Estamos en un juego político de alto riesgo, discutiendo las tarifas de luz y gas. Parte del endiablado sistema que dejó la administración anterior está siendo corregido, pero será lento.
En este enredo de insultos, vetos, senadores y desinformación, está faltando explicar tres temas importantísimos. El primero es que es indispensable que este invierno Argentina consuma menos gas. A pesar de que ya se observan aumentos en la producción local, aún es necesario importar, para lo cual se dedican grandes montos en dólares, más caros luego de la devaluación. Sepamos que nuestro consumo es extremadamente estacional, y por futura mayor producción se dará la paradoja que ya este próximo verano sobrará gas.
El segundo tema es que consumiendo menos se logran dos efectos: pagar por menor cantidad y, esto es lo importante, pagar menos por cada unidad de gas. La complejísima estructura de tarifas heredada implica que los que más consumen paguen proporcionalmente muchísimo más, arriba de 300% según la categoría de consumo. El consumo en los hogares tendrá una muy alta tarifa, es cierto, y la familia que este año consuma el mismo gas que el año pasado pagará mucho más. Puede aliviar esta situación simplemente consumiendo un poco menos: cambia a una tarifa menor y además podría tener un descuento. Tristemente aquellos que tienen tarifa social por ahora no tienen fuerte incentivo a ahorrar. Lo extraño es que quienes pagan tarifas altas tampoco ahorran.
El tercer tema es la fenomenal incidencia de impuestos nacionales, provinciales y municipales, cerca del 40% de la factura. Los senadores que piden retrotraer tarifas están entonces dispuestos a que sus provincias recauden menos, y solo sobre las tarifas anteriores. Si es así, ¿por qué no bajar directamente esos impuestos en lugar de generar déficit nacional? ¿Será que solo les interesa el juego político y hacer quedar mal al Gobierno con el veto?
Hasta tanto logremos menor estacionalidad en el consumo o se realicen las grandes inversiones en gasoductos que permitan exportar nuestros excedentes en el verano, tendremos la paradójica situación de importar en invierno y desaprovechar en verano.
¿Qué podemos hacer nosotros? Hay soluciones técnicas, con alto costo para cada familia, para eliminar de raíz el problema: calefones solares o sin piloto. Pero creo que la mejor solución para reducir el consumo está en las muy sensatas palabras de mi abuela: "Ponete medias y un abriguito".
La autora es economista, UCEMA.