No es una novedad decir que Wall Street es una referencia mundial para el resto de los mercados bursátiles, con lo cual lo que pueda ocurrir allí crea de manera continua expectativas en el inversor, que lo impulsa a tomar decisiones permanentemente del lado comprador y vendedor, según corresponda.
Si bien la oferta de productos que tiene la Bolsa estadounidense es muy amplia, la atención del inversor se centra principalmente en el comportamiento de tres indicadores bursátiles, también conocidos como índices bursátiles, como lo son el Dow Jones, el SP500 y el Nasdaq. Más allá de que cada índice presenta sus propias características respecto a su composición, por ejemplo, con diferencia en la cantidad de acciones que lo componen y en las ponderaciones que tienen estas acciones con respecto a cada índice, en los tres casos nos encontramos con que hay cuatro sectores que de algún modo son los que muestran mayor poder en la afectación sobre cada indicador: sector tecnológico, sector servicio de consumo, sector financiero y sector de salud.
En efecto, cuando repasamos la composición de acciones de cada uno de los índices de referencia, veremos que en los tres casos estos sectores mencionados son los que se destacan, aunque el impacto que tiene cada uno de los sectores no es de igual magnitud para los tres índices. Ello es clave al momento de tener que entender muchas veces las diferencias que pueda tener cada índice en su comportamiento.
El sector de acciones tecnológicas, donde se destacan empresas como IBM, Apple, Microsoft, Alphabet, es el que mayor incidencia tiene sobre los tres índices de referencia mundial, aunque el impacto es distinto, ya que mientras para el índice Dow Jones el impacto del sector tecnológico es del 33,2%, para el SP500 se reduce al 28,8% y mientras que para el índice Nasdaq 100 el sector afecta en un 58,9 por ciento.
Luego, nos encontramos con el sector de servicio de consumo, donde se destacan en algunos de los índices empresas como Amazon y Netflix, mientras que en otros son más importantes empresas como Walt Disney, Mc Donalds o Home Depot, pero que en términos de índice el sector afecta en un 11% sobre el índice Dow Jones, un 13% sobre el SP500 y un 18,4% sobre el índice Nasdaq.
También el sector de salud tiene su importancia en estos índices, con acciones como Johnson & Johnson y Merck en el Dow Jones y SP500, mientras que empresas como Biogen hacen de la diferencia en el Nasdaq. Respecto a la participación del sector en cada índice, es del 10,4% para el Dow Jones, del 12,4% para el SP500 y del 8% para el Nasdaq.
Quizás la mayor diferencia que podemos encontrar en la composición de los tres índices es la del sector financiero, donde principalmente se concentran bancos de inversión y comerciales, al igual que tarjetas de crédito, que representan el segundo sector de importancia para el índice Dow Jones y el índice SP500, con un 12,8% y 15% respectivamente en la afectación, pero que no es un sector que impacte sobre el índice Nasdaq.
Básicamente el motivo de esta descripción inicial en la nota se centra en entender las diferencias en performance con las cuales nos encontramos actualmente entre los índices en lo que va del año. Por ejemplo, mientras el índice Dow Jones y el SP500 muestran ganancias del 2% y 5% respectivamente, sin poder superar los máximos históricos del mes de enero pasado, el índice Nasdaq100 avanza un 15% y continúa rompiendo máximos históricos.
Lo concreto es que el sector tecnológico y el sector de servicio de consumo, es decir, los dos sectores de mayor importancia en la composición del índice Nasdaq100, afectándolo en un 77%, son los que de algún modo vienen sosteniendo el desempeño positivo de este índice, con escalada continua a nuevas marcas históricas, mientras que para con los índices Dow Jones y SP500 han sido los sectores que han podido amortiguar la debilidad de otros, como, por ejemplo, el sector financiero que se muestra neutralizado en lo que va del presente año en su rendimiento.
En relación con lo comentado, la mejor forma de analizar y dar seguimiento técnico a estos sectores que muestran fortaleza sobre Wall Street es por medios de sus ETF (Exchange Trading Fund). En el caso del sector tecnológico, el foco se coloca sobre el ETF que lleva la sigla XLK (Technology Select Sector), en tanto que para el sector de servicio de consumo el foco se coloca sobre el ETF que lleva la sigla IYC (Consumer Service).
Si observamos el bull market (mercado alcista) que ha tenido el XLK a lo largo de los últimos diez años, más precisamente desde el piso del año 2008 tras la crisis subprime, donde el ETF pasó de valores de 12,9 dólares a los niveles actuales de 73,5 dólares, podemos explicarnos de algún modo el porqué del importante crecimiento que han tenidos los índices bursátiles estadounidenses y en particular el índice Nasdaq.
Lo interesante es que la tendencia alcista en desarrollo comienza a enfrentar resistencias claves de mediano plazo que nos advierten ante la posibilidad que el avance del sector pueda estar próximo de un techo.
Lo mismo ocurre con el ETF del sector de servicio de consumo (IYC), donde el precio ha pasado de niveles de 32,8 dólares en el año 2008 tras la caída de la crisis subprime, para colocarse actualmente en valores de 198-200 dólares.
Este sector también se muestra con una tendencia alcista madura, enfrentando instancias de resistencia clave que advierte ante la posibilidad que un techo de importancia pueda estar próximo, más allá de extensiones adicionales que puedan darse de corto plazo.
En conclusión, no resulta menor destacar que los dos sectores que actualmente sostienen la firmeza de los principales índices estadounidenses comienzan a mostrar madurez en su tendencia alcista y posibilidad de cercanía a un techo y próximo a la habilitación de un recorte parcial o toma de ganancia del avance desarrollado. En concreto, es cierto que aún no hay señales de que el punto de inflexión bajista se haya concretado, sin embargo desde nuestra lectura analítica creemos que habrá que comenzar a ser muy prudente desde lo operativo en relación con estos mercados.