G20: Buenos Aires como centro del mundo

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Durante unos pocos días, mientras se desarrolle la reunión de líderes del G20 en la Argentina, Buenos Aires parecerá algo así como la capital del mundo. Nos visitarán los jefes de Estado y ministros clave de los países más importantes del mundo y líderes de organismos multilaterales y de muchas de las principales empresas del mundo. Este es el momento máximo de algo que ocurrió durante todo 2018: presidir el G20 nos permitió estar el centro de los principales debates del mundo. Gracias a eso pudimos ser parte del complejo proceso de toma de decisiones sobre el futuro. Además, logramos llevar nuestras ideas y posiciones a los principales foros globales. Y, en tercer lugar, el G20 significa un gran reflector sobre nosotros, nos da visibilidad como destino turístico y de inversiones.

Nuestra presidencia del G20 no es un hecho aislado. Es parte de un proceso de reinserción internacional después de años de relativo aislamiento, cuando quedamos más alejados de las decisiones y con relaciones deterioradas, incluso con muchos de nuestros vecinos. La Argentina entiende cada vez más que no vive en un vacío, que es parte de una región y de un mundo, que puede beneficiarse de la cooperación con otros países, que relacionarse mejor es una ayuda para crecer y generar oportunidades para todos los argentinos. Por eso el presidente Mauricio Macri ha desarrollado desde su primer día de mandato una diplomacia presidencial muy activa y efectiva, que nos permitió contar con el apoyo del mundo en momentos difíciles. Al mismo tiempo, llevamos adelante una estrategia de inserción comercial: facilitando el comercio, abriendo mercados en todo el mundo, y negociando desde el Mercosur con la Unión Europea, la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA, por sus siglas en inglés), Canadá, Corea y Singapur, y bilateralmente con Chile, Colombia y México, y logrando avances sustantivos en el Mercosur.

El caso del comercio es un buen ejemplo del papel que tuvo la Argentina como mediador honesto y respetado por todos. En un contexto muy complejo debido a las tensiones comerciales y a procesos como el Brexit, Argentina logró que se siga hablando. En diciembre de 2017 se realizó en Buenos Aires la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio y, contra lo que muchos esperaban, se logró llegar a una serie de compromisos. Ya en el marco de la presidencia argentina del G20, se llegó a documentos de consenso tanto en la reunión ministerial de inversión y comercio realizada en Mar del Plata en septiembre como en la del Foro Global del Acero. El ejemplo del comercio muestra que Argentina juega un papel de relevancia y a la vez defiende sus propios intereses, en tanto para nuestro país es clave el fortalecimiento del sistema multilateral del comercio basado en reglas.

La presidencia del G20 también nos permitió poner el foco en determinadas cuestiones que consideramos particularmente importantes para nuestro futuro y el del mundo. Argentina propuso cuatro temas para ser abordados: el del futuro del trabajo, intentando sacar el máximo provecho y reducir al máximo los costos de las nuevas tecnologías; la cuestión de la infraestructura y, sobre todo, de su financiamiento de largo plazo; la promoción de un futuro alimentario sostenible; y propusimos incorporar de manera transversal una perspectiva de género.

Finalmente, todo este esfuerzo nos ha permitido presentarnos al mundo de otra manera. Como un país lleno de oportunidades de inversión; como un país que es un buen ciudadano global, buscando aportar sus ideas y su trabajo para atender a los grandes desafíos globales. Como un país dotado de una población rica y diversa, talentosa, un país contemporáneo, protagonista y global, que quiere desarrollarse en armonía con un mundo que crece. Un país democrático, abierto, con oportunidades de inversión y de crecimiento para su gente. Por estas tres grandes razones, el G20, al ponernos en el centro del mundo, nos da un impulso adicional hacia nuestro objetivo fundamental de avanzar en nuestro desarrollo sostenible.

El autor es Secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda.

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