La elección de nuestro país para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es un objetivo muy importante que hemos podido alcanzar como resultado de un trabajo buscado, planificado y llevado a cabo en equipo, durante estos tres años de gobierno que se están por cumplir. Es también el resultado de dejar atrás largos años de aislamiento y contar con un país debidamente integrado al mundo, tal como ha planteado el propio presidente Mauricio Macri.
Desde el primer día, entendimos que volver a hablar con el mundo nos ubica en una posición de prestigio que requiere de un compromiso serio y sostenido a través del diálogo y de nuestra presencia permanente, para compartir experiencias y conocimientos, y fundamentalmente, para poder elevar la voz con absoluta autoridad frente a las graves violaciones de derechos humanos que se suceden en muchos países.
Hace pocas semanas, en Ginebra, asistí a un importante acontecimiento organizado y dirigido por nuestro embajador ante los Organismos Internacionales, Carlos Foradori, que expuso acerca del compromiso histórico de la sociedad argentina frente a los derechos humanos, tras el retorno de la democracia y que se ve reflejado en hechos como el enjuiciamiento a las juntas de la última dictadura cívico-militar, la continuidad de los juicios por casos de lesa humanidad, la incorporación a nuestra constitución de las Convenciones Internacionales, así como también las políticas públicas que, desde diciembre de 2015, son parte de nuestra agenda ampliada de Derechos Humanos.
Gracias a ella, hemos podido llevar adelante el primer Plan de Acción en Derechos Humanos de nuestro país, que presentamos casi un año atrás y que hoy ya cuenta con la adhesión de 14 provincias, demostrando así la existencia de una verdadera política de Estado que nos atraviesa a todos. Una agenda de derechos humanos cuyos pilares son la Inclusión y la no discriminación, la seguridad y la no violencia; memoria, verdad y justicia, una verdadera cultura cívica en derechos humanos y el acceso universal a la justicia, pero también, el derecho humanitario que, tras el arduo proceso de identificación de los héroes de Malvinas sepultados en el cementerio de Darwin, hoy es ejemplo en el mundo.
El Consejo de Derechos Humanos -creado en 2006 en reemplazo de la antigua Comisión de Derechos Humanos- está integrado por 47 Estados miembros de las Naciones Unidas y es el organismo intergubernamental encargado de tratar las situaciones en que los derechos humanos son vulnerados y formular recomendaciones con el fin de fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo.
Esta elección, que no fue sencilla, es relevante para todos los argentinos ya que nos demuestra que nada se consigue con improvisación, por el contrario, son la constancia y la consistencia de las acciones, es la valentía de estar presente en cada ocasión, ante cada comité y ante cada relator, es hablar con la verdad y es tener la libertad de proponer ideas que nos sirvan a nosotros, a la región y al mundo, los principales factores que hicieron posible este logro.
Hoy, volvemos a ser miembros del Consejo de Derechos Humanos para el periodo 2019-2021, con 172 votos, junto a la hermana República de Uruguay y a Bahamas, en una elección en la que se renovaban sólo 17 vacantes de las 47 disponibles, tres de ellas para América Latina y el Caribe.
Nada es casualidad y por ello, es bueno recordar que nuestro Presidente, en su primer discurso ante las Naciones Unidas en 2016, sostuvo que "la ONU nos propone un horizonte hacia donde debemos avanzar: la agenda 2030 es un camino a transitar juntos. Estoy orgulloso de representar a un país que ha contribuido al marco legal internacional, impulsando avances en derechos humanos, derecho humanitario y la solución pacífica de conflictos. Miramos los objetivos de desarrollo sostenible y nos enorgullece que nuestras prioridades de Gobierno estén alineadas con las de la sociedad internacional. Integrarnos y trabajar juntos nos fortalece, sigamos apostando a construir redes y tender puentes; cuenten con la Argentina, tenemos mucho para decir y para hacer."
Este es el camino que elegimos y que honramos en cada acción, por eso, volver al ser parte del Consejo de Derechos Humanos es un orgullo para todos los argentinos.