Para los seguidores y tenedores de criptomonedas esta fue una semana repleta de noticias, desde la volátil cotización del Bitcoin hasta declaraciones sobre el futuro de ellas nada más ni nada menos que de Donald Trump. Empecemos por ahí.
Para el presidente norteamericano, el Bitcoin y las criptomonedas son "puro humo" y su uso pueden facilitar la venta de drogas y otras actividades ilegales. Estas declaraciones de Trump son publicadas justo en cuando Facebook comienza a hablar de su criptomoneda "Libra". ¿Casualidad? Para nada.
Siguiendo con sus declaraciones vía Twitter, el Presidente de los EE.UU dijo que si Facebook quiere adentrarse en las monedas virtuales, debera adecuarse a las regulaciones monetarias de su pais e internaciones para "convertirse en un banco" y luego de hablar de la potencia del dolar en el mundo dejó bien en claro que el camino de Libra no va a ser fácil, y por lo visto él estará en la vereda de enfrente.
En los útimos años es muy común que cada vez que se pone a las criptomonedas (y sobre todo al bitcion, por su alto valor) en el centro de la escena, salgan muchas voces a pedir su prohibición, pero, ¿es tan sencillo esto? ¿se puede prohibir o bloquear el Bitcoin?
Una criptomoneda basada en la red más grande de todo el mundo es prácticamente imposible de "apagar", las cripto son un código dentro una cadena mucho más grande, que es copiada y certificada por millones de computadoras, mientras más gente la usa, mas difícil es su bloqueo.
¿Y desde el punto de vista legal? ¿Escribir código es ilegal? El código está basado en letras, caracteres ordenados uno detrás de otro que no se entienden en su lectura, pero juntos en cadena y con el software apropiado da el resultado que genera un valor, una moneda.
¿Se puede prohibir escribir? Hubo casos en el pasado como el de Phil Zimmerman y su PGP o Daniel Bernstein que en la década de los 90 pusieron en jaque las leyes de Estados Unidos y la interpretación del software como código o un lenguaje que no se puede prohibir, casos que dejaron un precedente para esta época.
No se puede prohibir que la gente tenga en sus teléfonos o computadoras ceros y unos almacenados, lo que sí se puede regular es que hacer con ellos – y ahí tenemos este nuevo territorio virgen en el cual ya tenemos ejemplos concretos. Trump ya prohibió a los Estadounidenses de operar con el Petro y, si vamos casi 100 años atrás, Roosvelt prohibió la acumulación privada de oro a los ciudadanos para que se vuelquen al Dólar (si miramos esto retrospectivamente el poder que el Dólar ganó mundialmente es clave en EEUU para imponer sanciones.
El año que viene es año electoral en Estados Unidos y toda movida o declaración será evaluada en ese sentido. Trump irá por su reelección y aunque está muy claro que tiene este tema en agenda para su futuro, no hay que guiarse mucho por sus primeras declaraciones si juzgamos sus posiciones sobre diferentes temas durante estos años.
¿Y en cuanto al valor? Cuando el Bitcoin o las noticias acerca de las criptos son tapa, su valor sube o baja muy rápidamente, su volatilidad es una de las características principales (a favor o en contra) del que piensa tener Bitcoin como inversión. En este último mes rozó los USD 13.000 pero la última semana quedó al borde de los USD 10.000. Para muchos, esta variación significa una sola cosa: problemas.
Pero hay novedades. El año que viene, Bitcoin tiene programado un "Halving", es decir, que a partir de esa fecha, los "mineros" van a obtener la mitad de Bitcons que sacan ahora por cada bloque, lo que afectará directamente su precio al ser más escasa la recompensa. Históricamente, para los tenedores de Bitcion, el Halving hace que la cotización suba, pero nada asegura que ese efecto perdure en el tiempo.
El Bitcoin ya forma parte de la agenda económica mundial y está generando un nuevo paradigma económico, similar a cuando se comenzó a utilizar el billete o más adelante las tarjetas de crédito. Negarlo o intentar frenarlo es en vano, las criptomonedas llegaron para quedarse.
El autor es docente, conferencista y especialista en tecnologías emergentes.