La República Argentina celebra el 17 de mayo el Día de Internet. La fecha simbólica en la que, por medio de la resolución A/RES/60/252 de marzo del año 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró ese día como Día Mundial de la Sociedad de la Información. Oportunidad que nos debe invitar a reflexionar sobre los objetivos, los usos y el aprovechamiento de la red de comunicación más importante del mundo. Pero también sobre su injerencia, los peligros y delitos que se comenten por ella.
Según el último informe elaborado por el Observatorio de Internet del INADI, las manifestaciones discriminatorias que se producen por medio de la red están en aumento. Se registra que las denuncias sobre este medio han aumentado en un 40% en la última década. La temática en ámbitos virtuales que ocupa el primer lugar es la discriminación por género, seguida por las agresiones y el acoso que sufren las mujeres. La orientación sexual y los temas de creencias religiosas es lo más denunciado en varones. La plataforma en donde se registra casi el 50% de todas las presentaciones es Facebook.
Múltiples factores se nuclean para que estas circunstancias se produzcan. El constante crecimiento de los medios de acceso, la variedad de redes de conectividad físicas o inalámbricas y los diversos contenidos son factores objetivos a este fenómeno global de conectividad. Todos ellos llevan una utilización omnipresente en cada rubro y actividad de nuestra vida cotidiana. Imaginar un mundo sin redes instantáneas de mensajería sería imposible. La profunda trasformación que ha venido teniendo la red y el grado de aceptación la hacen imprescindible en la actualidad.
Esto también nos debe llamar a reflexionar sobres su utilización como medio de la comisión de delitos. Como siempre y todas las acciones humanas, la normativa va detrás de los hechos. En materia de tecnologías de comunicación, este retraso se acelera como consecuencia de vertiginoso avance de los contenidos y la multiplicación de aplicaciones, lo que hace dificultosa la tipificación de los delitos. Esto genera que no se cuente con normas que efectivamente brinden una respuesta expedita a los conflictos que se producen.
Si bien esta es una realidad, no significa que debemos claudicar ante el esfuerzo conjunto en erradicar de todas las manifestaciones discriminatorias, de acoso u odio que existen en internet. Decíamos que existen múltiples factores de crecimiento de la red, también esta está formada por actores que la utilizan o prestan algún servicio. A esta altura de las circunstancias y la evolución de la red, cada uno tiene una responsabilidad a lo hora de evitar la comisión de delitos. El Estado, en la prevención y el fomento de su uso responsable, en la investigación y, por medio de sus organismos y poderes competentes, en la sanción de estos delitos. Los usuarios, en entender que no todo es válido en el ámbito virtual, en particular las generaciones más jóvenes, dado que su uso es parte de la vida cotidiana. Y que el daño por lo dicho puede perdurar en el tiempo. También, las empresas prestadoras de servicios de mensajería o las redes sociales, que en la actualidad parecen impávidas ante estas situaciones.
Desde el INADI continuaremos cumpliendo con nuestra función como organismo del Estado que vela por la no discriminación, contra la xenofobia y el racismo en territorio argentino. Pero, además, este 17 de mayo volveremos a estar junto a UNICEF de Argentina en las redes sociales para decir que cuando un mensaje es discriminatorio, no hay que compartirlo, para que no se viralice, para que no crezca y, por lo tanto, podamos detenerlo.
Esta campaña que se realiza desde 2016 bajo el hashtag #NoDaCompartir resulta para nosotros una herramienta significativa de sensibilización y promoción de una internet libre de discriminación. Fue además elaborada en conjunto con representantes de la juventud que participan cada año de un gran programa de formación ciudadana que llevamos adelante desde el INADI, el Parlamento Federal Juvenil, del que participaron en los últimos años 300 adolescentes de todo el país.
No vamos a ser testigos pasivos de la existencia de páginas de odio y de intolerancia que permanecen libres de acceso. Vamos a trabajar intensamente para colaborar en la tarea de repensar leyes o crearlas de cero, educar y conversar con los niños y adolescentes para advertirles de los peligros que existen, pero también explicarles el daño que se puede infligir desde las redes. Promovemos el uso de una internet madura y responsable.
El objetivo general del Día de Internet fue la difusión social de las herramientas de información y comunicación. Creo que se ha conseguido holgadamente ese tópico. Para que el festejo sea completo, falta comprometernos más decididamente en la erradicación de todas las formas de odio y discriminación en ámbitos virtuales.
El autor es interventor del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).