy ha logrado la impronta de la modernidad: naciones que se integran al mundo económica, social y culturalmente. No se trata ya de sostener lógicas binarias de rencor y revancha que vivimos hasta hace poco, sino de abrazar el legado cultural y la proyección económica mundial que siempre nos fue merecida. Hemos decidido modernizarnos, salir a competir y abrirnos al concierto internacional. No es poco.

Argentina tiene mucho para ofrecer en esta nueva etapa. Fabricamos alimentos para un equivalente a diez veces nuestra población y en este sentido, Europa representa un mercado de quinientos millones de personas de mayor poder adquisitivo. Somos un país que ha tenido un pasado difícil pero que hemos aprendido de él. Logramos el respeto de nuestros pares latinoamericanos y también del resto de las potencias mundiales. Hemos avanzado mucho y nos proponemos seguir haciéndolo. Esta cumbre del Mercosur ha sido prueba de ello.

Creemos en la integración como herramienta de crecimiento, por eso se ha avanzado en derribar barreras en cuestiones como telecomunicaciones, donde ya no hará falta el roaming para la telefonía celular. También en el combate conjunto y coordinado a la trata de personas, la coordinación de los servicios penitenciarios para intercambiar información con el objetivo de prevenir el crimen organizado desde las cárceles y las visitas virtuales de familiares de otros países. No puedo dejar de destacar el trabajo en defensa de la familia y la mujer, mediante el reconocimiento de las sentencias de alimentos dictadas en otros países y el combate a la violencia de género reconociendo en todos los estados parte las medidas judiciales que impiden el acercamiento de agresores. Todo esto, entre muchas otras cosas.

Dejamos en claro también que la democracia y los derechos humanos son parte inclaudicable de la genética del bloque regional que siempre estaremos dispuestos a defender. Por eso la crítica situación de Venezuela no estuvo ausente y dejamos expresado la importancia que le damos a la atención humanitaria y al inmediato retorno de la institucionalidad de nuestra hermana República.

Sabemos que este es un proceso que, como todo en la naturaleza, llevará un tiempo para que los frutos sean visibles. En el mientras tanto procuraremos acompañar a nuestras empresas en la adaptación a esta nueva realidad, ayudándolas a ser más competitivas y preparándolas para estar a la altura o incluso por encima de sus pares europeos. Nuestro capital humano es único y debemos apoyarlo para producir valor en origen, fomentar el emprendimiento y crear nuevas marcas, bienes y servicios.

Hacía mucho tiempo no se veía un Mercosur tan consolidado, prometedor y pujante como lo vimos esta semana. Me llena de esperanza el camino que estamos recorriendo y es por eso que estoy convencida, que hoy más que nunca debemos consolidar este proceso y apoyar a nuestro presidente en la etapa que se viene.

La autora es Diputada nacional por la provincia de Santa Fe (Cambiemos)

Guardar