En 1992 se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la primera reunión para definir los compromisos de reducción de emisiones tuvo lugar en 1995. Veamos qué ocurrió desde esta primera reunión, denominada COP1, que tuvo lugar en Berlín, en el año 1995, hasta la última, la COP21, que también tuvo lugar en Berlín, el año pasado. Es hora de hacer un balance de lo ocurrido durante tantos años.
El balance de las emisiones globales de CO2, desde la COP1 hasta ahora, es el siguiente. COP1 (1995): emisiones anuales, 21,4 Gt.; emisiones acumuladas, 360 ppm. COP 21 (2017): emisiones anuales, 32,5 Gt.; emisiones acumuladas, 407 ppm.
Esto significa que a lo largo de todos los años que dedicamos a discutir internacionalmente cómo disminuiríamos las emisiones globalmente contaminantes, causantes del cambio climático, estas aumentaban año a año. En 2017 eran ya un 52% superiores a las de 1995. Al mismo tiempo, el CO2 acumulado en nuestra atmósfera había aumentado un 13% y había llegado en el 2017 a 407 ppm. O sea que las emisiones, más allá de las repetidas declaraciones internacionales de corte político, siguen creciendo. En el mes de junio de este año las emisiones acumuladas de CO2 ya habían ascendido a 412 ppm, es decir, un 47% por encima del nivel acumulado en los años previos a la revolución industrial.
Estamos al día de hoy en 412 ppm, pero recordemos que el límite crítico es muy cercano, ya que es apenas 450 ppm, si es que queremos evitar grandes daños en toda la Tierra. Estamos todos en una situación de riesgo, como bien acaba de explicar y alertar la International Energy Agency, que en el mes de abril de este año informaba que la proyección energética y de emisiones de CO2, basada en las políticas energéticas vigentes y las propuestas de compromisos de las naciones en el Acuerdo de París (1995), indican que no son compatibles con el cumplimiento de este acuerdo, ya que las emisiones anuales de CO2 seguirán creciendo y llegarán a un máximo recién en el año 2040. Esto significará un aumento de la temperatura de 2,7ºC hacia fines de este siglo.
El aumento de la temperatura ha sido una constante en las últimas décadas, por esta razón vienen aumentando la frecuencia y la intensidad de los desastres ambientales (inundaciones, sequías, incendios, disminución del hielo en la Antártida y el Ártico, aumento del nivel del mar). Las evidencias científicas son concluyentes: las emisiones de CO2 calientan el planeta.
La próxima reunión de los países firmantes de la CMNUCC, denominada COP22, tendrá lugar en Katowice, en Polonia, en el próximo mes de diciembre. Han pasado 23 años desde la primera reunión y los progresos han sido escasos; muchos buenos propósitos y ambiciosas declaraciones pero escasos avances. Ya es hora de reducir las emisiones contaminantes causadas por los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Tenemos que cuidar nuestra casa que será heredada por las próximas generaciones, esperemos que en Katowice se adopten resoluciones que sean eficaces para avanzar hacia este objetivo.