Luego de que pasaran cientos de expositores por la Cámara de Diputados, se acerca el momento en que se va a someter a votación el derecho al aborto por el que tanto hemos peleado. Por ello, cuando expuse en la última audiencia pública, mencioné que es bueno hacer un poco de historia sobre cómo las mujeres hemos conquistado nuestros derechos con la lucha.
En las grandes crisis, en los momentos críticos, las mujeres siempre hemos estado al frente, a la vanguardia, especialmente las mujeres trabajadoras y de los sectores populares. Podemos poner ejemplos históricos de cómo, en la Revolución francesa, ellas marcharon al centro del poder, hacia Versalles; o en la Revolución rusa, cuando no solo fueron vanguardia, sino que hace más de cien años consiguieron el derecho al aborto. La lucha de las sufragistas; la huelga de los inquilinos en 1907, unidas resistieron los desalojos; o más cerca en el tiempo: las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que enfrentaron a la dictadura genocida. En el 2001, aquellas mujeres piqueteras se pusieron a la cabeza de la pelea por el pan para sus hijos; o las obreras de la textil Brukman, cuyo ejemplo recorrió el mundo, encabezando la lucha por recuperar las fábricas y ponerlas a producir. Hemos luchado aun cuando la que nos negaba nuestro derecho a decidir era una mujer.
Por eso, este 13 de junio, cuando la Cámara de Diputados trate la ley por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, queremos desarrollar una fuerza imparable en la calle, tan arrolladora que no puedan votar contra nuestro derecho a no morir por abortos clandestinos, tan potente que no puedan votar contra nuestro derecho a decidir. Centros de estudiantes, sindicatos, organizaciones sociales, todos deben convocar a movilizar este miércoles. Miles frente al Congreso es la única garantía con la que contamos.
La discusión no será fácil en el recinto. Porque es notable el poder que sigue ejerciendo la Iglesia Católica sobre las políticas públicas: aprovecharon el Tedeum del Día de la Patria para manifestarse en cadena nacional contra el derecho al aborto. Tienen, a su vez, su correa de transmisión en los gobernadores, que usan como prenda de negociación los derechos de las mujeres. Gobernadores que se resisten incluso al aborto no punible, que es legal desde 1921, como ocurre en Salta o en Mendoza y que estos días están presionando a los legisladores para que no voten la ley.
La amenaza penal no ha persuadido a nadie de interrumpir embarazos no deseados. Pero ha funcionado como una pena de muerte de hecho y de clase.
Vamos a movilizarnos por las vidas de las que ya no están, como Ana María Acevedo, que murió porque le negaron la posibilidad de abortar para realizar un tratamiento de quimioterapia; también de Belén; de Juana, la niña wichi a quien le negaron un aborto no punible y por todas esas niñas cuyas terribles historias de violación y desamparo estatal recorren los medios permanentemente. Este 13 de junio nos volvemos a encontrar, con nuestro pañuelo verde, ¡en la calle!
La autora es diputada porteña, PTS-FIT.