Por qué limitar todos los mandatos en Santa Fe

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El ex presidente estadounidense Harry Truman decía que los límites a los mandatos curan la senilidad y la antigüedad, ambas terribles enfermedades legislativas. Algunos se preguntan si no tenemos acaso ya límites a los mandatos. Arguyen que esa limitación son las elecciones. La realidad es que quienes ya ocupan un cargo electivo cuentan con la insuperable ventaja del poder y del dinero, lo cual les garantiza virtualmente una vida de reelecciones.

No sorprenderá a nadie recordar que en Santa Fe también tenemos barones como los del Conurbano, aunque nuestra Constitución Nacional no reconozca títulos nobiliarios. Intendentes que están en sus segundos mandatos; otros, en sus terceros; otros, en sus cuartos, e incluso uno transitando su quinto período consecutivo. De los presidentes comunales mejor ni hablar, si hasta hay algunos que van por su decimoquinto mandato consecutivo. ¡Sí, 15 mandatos seguidos! Treinta años sin parar en el poder, en los mismos puestos.

Entonces aparecen aquellos que vociferan lo siguiente: "¿Pero apoyar límites a los mandatos en los cargos políticos no provocaría que queden al mando personas faltas de experiencia?". Con verdaderas y justas limitaciones, más cargos y escaños podrían ser ocupados por gente experimentada de otros rubros y actividades, forzaría a la rotación y a la alternancia, y también podrían verse motivados a candidatearse ciudadanos honestos de las distintas comunidades provinciales.

Otros se preocupan por la chance de que queden a cargo cabilderos y burócratas, cuando justamente quienes abogan en contra de limitar los mandatos son aquellos que no quieren perder sus inversiones políticas de años. Los políticos de carrera, no los límites a los mandatos, han producido la actual burocracia que hoy padecemos.

Si limitamos los mandatos en Santa Fe, tendremos más opciones al momento de votar y ayudaremos a eliminar la epidemia de boletas repletas con nombres de políticos oficialistas buscando su reelección. Romperemos así el monopolio de facto y permitiremos que aparezcan nuevas caras en el mapa político. Habrá, asimismo, menos corrupción, porque se cortarán los lazos entre lobistas y políticos, lo que clausura la puerta giratoria de la política y vuelve a los ex políticos menos valiosos. Así se salvaguardará la función pública de aquellos que buscan explotarla para ganancia personal.

Habrá más líderes experimentados, de diversas extracciones de la sociedad, con experiencia del mundo real y en distintos momentos de sus vidas. Todos tendrán una oportunidad verdadera de ocupar un cargo público, generándose una reducción en el número de políticos de carrera. ¿Por qué? Limitar los mandatos producirá líderes políticos más cercanos a sus electores, dado que su tiempo limitado en el poder los forzará a volver al llano, donde tendrán que convivir como ciudadanos de a pie con las consecuencias de las decisiones que tomaron mientras cumplían sus roles y sus funciones públicas.

Todo este debate toma otro color a poco que tenemos en cuenta que el gobernador de la provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz, está empujando con énfasis una potencial reforma constitucional. Una reforma que él mismo ha manifestado que tendría como eje limitar a una sola reelección consecutiva todos los cargos electivos de Santa Fe, cargos que hoy no tienen límite alguno. Al mismo tiempo, propone eliminar lo mejor que tiene nuestra Carta Magna santafesina: la imposibilidad de reelección consecutiva de la figura de gobernador. En una misma oración, Lifschitz nos dice que limitemos los mandatos de todos y ampliemos el suyo. ¿No es eso contradictorio?

Desafortunadamente, muchos funcionarios públicos elegidos por el pueblo terminan acumulando demasiado poder y autoridad, a más de verse influenciados por ciertos grupos de interés, lo que con el tiempo hace que su representación de los ciudadanos sea cada vez menos representativa de lo que los ciudadanos realmente quieren. Por eso, limitemos todos los mandatos en Santa Fe, y en especial el de gobernador.

El autor es director de Investigaciones Jurídicas de Fundación Libertad.

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