Comenzó en Cipolletti el juicio al doctor Leandro Rodríguez Lastra. En 2017 nació un niño que hoy vive y crece sano junto a una familia adoptiva. Según Marta Milesi, una legisladora neuquina, no solo fue un error que ese niño haya sobrevivido: fue un delito. Y denunció al médico que le salvó la vida a él y a su madre biológica ¿Cómo explicarle a ese niño que su médico puede ir preso porque él está vivo? ¿Cómo explicarle que para el juez Julio Sueldo tampoco debería estar vivo? Pero lo está.
Fue concebido por otro delito. Su mamá fue víctima de abusos. El abusador, uno de los delincuentes reales de esta historia, no está preso. Nadie lo denunció. Tampoco nadie denunció a la persona que, sin ser médico, le dio unas pastillas abortivas a la joven con un embarazo de 5 meses y medio, lo cual no solo es un delito, sino que está completamente contraindicado y puso en riesgo de muerte a la madre. Y al niño. Por eso llegaron al hospital.
El ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra estaba en la guardia del hospital ese día. Recibió a la joven con fuertes dolores por las pastillas ilegalmente suministradas que pusieron en peligro su vida, pero que no llegaron a inducir ni el parto prematuro ni mucho menos a producir un aborto. En esa etapa del embarazo usar misoprostol es totalmente improcedente e irresponsable. En la provincia hay un protocolo de aborto no punible que impulsó Milesi. Aun así, el caso no cumplía siquiera con los requisitos que establece el protocolo. Este tampoco indica límite de gestación para realizar un aborto. Un niño por nacer con 22 semanas y más de 500 gramos de peso, según la Organización Mundial de la Salud, ya puede sobrevivir fuera del vientre materno. Es decir, nace y sigue vivo, salvo que alguien lo mate o lo deje morir. Eso también es claramente un delito. Todos los médicos y las personas razonables lo entienden así. ¿Quién puede matar un niño al nacer?
Por eso, luego del caso, todos los ginecólogos del hospital se declararon objetores de conciencia. Porque gente como Milesi y el juez, que no son médicos, evidentemente creen que debería poderse abortar un niño hasta el noveno mes. ¿Ignorancia? ¿Crueldad? Lo que sí es seguro es que es ideología abortista, una fe ciega en el aborto.
El doctor Rodríguez Lastra estabilizó a la joven. Analizaron la situación entre obstetras, neonatólogos, psicólogos, asistentes sociales y la Dirección del Hospital y concordaron que la mejor opción médica para interrumpir este embarazo era esperar hasta las 35 semanas. Es lo más seguro para la madre y para el bebé. En esa etapa el niño es demasiado grande para el cuello del útero que no está preparado para soportar un parto. También una cesárea es más peligrosa en el segundo trimestre que en el tercero, con más riesgos de hemorragia y de secuelas. Y el niño tiene muchos más riesgos de quedar discapacitado. Explicaron la situación a la joven, que aceptó continuar unas semanas más. En ese momento incluso el Ministerio de Salud y la Jueza de Familia estuvieron de acuerdo. Se brindó acompañamiento de todo tipo a la joven, el niño nació a las 35 semanas y fue dado en adopción a otra familia que estaba buscando un hijo.
Un sesgo ideológico está envileciendo el sistema de salud, la Justicia y la política. Es un sesgo peligroso porque encubre a los delincuentes y persigue a los inocentes que cumplen con su deber y con la ley. Peligroso porque, como toda ideología, niega parte de la realidad: no reconoce lo que dice la medicina y pone vidas en riesgo; no reconoce lo que dice la ley vigente, ni la Constitución provincial ni la nacional, que afirma que ese niño es una persona humana y no puede ser asesinado. Peligroso porque descuida a la joven con una historia de vulnerabilidad marcada por abusos intrafamiliares recurrentes e intentos de suicidio que debían ser atendidos antes del embarazo. Y con el violador libre. Y el Estado permanece cegado e ineficaz porque se enfoca en perseguir a un médico inocente. ¿No es evidente que estamos errando completamente en la solución?
La ideología abortista es peligrosa porque miente y fuerza la realidad para instalar la idea falsa de que la única opción es el aborto. Peor aún, de que el aborto es obligatorio, anulando mejores alternativas. Ni la joven ni los médicos parecen ser libres de no abortar. Y quien sostenga lo contrario va a ser castigado. Lo que molesta a Milesi y a Sueldo es la realidad: una mujer puede elegir no abortar. La mejor opción médica no es el aborto. El aborto no es ley. Y ese niño que tenía que morir está vivo.
Todos estamos en riesgo ante un Estado donde prevalece la ideología abortista sobre la ciencia, la ley y las instituciones; la manipulación de la información; la persecución de los profesionales que cumplen su deber; la impunidad de los delincuentes; el engaño y la violencia hacia las mujeres y la muerte de los inocentes.
Salvar vidas no es delito. Libertad para Rodríguez Lastra.