Por qué me acerqué a Putin para hablarle de Cristina

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Nuestra presencia en el Foro Euroasiático de Mujeres en San Petersburgo junto a la senadora María Inés Pilatti Vergara y la diputada Magdalena Sierra tiene que ver justamente con visibilizar una situación que nos afecta a nivel regional y particularmente en Argentina.

Más allá de la temática puntual del foro, como representantes nacionales debíamos hacer una denuncia pública de lo que sucede hoy en nuestro país y que venimos manifestando desde el día uno de este Gobierno.

Por ser anfitrión y, lógicamente, por ser el presidente de una de las economías más importantes del mundo, la entrega en manos del presidente ruso Vladimir Putin del documento que denuncia el lawfare contra Cristina Fernández de Kirchner y que Argentina carece del pleno Estado de derecho tuvo trascendencia internacional.

El lawfare (o guerra jurídica) es un modo de operar, una acción coordinada de la Justicia federal, los medios hegemónicos de comunicación, un sector de la política y los servicios de inteligencia para degradar de manera infame a líderes de la oposición política. No hay garantías constitucionales ni debidos procesos: hay prejuzgamiento, sanción mediática desde la televisión y manipulación de la opinión pública. Tal es el caso de Cristina, Milagro Sala, o el Ionko Facundo Jones Huala. Lo mismo planteamos para las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, jóvenes denostados sistemáticamente por medios de comunicación, fuerzas de seguridad, fiscales, jueces y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responsable política de la creciente y sostenida violencia institucional policial en este Gobierno que reprime cualquier tipo de manifestación opositora.

Estoy segura de que Putin se acercó porque vio al frente del folleto la foto de Cristina, ya que, luego del breve diálogo y ante la intervención del personal de ceremonial, prefirió guardar el documento y llevarlo consigo. La ex presidenta argentina cuenta no solo con gran apoyo en nuestro país, su labor política es también valorada y destacada por dirigentes de todo el planeta. Incluso, un grupo de eurodiputadas presentes se acercó para interiorizarse y expresar solidaridad con Cristina, a quien respetan por sus políticas de inclusión y ampliación de derechos en mujeres y diversidad.

Transcurridos tres años del macrismo, agotada la excusa de la pesada herencia y también el modelo económico, la posibilidad de la candidatura de Cristina desata los peores temores de un establishment que despliega todo su poder para impedirlo. No lo lograrán.

La autora es diputada nacional (Frente para la Victoria).

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