Cómo fue el desembarco de Normandía, el principio del fin para el nazismo

Este 6 de junio se conmemora el Día D, la operación militar que significó la caída de Hitler y el inicio de un nuevo orden mundial

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La noche del 5 de junio de 1944, el día anterior del desembarco Aliado, despegaron de Inglaterra tres divisiones aerotransportadas. En total 13.000 paracaidistas americanos y cerca de 7.000 británicos volaron a Normandía a bordo de 1.200 aviones C-47 Dakota (DC-3). Allí debían perturbar a las fuerzas de ocupación alemanas para que no pudiesen lanzar un contraataque efectivo la mañana del desembarco. Los soldados tenían encomendadas varias tareas, entre ellas conseguir accesos seguros a las playas, destruir puentes y establecer pequeñas y estratégicas cabezas de playa.

Una de las más famosas y legendarias divisiones acorazadas americanas, –101º– había permanecido estacionada en Londres durante cinco días. Los soldados trataban de calmar sus nervios de la espera montando y desmontando las armas, limpiándolas repetidamente y afilando obsesivamente las bayonetas. Algunos hasta habían comprado grandes cuchillos de combate y otros se habían hecho con navajas de afeitar: tal era la ansiedad por entrar en combate y derrotar al régimen opresor y perverso.

El 6 de junio de 1944, el histórico "Día D", los Aliados iniciaron el desembarco de un ejército de casi 200.000 soldados (100.000 norteamericanos, 83.000 británicos y 17.000 canadienses) sobre las playas de Normandía. Conocida como "Operación Overlord", la invasión de Francia había comenzado y bajo el Comando del General Dwight Eisenhower, las tropas aliadas arrasaron las defensas organizadas por el Mariscal alemán Erwin Rommel.

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El desembarco en Normandía inmortalizado
El desembarco en Normandía inmortalizado por Robert Capa

La supremacía aérea anglo-norteamericana fue clave para entender el éxito de la operación. Los aviones aliados destrozaron la mayor parte de los puentes sobre el Sena y el Loira, impidiendo que los alemanes pudieran enviar refuerzos a Normandía. A ello se unió la dificultad que tenía Berlín en cubrir una costa de 4.800 kilómetros de longitud entre la frontera española y la holandesa, agravada por las continuas desavenencias y contradicciones en el mando militar alemán sobre dónde tendría lugar el desembarco y cómo se le debía hacer frente. El éxito de los primeros días de intenso combate permitió el rápido avance de las tropas aliadas hacia el corazón de Francia y por lo tanto, sin duda alguna, concluimos que el desembarco del 6 de junio fue el elemento clave de la derrota del III Reich.

La fecha del ataque no la conocían ni siquiera los soldados que participaron en la batalla. La hora y hasta el lugar del desembarco se mantuvieron en el más absoluto secreto para garantizar el éxito de la operación. Para tener una idea de lo importante que significó velar información clave al enemigo, recordemos que en Francia se encontraban 55 divisiones alemanas pero debido al secretismo de la operación, solo ocho pudieron contraatacar efectivamente. La fecha y el momento del ataque fueron fijados finalmente después de la reunión que mantuvieron en Teherán los mandatarios de Gran Bretaña, EE.UU. y la URSS, Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y Joseph Stalin, respectivamente.

(National Archives of Canada)
(National Archives of Canada)
(National Archives of Canada)
(National Archives of Canada)

El desembarco de Normandía fue determinado inicialmente para el 5 de junio de 1944 pero fue aplazado debido a las malas condiciones climáticas. Luego que los meteorólogos se pusieron de acuerdo que el tiempo iba a mejorar al día siguiente, se decidió llevarla a cabo el 6 de junio después de interminables discusiones por parte de especialistas americanos que querían mantener el 5 y los británicos, que anunciaban una gran tormenta ese día y que se concretó finalmente. Es decir, de haberse seguido la opinión de los meteorólogos estadounidenses, la "Operación Overlord" hubiese terminado muy posiblemente en un completo fracaso.

Como hemos visto, las fuerzas de Hitler sabían que las tropas aliadas atacarían, pero no conocían con precisión cuándo ni dónde. A su vez, en el comienzo del desembarco, el líder nazi estaba durmiendo plácidamente y sólo una división de tanques participó en las primeras horas de la contraofensiva ya que el ataque tomó por sorpresa no solamente al "führer" sino a todo el alto mando alemán.

El combate se cobró la vida de unas 110.000 personas en ambos bandos: 77.000 alemanes, 5.000 canadienses, 9.000 estadounidenses y 17.000 ingleses, perdieron la vida. Recordemos que 30 mil vehículos de todo tipo y 20.000 paracaidistas fueron trasladados a las playas francesas y más 130 aviones fueron destruidos hacia el final de la batalla donde fueron lanzadas al menos 30.000 bombas.

La mañana del "Día D" la Cámara de los Comunes del Reino Unido estaba en una aparente sesión rutinaria debatiendo si los limpiadores de oficina debían dejar de llamarse "personal de limpieza", tal era la obsesión en el Reino Unido que la Operación no fuese detectada por el enemigo.

Las fuerzas aliadas alcanzaron el Sena en agosto de 1944. París fue liberada y los nazis fueron expulsados del noroeste de Francia, lo que marcó el primer éxito decisivo de la "Operación Overlord". Inmediatamente después, las tropas trataron de avanzar rápidamente hacia Alemania con el objetivo de llegar antes que las fuerzas soviéticas conquistaran la capital del III Reich. Lamentablemente este avance aliado no fue lo expeditivo que era requerido ya que los nazis tenían un mayor despliegue bélico al oeste de Alemania y en consecuencia, los soviéticos alcanzaron Berlín días previos a que las tropas americanas, británicas y canadienses pudieran hacerlo.

Si bien se terminó con el abominable régimen nazi, otro sistema de distinto color pero tan totalitario como el responsable del Holocausto alemán, tomó el control de la inmensa mayoría de Europa Oriental, instalando la tristemente célebre "Cortina de Hierro" que continuó con la esclavitud y miseria de millones de personas hasta que esta penuria concluyó con la caída del "Muro de Berlín" en 1989, dándose inicio a la Interdependencia como sistema regulatorio de las Relaciones Internacionales, en reemplazo del Realismo.

Comenzó entonces en la última década del siglo pasado un período de enormes progresos ya que se amalgamaron firmemente los principios de las libertades políticas y económicas que produjeron un vigoroso crecimiento mundial y su consecuencia, el bienestar general de millones de habitantes que recuperaron las innegables virtudes de vivir en sistemas democráticos, representativos, republicanos y federales con economías abiertas, integradas en un mundo globalizado bajo el paradigma del multilateralismo.
En este 75° Aniversario, la humanidad toda rinde un sincero y extraordinario agradecimiento a las tropas de los Estados Unidos, del Reino Unido y de Canadá que liberaron a Europa del yugo del nazismo y sentaron las bases de este Nuevo Orden Internacional vigente haciendo votos para que este legado nos guíe permanentemente en el camino de la Libertad, alejándonos definitivamente de todo totalitarismo, sea este del signo que fuere.

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