Trece listas para gobernador participarán de las elecciones en Córdoba que se llevarán a cabo el día de mañana, pero solo tres de ellas (Hacemos por Córdoba, Córdoba Cambia y la Unión Cívica Radical) muestran un potencial electoral relevante.
El proceso previo a las elecciones tiene al menos tres características destacables. En primer lugar, todas las encuestas indican que Hacemos por Córdoba, conducida por el peronismo provincial y que postula al actual gobernador Juan Schiaretti, ganará la elección cómodamente. Algunas señalan, incluso, que lo hará por un margen cuya amplitud puede ser inédita desde la llegada del peronismo al gobierno, en 1999.
En segundo lugar, además de la buena ponderación de la que goza la gestión de Schiaretti entre la mayoría de los cordobeses, el pronóstico favorable al peronismo se vincula con las vicisitudes que vivieron los otros dos espacios político-electorales de envergadura en la provincia: Cambiemos y Unidad Ciudadana. Cambiemos no presentará candidatos, y las fuerzas que lo constituían se dividieron en una lista "oficial" de la UCR, que llevará adelante la candidatura de Ramón Mestre (actual intendente de la ciudad de Córdoba), por un lado, y Córdoba Cambia, una alianza entre el Frente Cívico, Coalición Cívica-ARI y PRO, que postula al diputado nacional de Cambiemos Mario Negri, por el otro.
Por su parte, Unidad Ciudadana, dos días después de oficializar la candidatura a gobernador del actual diputado nacional Pablo Carro, anunció que la retiraba y no presentaría candidaturas.
En tercer lugar, se trata de una elección fuertemente articulada con el proceso electoral nacional, aun cuando la retórica de campaña de los principales candidatos muestra un fuerte sesgo provincial: mientras que el oficialismo se concentra en hacer hincapié en la obra pública desarrollada en los últimos años, Negri y Mestre hacen foco en supuestos casos de corrupción y los problemas de inseguridad y narcotráfico. En efecto, uno de los factores que más influyó en el retiro de la candidatura de Carro fue la estrategia nacional de Cristina Kirchner de asegurar la mayor cantidad de triunfos provinciales a las listas encabezadas por el peronismo. Por su parte, en el quiebre de Cambiemos tuvo un rol clave el gobierno nacional, que en la disputa entre Mestre y Negri jugó abiertamente en favor de este último, disminuyendo las chances de una salida negociada.
Finalmente, la propia estrategia de alianzas del peronismo cordobés permite lecturas en clave nacional. No solo Schiaretti se mostró públicamente activo en su rol de articulador de Alternativa Federal, sino que su política de alianzas en la provincia, con la incorporación del Partido Socialista y del GEN en su armado electoral, se alinea con las estrategias que despliegan los referentes nacionales del "peronismo alternativo".
Un rasgo adicional relevante remite a las elecciones de intendente de la ciudad de Córdoba. Por primera vez, estas elecciones coincidirán con las de gobernador y todo indica que la ruptura de Cambiemos —que para la intendencia reproduce la división de candidaturas que se da a nivel provincial entre la UCR y Cambiemos Córdoba— sumado al efecto "arrastre" de Schiaretti, le permitirá al peronismo acceder a un triunfo pronosticado por todas las encuestas, aunque con un margen menor que en el nivel provincial. Esta sería una victoria muy relevante para el peronismo cordobés, que solo pudo ganar la intendencia de Córdoba una sola vez desde la restauración democrática y con un candidato no peronista (Germán Kammerath), en 1999.
En este contexto, los resultados de las elecciones definirán escenarios y perspectivas que son diferentes para cada una de las tres principales fuerzas que confrontan. Para el peronismo provincial, está en juego la posibilidad de consolidar en la provincia un dominio político-institucional inédito, y de ampliar el alcance y la potencia de la proyección nacional de Juan Schiaretti. En el caso de las fuerzas que impulsan a Negri y Mestre, lo que se define es el perfil y el liderazgo de la futura oposición y potencial alternativa para las elecciones de 2023. Por último, para el kirchnerismo provincial (el gran ausente en estas elecciones), la amplitud de la victoria que finalmente obtenga Schiaretti establecerá los márgenes de maniobra para intentar recuperar terreno luego del retroceso serio que implicó bajar sus candidaturas a último momento.
El autor es investigador del Observatorio Electoral Argentino (OEAR) de CIPPEC y de UNC y UCC.