Florencia Kirchner no es inocente y debe ir a juicio oral

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Los que trabajamos en CNN insistimos: siempre intentamos pararnos de un solo lado. Del lado de la información. Por eso, después de ver el video de cuatro minutos realizado y musicalizado por el ex responsable de la Televisión Pública, Tristán Bauer, con la voz en off de la ex presidente Cristina Kirchner denunciando, visiblemente afectada, que su hija Florencia se enfermó debido a la persecución judicial que sufre, lo esencial, en este caso, es, de nuevo, atenerse a los hechos.

A saber:

– La justicia considera que Florencia Kirchner no es inocente. Entiende que forma parte de una asociación ilícita que funcionó entre mayo de 2003 y diciembre de 2016, no por ser hija de Néstor y Cristina, no por su condición ineludible de heredera. Tampoco por haber cumplido 18 años, ni debido a la muerte de su padre.

– Ella está procesada porque se la acusa de dirigir y ejecutar un sistema de reciclaje de fondos de origen ilícito en dos causas judiciales. Una: la denominada Hotesur. Y la otra: denominada Los Sauces.

– Hotesur es la empresa que manejaba el hotel propiedad de los Kirchner, denominado Alto Calafate. El gerenciador de Hotesur era el presunto testaferro de Kirchner, Lázaro Báez, ahora en la cárcel, acusado de lavar dinero del Estado. La justicia ya probó que Báez pagaba por el gerenciamiento del Alto Calafate una cifra exorbitante, que en determinado momento trepó a los casi USD 100 mil mensuales. También demostró que Báez simulaba la ocupación, el uso y la facturación de habitaciones que permanecían vacías.

La justicia también probó que el origen de los fondos con los que Báez pagaba a la familia Kirchner son ilícitos. Es decir: derivados del otorgamiento de obra pública por medio de licitaciones amañadas, con sobreprecios, y en la mayoría de los casos, sin terminar.

Los Sauces es la sociedad de la familia Kirchner que se usó para cobrar alquileres de decenas de propiedades inmobiliarias.

– A Florencia se la acusa de manipular fondos de origen ilícito a través de la actividad hotelera y el alquiler de inmuebles. El origen de los fondos es ilícito porque se obtuvieron por medio de favores de su madre y de su padre a empresarios amigos.

Florencia, no fue acusada de ser "hija de". A Florencia, después de la muerte de su padre, su madre, la ex Presidente, la incluyó como accionista de las empresas familiares. En todos los documentos y balances, Florencia figura como accionista. En Hotesur se registra como accionista. En Los Sauces, además, tiene el cargo de vicepresidente. Estos son los hechos que Cristina no menciona en el video. Los datos determinantes para comprender por qué está procesada.

Florencia no fue una accionista más: ella designó autoridades en el directorio, aprobó cada uno de los ejercicios económicos de Hotesur SA entre 2010 y 2013, ratificó la contratación de Valle Mitre, la gerenciadora de Lázaro Báez para la explotación del Hotel Calafate y, lo más importante: se benefició de manera real y tangible con el crecimiento patrimonial de la sociedad familiar y el retiro de fondos.

– En Los Sauces, Florencia funcionó al principio como segunda de su hermano, Máximo, y después como segunda de Romina Mercado, su prima, hija de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner.

– Florencia Kichner compró, a través de Los Sauces, cuando ya se investigaban los ilícitos de la empresa, un departamento en la calle San José 1111 de la ciudad de Buenos Aires. Pagó entonces $4 millones, el equivalente a USD 370 mil. Los obtuvo al tomarlos de la cesión irrevocable de parte de la sucesión de su padre fallecido.

– Como si esto fuera poco, Florencia recibió, en su caja de seguridad, USD 4.664.000 que le envió su madre, Cristina, en julio de 2016, dos días antes de la declaración indagatoria que prestó ante el juez Claudio Bonadio por la causa de dólar futuro.

– Ercolini, el magistrado que investiga a ambas en el expediente Hotesur, consideró que se trataba una maniobra para burlar el embargo de los bienes, que se había dispuesto mucho antes.

La decisión de Cristina de victimizarse y colocar a su hija en lugar de perseguida, o de atribuir los problemas de salud a motivaciones incomprobables, no es nueva. Después de la muerte de su marido luego de un infarto, sus asesores atribuyeron la desaparición física del ex presidente al dolor que la había producido al asesinato de Mariano Ferreyra, un militante del Partido Obrero.

Es decir: una versión romántica pero incomprobable desde el punto de vista médico.

* Columna leída por el periodista Luis Majul en el programa La Tarde en CNN Radio

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