El anuncio de Cristina Kirchner profundiza los temores de la diplomacia y los inversores extranjeros

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(Foto: NA)
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Si los inversores externos tenían dudas de desembolsar fondos en la Argentina hasta después de las elecciones de octubre, la ratificación de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner en la fórmula presidencial con Alberto Fernández a la cabeza extenderá aun más en el tiempo esa agonía de la llegada de una "lluvia de dólares" como alguna vez soñó Mauricio Macri para el país.

El temor a un regreso de Cristina Kirchner quedó instalado a partir de este mediodía en la diplomacia extranjera y ya nada importa si será candidata a presidenta o a vice: para el mundo desarrollado existe la posibilidad concreta de que con la fórmula Fernández-Fernández se dé un regreso al populismo, la falta de reglas de juego para los capitales extranjeros y un eventual cierre del comercio como en los viejos tiempos de Guillermo Moreno.

Lo que es peor aún. Embajadores, empresarios extranjeros y analistas internacionales consultados por Infobae temen un horizonte más oscuro si Cristina Kirchner llega a la Casa Rosada aunque sea en su rol de vicepresidenta o jefa de Estado en las sombras. Y ese temor se llama la "venezuelización de la política argentina". Es decir, el retorno a un chavismo vengativo más aceitado.

"Nadie duda de que la mera amenaza de un regreso de Cristina Kirchner al poder será lo peor para la Argentina", se sinceró un destacado embajador europeo. Otro diplomático de la UE dijo sin vueltas: "El mundo estará preparado para un regreso de Cristina Kirchner pero no sé si la economía de la Argentina lo aguantará".

Los 600 empresarios que deambularon esta semana por los pasillos del Alvear Icon Hotrel donde se desarrolló la reunión anual de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham) se preguntaban entre ansiosos y temerosos qué ocurriría si la ex presidente decide presentarse en las elecciones. La respuesta ya la tienen en sus manos y los temores se profundizarán con el correr de los días.

Cristina Kirchner ensayó un acercamiento al establishment norteamericano y deslizó elogios poco creíbles hacia la administración de Donald Trump en las últimas semanas. Pocos le creyeron y entrevieron en ello una puesta en escena.

La ex presidente intentó hacer lobby con los organizadores del evento de AmCham para presentarse como oradora con un trato especial y diferente al que tuvieron sus eventuales competidores Sergio Massa o Juan Manuel Urtubey. Pero el board de la Cámara de Comercio de Estados Unidos rechazó sus pretensiones de tratos preferenciales y Cristina Kirchner desistió de la invitación a esa disertación.

Unos días antes, durante la presentación del libro "Sinceramente", la ex presidenta ensayó una suerte de palmaditas a la administración Trump. "Miren lo que está pasando en Estados Unidos. La economía vuela, tienen el índice de desempleo más bajo desde hace 50 años", afirmó en un claro elogio hacia Trump y de inmediato agregó: "Sería bueno que los que viajan tanto para allá y escuchan tanto lo que les dicen allá, imiten lo que hacen allá".

También envió a Axel Kicillof a Washington a anticipar que no va a defaultear la deuda con el FMI. Aunque pocos creen de verdad que haya gestos sinceros de Cristina Kirchner por amigarse con la diplomacia occidental, tender una mano a Estados Unidos o el mundo capitalista.

Por el contrario, se teme todo lo contrario y sobran gestos: el abierto apoyo al dictador Nicolás Maduro, una escasa claridad en sus propuestas económicas, línea de diálogo con la diplomacia de China y de Rusia,  y una reiterada crítica a la toma de deuda con el FMI como salida viable a la crisis argentina.

Hay otros gestos que parecerían ser menores para la pantalla doméstica pero no lo son para la diplomacia de Estados Unidos o de Israel como por ejemplo la presencia en primeras filas en el acto de lanzamiento del libro "Sinceramente" del sheik Mohsen Alí. No se trata de un clérigo común y corriente de la mezquita de Flores. Este personaje que se acaba de abrazar a la ahora candidata a vicepresidenta aparece en la denuncia del fiscal Nisman como "uno de los principales facilitadores de las comunicaciones entre grupos fundamentalistas iraníes y Buenos Aires". Además estuvo estrechamente vinculado al agregado cultural de Irán, Mohsen Rabbani, imputado como uno de los autores intelectuales del atentado contra la AMIA, que provocó 85 víctimas mortales y 300 heridos.

En el plano regional, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente de Brasil dijo que si Cristina llega al poder su padre sólo tendrá "una relación protocolar con la Argentina". Es probable que el mismo camino inicien Chile, Colombia o Perú que no comulgan con el chavismo cristinista ni por asomo.

En una suerte de vacuna de antídoto contra los malos presagios de un regreso al cristinismo puro algunos diplomáticos extranjeros deslizaron que Alberto Fernández tiene "muy buenos vínculos con Europa y con la comunidad internacional" en general. Algunos llegaron a recordar que habría sido lobbista de Repsol, hecho que el propio Fernández se encargó de negar.

Sin embargo, desde la Cancillería recordaron que el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner fue uno de los artífices del proceso de reestatizaciones de empresas públicas que encaró el kirchnerismo desde el 2003 en la Argentina con las graves consecuencias legales y económicas que ello trajo aparejado.

Los videos que circularon en las redes en las últimas horas donde Alberto Fernández fustigaba duramente a Cristina Kirchner hace apenas unos años atrás son apenas una anécdota para la realpolitik internacional. La diplomacia y los inversores esperan gestos de pragmatismo tendientes a exigir a la fórmula Fernández-Fernández que si llega a la Casa Rosada no se cambiarán reglas de juego ya instaladas. Pero eso es demasiado pedir a una fórmula que recién nace y que carece de antecedentes confiables para prometer algo valioso en el horizonte de las relaciones internacionales.

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