El ajedrez es un deporte. El automovilismo, también. ¿Los videojuegos no lo son? A mi criterio y el de varios de mis pares en el Congreso Nacional, los videojuegos son una disciplina que forma parte de lo que en los países más avanzados del mundo ya se reconoce como "eSports" o "deportes electrónicos", una noción que da cuenta de la expansión de las fronteras y las implicancias del concepto de "deporte" en la actualidad.
Es por ello que, en conjunto con otros diputados de mi espacio político, elaboramos un proyecto de ley por el cual proponemos regular los deportes electrónicos en el país y avanzar en la creación del registro único de equipos de deportes electrónicos. Entendemos que tomar este camino tiene un doble impacto: nos permitirá, al tiempo que nos sumamos a la ola de cambios mundiales, desarrollar la industria de la creatividad digital y promover el desarrollo económico a partir de la generación de nuevas disciplinas en el país.
Nuestra iniciativa busca reconocer los videojuegos como categoría deportiva, que pasaría a denominarse "deportes electrónicos". Estas actividades serían vinculadas al sistema nacional del deporte (ley nacional de deportes n° 20655) y, de esta forma, podríamos regular su práctica a nivel nacional.
Entendemos por deportes electrónicos a toda actividad que emplea para su ejecución dispositivos electrónicos —ordenadores personales, consolas de juegos o dispositivos móviles—, a través de diversas plataformas de videojuegos conectadas o no a internet, donde compiten dos o más participantes de manera individual o por equipos.
Lógicamente, no todos los videojuegos son, desde nuestra óptica, deportes electrónicos. Proponemos diferencias claras. Consideramos que solo lo son aquellos donde la violencia explícita ante recreaciones o simulaciones humanas no se encuentre presente, ya que los deportes tienen poco o nada que ver con este tipo de sucesos; entendiendo, además, que no podemos avalar ni fomentar de ninguna manera la violencia.
Esta caracterización de nuevas disciplinas como deportes electrónicos no es caprichosa, y tiene su historia. Fue en 1998, con la inclusión del ajedrez como deporte oficializado por parte del Comité Olímpico Internacional (COI), cuando se establecieron las bases para resignificar la noción de "deporte".
Desde entonces, numerosos expertos de diversas naciones han arribado a la conclusión de que los videojuegos se constituyen a sí mismos como deporte, sin mediar mayores discusiones y por numerosos motivos, entre los cuales destacamos la planificación cuidadosa, la sincronización precisa y la hábil ejecución necesarias para la obtención de la victoria, como así también la preparación, la práctica y el intenso entrenamiento que conllevan para su desarrollo.
Por otra parte, proponemos que los practicantes de los deportes electrónicos reciban la denominación de atletas cibernéticos y que las asociaciones que tengan por objeto principal la práctica, el desarrollo, el sostenimiento, la organización o la representación del deporte electrónico o de alguna de sus modalidades sean consideradas equipos de deportes electrónicos. El Estado nacional reconocería la autonomía de los equipos de deportes electrónicos existentes o a crearse conforme a lo establecido en la ley nacional de deportes n° 20655.
La autoridad de aplicación sería elegida por el presidente de la nación y tendría las siguientes facultades: formalizar la práctica de los deportes electrónicos, promoviendo su ejercicio en infraestructuras y escenarios adecuados para su correcto y seguro desempeño; llevar a cabo planes de difusión y capacitación para estimular su conocimiento, su práctica y su desarrollo; y crear el Registro Único de Equipos de Deportes Electrónicos.
Los beneficios económicos para el país que esta actividad puede generar son por demás significativos. Entre los principales, la creación de múltiples fuentes laborales para implicados directos en la industria, como árbitros, managers y ciberatletas; la creación de múltiples fuentes laborales para implicados indirectos a la industria, como empresas textiles, informáticas, periodísticas, de merchandising, etcétera.
Esta iniciativa permitiría también fomentar las ventas de componentes informáticos y con ello el mayor entendimiento de la tecnología actual; atraer patrocinadores de las industrias informáticas y de telefonía celular, como así también de otras industrias; generar plataformas de televisación y streaming, lo que significa la contratación de numerosos servicios de infraestructura, así como también de recursos humanos como, por ejemplo, locutores, comentaristas y personal técnico.
Es hora de dar la discusión, pues el impacto que los deportes electrónicos tendrían sobre la ciudadanía así lo amerita.
El autor es diputado nacional por Cambiemos, provincia de Buenos Aires.