Autismo, un ejercicio para la empatía

Juan Ignacio Acosta

El 2 de abril es el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, también denominado como Trastorno del Espectro Autista (TEA). Se trata de una condición del desarrollo de las personas que afecta en particular a 1 de cada 68 niños según las últimas estadísticas mundiales. Se manifiesta desde edades tempranas a través de alteraciones en la comunicación y es posible identificarla en la interacción durante los juegos o durante la integración social, aunque también se pueden detectar a través de algunas manifestaciones de la conducta. La comunidad científica habla de "espectro", ya que estas particularidades del desarrollo son variables en su presentación.

Sin embargo, esta descripción resulta insuficiente para definir a una persona con autismo, ya que no contempla la singularidad de cada sujeto. Muchos diagnósticos describen con una sigla a la persona y anulan todas las otras cualidades que conforman al individuo, invalidando principalmente sus potencialidades.

En este sentido, es importante comenzar a ejercitar la aceptación de lo distinto y ver más allá del rótulo médico, es decir, empatizar con las familias y las personas que tienen esta condición. Es de carácter urgente borrar la mirada prejuiciosa que existe cuando un niño no se "comporta como es debido" comenzando por no juzgar a las familias y al entorno del niño con TEA.

De acuerdo con esto, el teatro es una herramienta poderosa para ejercitar la empatía y "ponerse en el lugar del otro". Como práctica inclusiva, colabora en el desarrollo de la persona con discapacidad y favorece la interacción con los demás, porque otorga la apertura necesaria para canalizar las emociones y propiciar la escucha. Es una disciplina en la que se puede comunicar aquello que se necesita expresar a través de la palabra o mediante el movimiento del cuerpo.

La discapacidad de una persona no es identitaria del sujeto. Por eso, vestirse de azul cada 2 de abril es una invitación a la aceptación del otro. Es una fecha para contribuir a la concientización de una sociedad más igualitaria y es una posibilidad para construir finalmente a una sociedad inclusiva.

El autor es actor y licenciado en Dirección Escénica, además de intérprete en lengua de señas. Está realizando el Posgrado en Interactividad y Nuevas Tecnologías en la UNA.