"No nos une el amor sino el espanto" es uno de los versos del poema Buenos Aires, de Jorge Luis Borges. ¿Cuánto más daño deberán sufrir las variables económicas para que la política entienda que debe actuar con decisión de forma inminente para restablecer la confianza? Creemos que nos estamos acercando, pero a la vez da la impresión de que hasta que el Ejecutivo no vea el abismo a centímetros no actuará.
El salto del dólar es la consecuencia de los ajustes estructurales que la política decidió no hacer. Mientras había crédito barato y en cantidad, los dólares entraban y todos los problemas se escondían debajo de la alfombra. Hoy los dólares no solo no entran, sino que salen. Por eso es correcto decir que el ajuste que no quiso hacer el Ejecutivo, lo hizo el mercado en unos pocos meses y a los golpes.
Argentina tiene una crisis más política que económica. ¿Por qué es importante restablecer la confianza? Porque los problemas de fondo no se resuelven con medidas que obliguen a vender dólares o que restrinjan la compra de pasajes aéreos. No alcanza con mendigarle al sector del campo que por favor liquide sus dólares (que en buena medida no tiene por la sequía). Esos son parches miopes del estilo del cepo cambiario, que no conducen a nada.
El Merval está en caída libre porque la devaluación del peso parece no tener fin. En paralelo, el Tesoro y el Banco Central se ven obligados a vender una parte de sus dólares, porque, de otro modo, simplemente no habría nadie ofreciendo dólares y la escalada sería aún peor. ¿Cómo hacer para que el sector privado vuelva voluntariamente a vender dólares y apostar al peso? Ya no alcanza con una alta tasa de interés. ¿Entonces?
La política debe actuar. Hay algunas medidas que puede tomar el presidente Mauricio Macri por sí solo, y otras para las que necesitará diferentes grados de consenso. En muy resumidas cuentas, creemos que ya no hay más espacio para experimentos fallidos y el Gobierno necesita volver a un súper ministro de un Ministerio de Economía que vuelva a absorber las carteras que se habían escindido.
Veamos entonces siete posibles medidas que restablecerían confianza y generarían mayor visibilidad:
1. Un ministro de Economía fuerte, con visión y estrategia como Carlos Melconian (una figura del propio partido gobernante), sería una opción. El ministro Nicolás Dujovne está haciendo un trabajo silencioso y no del todo valorado en la reducción del déficit fiscal, pero no lo hemos escuchado con claridad en posiciones contundentes respecto del futuro del país.
2. Los siguientes ministerios pasan nuevamente a ser secretarías que dependen de Economía: Agroindustria, Energía, Transporte. Al Ministerio del Interior se le quita Obras Públicas. Es necesario volver a un Ministerio de Economía fuerte. El experimento para evitar un superministro debería darse por terminado. Necesitamos oír una voz que grite fuerte y no un griterío de muchas personas que solo genera más ruido y desconcierto.
3. Se cierran los siguientes ministerios: Producción y Modernización. Esto sería un gesto de que la política se decide por achicar.
4. Se reforma la Carta Orgánica del Banco Central. Era uno de los puntos acordados con el FMI que el Senado decidió postergar para el año que viene. Acá ya comienza a ser necesario el consenso con la oposición.
5. Se mantiene lo prometido respecto a la quita de retenciones al agro. ¿Queremos generar más oferta de dólares? Demos una muestra de buena voluntad. Si le damos esto, ellos mismos van a vender voluntariamente.
6. Se deroga el impuesto a la renta financiera. Este sería un gran golpe de efecto para el que solo bastaría tomar una calculadora. Con este impuesto la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) recaudará un estimado de mil millones de dólares (0,8% del total de los ingresos). Por esta "monedita" ahuyentamos capitales. Eso es no saber sumar y encierra uno de los grandes misterios de la tontería de los políticos argentinos.
7. Definitivamente, Cambiemos necesitará apoyo político en el Congreso en un momento en el que la imagen del Gobierno cae. El PJ liderado por el senador Miguel Ángel Pichetto parecería una buena opción.
Medidas como estas harían que rápidamente vuelva a aparecer la oferta privada de dólares y diferentes actores compren acciones y bonos argentinos. Por cada peso que siga subiendo el dólar, aumentarán las chances de iniciativas como las que proponemos.