Los derechos de exportación y la parábola del pastor y las ovejas

Por Manuel Alvarado Ledesma

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El pago de derechos de exportación volvió a debate en un año de sequía.
El pago de derechos de exportación volvió a debate en un año de sequía.

La situación cambiaria, donde priman los déficits gemelos, es más que delicada. Con la reciente crisis, comenzó a debatirse la cuestión de los derechos de exportación, mal llamados retenciones.

El 14 de diciembre de 2015, el Gobierno eliminó estos derechos para la carne, el trigo, el maíz, el girasol, entre otros productos, y los redujo del 35 al 30% para la soja.

La promesa del Gobierno consistía en que las rebajas a los derechos al complejo sojero comenzarían apenas iniciada su gestión. Por lo tanto, los correspondientes a la soja deberían haber bajado otros cinco puntos.

La liquidación de los exportadores del agro en 2018 se sitúa 10% abajo del promedio 2008-2017

Sin embargo, el Gobierno incumplió la palabra empeñada y, en su lugar, estableció para 2017 un reintegro del 5% para productores del norte y una rebaja de 0,5 puntos por mes para todos, recién a partir de enero de 2018. Con este acto, la credibilidad en la palabra oficial empezó a debilitarse.

En enero pasado, por fin, arrancó el programa de reducción gradual de derechos de exportación. El programa para la soja habla de una baja 0,5 puntos por mes hasta diciembre de 2019. De esta forma, el impuesto que, en diciembre pasado, se hallaba en 30%, para fines de este año, deberá ser de 24%, para quedar en a fines de 2019 en 18 por ciento.

Se estima que la reducción sería compensada, al menos en gran parte, por mayor recaudación por impuestos, básicamente en Ganancias, a lo que debe agregarse un aumento en el gasto de los productores y de los eslabones de la cadena correspondiente.

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El reciente reporte de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), dijo que, en el último mes, las empresas del sector liquidaron tan sólo 1.376,3 millones de dólares.

Si se suma este monto al de los anteriores tres meses, la liquidación durante el primer cuatrimestre ha sido de 6.057 millones de dólares. Se trata de casi un 9% menos de mismo período del año pasado. Ello significa que la liquidación actual es la cuarta peor de la última década y se sitúa 10% abajo del promedio 2008-2017.

Frente a ello, hace poco tiempo saltó la demanda al sector agrícola, por parte de la doctora Elisa Carrió, para que "No retengan la soja, empiecen a liquidar para que ingresen dólares". La pregunta, en tal caso, es por qué se da ello.

Para responder vale recordar el problema climático que ha golpeado la agricultura. De las 15,5 millones de hectáreas implantadas con soja en la región pampeana, quedaba para fines del mismo período cerca de un 40% sin cosechar, con un gran volumen afectado por el exceso de humedad, que resulta en desgrane, enfermedades y brotado, bajo el efecto conocido como "germinador".

Por la sequía y posteriores inundaciones, la caída de ingresos por exportaciones será de unos USD 8.500 millones

Ahora, casi finalizado mayo, con cálculos bastante certeros, es posible afirmar que, a consecuencia de la terrible sequía del verano pasado, la producción ha bajado alrededor de 20 millones de toneladas de soja y 10 millones y medio de maíz, en relación al volumen esperado. Así el costo de oportunidad implica la caída de un ingreso por exportaciones de más o menos 8.500 millones de dólares.

¿Qué consecuencias está trayendo ello? Pues bien, ya se observa la baja en la actividad aguas arriba y aguas abajo, en los fletes, en la actividad de los acopios de granos y con graves problemas en el pago de impuestos, en la industria molinera, en los contratistas, corredores, bancos, y otros eslabones ligados.

EL DEBATE POR LOS DERECHOS DE EXPORTACIÓN

En medio de este cuadro salta, nuevamente, el fantasma de los derechos de exportación. Así, la credibilidad vuelve a ponerse en el campo de la duda. Parece que las autoridades olvidan la importancia de las expectativas. Las decisiones económicas, mucho más que sobre la base de los datos del presente, se efectúan en base a las expectativas.

Quien borra con codo lo que escribe con la mano, termina como la fábula del pastor y las ovejas, cuya moraleja se resume así: "No faltes a tu palabra, porque a la larga serás perjudicado por tus propias engaños". Según sea el grado de certidumbre -a no olvidar- será la semilla de la inversión.

(*) Manuel Alvarado Ledesma es Economista y Profesor de Agronegocios de la UCEMA

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