La presidencia argentina del G20 propuso tres temas prioritarios para la cumbre de Buenos Aires: el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible.
¿Por qué los líderes mundiales discuten sobre el futuro del trabajo en primer lugar? La decisión fue colocar a las personas y su desarrollo en el centro del debate. El trabajo está cambiando y presenta oportunidades y desafíos impensandos hasta hace muy poco.
El equipo de trabajo de Empleo avanzó durante todo el año y elaboró un documento de consenso entre todos los integrantes del G20 con un diagnóstico claro y compromisos para construir un futuro del trabajo inclusivo. Con más y mejor trabajo, vamos a tener mejores sociedades. El punto de partida es reducir las desigualdades de ingresos para lograr mejores trabajos, sociedades más inclusivas y crecimiento económico.
Fijamos cuatro compromisos y es interesante verlos como desafíos globales y a la vez ejes de la transformación que estamos impulsando en la Argentina.
1. Liberar el potencial de las personas a través de una política de desarrollo de capacidades innovadora y coordinada. El avance de la tecnología está cambiando todas las actividades productivas. Nuestra primera impresión puede ser que "los robots nos dejarán sin trabajo". No es así: países con altos índices de robotización y tecnología como Alemania o Corea del Sur tienen elevados índices de empleo y pagan muy buenos salarios a sus trabajadores.
La clave está en la productividad y la capacidad de adaptación tanto de las empresas como de los trabajadores. La Argentina tiene una ventaja comparativa en capital humano con posibilidades de inserción en las cadenas globales de valor muy elevadas. Necesitamos avanzar en equipo: empresas invirtiendo en innovación, sindicatos impulsando la formación continua, instituciones educativas en diálogo con el mundo productivo y un Estado activo coordinando los esfuerzos y abriendo oportunidades.
2. Construir un futuro del trabajo justo fomentando la formalización y mejorando las condiciones laborales. En nuestro país, desde hace décadas, un tercio de los trabajadores está en la informalidad, en condiciones difíciles y sin cobertura. Más formalización es más productividad: otros países de la región como Colombia, Perú y Chile han logrado en la última década reducir la informalidad y, al mismo tiempo, aumentar los niveles de productividad.
Estamos avanzando, sector por sector. El primer ejemplo ha sido el acuerdo de Vaca Muerta: sindicatos, empresas y los Estados hemos acordado en una mesa buenas condiciones para la creación de empleo y un horizonte de crecimiento para la industria. Estamos impulsando esos consensos en todos los sectores productivos, sabiendo que los convenios deben apuntalar la transformación, incluyendo a más trabajadores y favoreciendo las mejores condiciones para crecer. Las pymes tienen un rol esencial, siendo las grandes creadoras de empleo.
3. Hacer que la protección social sea más sostenible y que se adapte y responda a las nuevas dinámicas sociales y laborales del mercado. Nadie puede quedar afuera de la protección social. Por eso, la inversión en materia social de la Argentina sigue creciendo aun en contextos de restricciones presupuestaria. Necesitamos que el sistema de seguridad social sea también un motor para la capacitación y la reinserción de los trabajadores.
Aquí el G20 plantea un nuevo desafío: "Promover la portabilidad de la seguridad social entre empleos y entre países". La globalización impacta en la movilidad de las personas y sus trabajos, los sistemas de protección social tienen que dar respuesta a esta nueva dinámica.
4. No dejar a nadie atrás: construir un futuro del trabajo equitativo e inclusivo. Tenemos la misión de reducir la brecha de género y promover la participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral. En la Argentina hemos avanzado en materia de género, pero las condiciones siguen siendo inequitativas. Las mujeres tienen mayor formación y, al mismo tiempo, sufren más la desocupación. Impulsamos cambios normativos y políticas de integración. Una de las claves es que las mujeres participen activamente en la economía digital y aumenten su protagonismo en la formación de habilidades relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas y en los empleos vinculados con estas áreas.
Compartimos la agenda global y, a la vez, necesitamos acelerar la transformación de fondo de nuestra economía. Los argentinos aprendimos que al mundo le tenemos que vender trabajo y servicios de calidad. Por eso la plataforma Argentina Exporta es también la herramienta más importante para la creación de empleo inclusivo y de calidad para la próxima década.
El G20 nos da la oportunidad de ser protagonistas. Decidimos que el trabajo debía estar en el centro del debate. A partir de estos consensos globales, tenemos que avanzar con nuestros propios acuerdos hacia más crecimiento y más trabajo inclusivo.
El autor es Ministro de Producción y Trabajo de la Nación.