Tres acontecimientos simultáneos replantearon la relación entre China con Taiwán que sigue constituyendo un tema de fricción en la relación con Estados Unidos. El primero de ellos fue el discurso pronunciado por el presidente Xi Jinping en ocasión de celebrarse el 40 aniversario del Mensaje a los Compatriotas en Taiwán; el segundo, el Acta Iniciativa de Reaseguro de Asia firmada por el presidente Trump; y el tercero, las declaraciones de la presidenta Tsai Ing-wen. El presidente Xi Jinping remarcó que la reunificación es una tarea histórica de esta generación después de 70 años de separación. Xi utilizó un tono persuasivo pero también firme para evitar las dudas sobre el objetivo de terminar con la separación, incluyendo una referencia al uso de la fuerza.
El Presidente recordó que los principios de reunificación pacífica y "un país dos sistemas" aplicado a Hong Kong y Macao representan la mejor política para resolver el conflicto. Pero al mismo tiempo afirmó: "No prometemos renunciar a la fuerza y nos reservarnos esa opción si fuera necesario". Esta advertencia estuvo dirigida a las fuerzas externas y a los separatistas, que todavía insisten en sostener la independencia de Taiwán. En 1992, China y Taiwán, a través de representaciones semi-oficiales, firmaron un documento donde acordaron la existencia de una sola China. La declaración es conocida como Consenso 92 y si bien cada parte hizo su propia interpretación, sirvió para abrir un diálogo entre ambos. China reiteró que la única interpretación posible es el reconocimiento de China y de su Gobierno como el único representante.
La iniciativa de Asia aprobada por el Senado en diciembre contiene una sección asegurando los compromisos económicos, políticos y seguridad entre Taiwán y los Estados Unidos, incluyendo la venta de armas para enfrentar las amenazas de la República Popular China. El Gobierno de China calificó la iniciativa como una intromisión en los asuntos internos y una violación de los comunicados conjuntos. Todo el texto de la iniciativa responde a los criterios mantenidos por el Partido Republicano y el Pentágono.
China y Taiwán utilizaron nuevamente organizaciones semi-oficiales para firmar un Acuerdo de Cooperación Económica para facilitar el comercio y reducir las barreras para-arancelarias y los aranceles. Este acuerdo incluyó un comité para supervisar la aplicación de los compromisos. En febrero China aprobó 31 medidas para promover las inversiones y equiparar las equivalencias de profesionales y acceso al empleo.
El comercio entre ambas partes alcanzó 226.200 millones en 2018, lo que supone un aumento del 13 por ciento. El intercambio representa el 40% del total del comercio exterior de Taiwán. El portavoz de la Oficina de Taiwán en el Consejo de Estado informó que se aprobaron 4911 proyectos de inversión, con un incremento del 42 por ciento. Agregó que desde la sanción de las 31 medidas más de dos mil empresas de Taiwán se beneficiaron con un tratamiento preferencial y que cien recibieron apoyo financiero especial para la transformación industrial.
El triunfo del DPP en las elecciones de 2016 con el 56% de los votos fue un retroceso en las relaciones con China por su impronta independentista. El llamado de la presidente Tsai al presidente Trump reavivó los temores de Beijing de un acercamiento que no se ajustaría al criterio de una sola China. En diciembre del año pasado en las elecciones de medio término el KMT obtuvo 49% y el DPP, 39 por ciento.
Taiwán constituye una pieza estratégica en la política de los Estados Unidos en Asia para contener a China en sus deseos de ejercer la soberanía en el Mar de China. El Acta de Iniciativa de Reaseguro reconoce a Taiwán como un aliado importante en esta disputa por las áreas de influencia. Taiwán encuentra en el Partido Republicano, y en especial a través del vicepresidente Pence, un sólido apoyo en el hipotético caso de un conflicto con China. El mensaje del presidente Xi tuvo el propósito de contener las aspiraciones del DPP y fijar los límites de cualquier anhelo de independencia, pero al mismo tiempo seguirá usando su poder económico para fortalecer los lazos de dependencia de la isla con el continente. La mención del uso de la fuerza no ayudó a disipar los temores sobre las características autocráticas de su Gobierno y su empeño en forzar la reunificación para apropiarse de la bandera política.
El autor es diplomático.