Argentina recibe a la cumbre anual de jefes de Estado del G20, grupo del cual es parte, siendo Mauricio Macri su presidente para un período anual iniciado el 30 de noviembre del 2017. Esta cumbre es un foro de encuentro e intercambio de representantes de 19 países y de, además, la Unión Europea, totalizando 20 unidades políticas.
El G20 es una entidad realmente heterogénea por las características de los países integrantes. Entre otros factores, porque nuclea tanto a naciones desarrolladas como a países emergentes, que en total representan el 85% del Producto Bruto Interno del planeta y un 66% de la población mundial.
Uno de los aspectos llamativos de esta heterogeneidad lo encontramos en un indicador básico y clave en la constitución y el funcionamiento de una sociedad: el nivel inflacionario, que dice mucho en materia de ordenamiento macroeconómico y previsibilidad, contexto de inversiones, etcétera. En el marco de Fundación Atlas hemos realizado un breve análisis sobre los niveles inflacionarios de los países o las unidades políticas integrantes del G20 en el que vemos que Argentina lidera el ranking de inflación del G20 con un 45,9 por ciento. La sigue Turquía con una inflación anual del 25,2 por ciento. El resto de los países tiene una inflación igual o menor a 5,6% (el tercero es India, con ese porcentaje).
Asimismo, la inflación anual de Argentina (45,9%) es superior a la inflación sumada de 16 países de un total de 20 del G20. A saber: Japón, Italia, Corea del Sur, Australia, Francia, Reino Unido, Unión Europea, China, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Arabia Saudita, Indonesia, Rusia, Brasil y México. La inflación de todos estos países mencionados agregados da un total de 41,4 por ciento.
Este dato, que puede ser llamativo para quien no habita en Argentina, es una clara señal de la asignatura pendiente que tiene aún el país en resolver un tema clave, a efectos de adoptar patrones de comportamientos más cercanos a los que prevalecen en el resto del planeta, no solo en países desarrollados sino también emergentes.
El autor es director ejecutivo de Fundación Atlas.