En estos últimos meses se han sucedido múltiples encuentros en busca de la unidad del peronismo. Esa unidad ya está planteada en las primeras estrofas de nuestra marcha: "Los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos". Esa ha sido y es la premisa que debe guiarnos en este año de construcción política, de debate y de necesaria acumulación de poder para lograr una oposición con fuerte apoyo popular capaz de interpretar y responder las demandas sociales.
La región en su conjunto observa con preocupación la creciente judicialización de la política, que en estos últimos días tuvo su máxima expresión en la persecución y la encarcelamiento al compañero Lula en Brasil y la intervención arbitraria de la jueza Servini de Cubría del Partido Justicialista Nacional sin argumento alguno. Decisiones como estas siguen degradando la calidad de nuestras instituciones, nuestros órganos de representación política y, en definitiva, nuestras democracias.
Es por eso que resulta necesario que el peronismo aglutine el más amplio espectro multisectorial, apoyado en la defensa de los intereses populares, la inclusión y la justicia social para derrotar electoralmente al proyecto conservador y neoliberal de Cambiemos. Con esta premisa como norte, son muchos los desafíos que tenemos por delante los peronistas que nos sentimos parte de un movimiento que, como todo movimiento, tiene distintas corrientes, matices y un gran dinamismo, propio de la cercanía con sus bases sociales.
Cuando hablamos de lograr la unidad del movimiento, hablamos de la necesidad y de la conveniencia de converger en una síntesis que nos identifique a todas las expresiones que convivimos dentro del espacio nacional y popular. Para que esto ocurra, la primera clave es coincidir en la voluntad de derrotar electoralmente al Gobierno de Cambiemos, entendiéndolo como un proyecto de país para una minoría, de especulación financiera, de destrucción de la pequeña y mediana empresa, de apertura comercial indiscriminada, de reprimarización de la economía y que solo basa su modelo en la explotación de recursos extractivos, sin valor agregado como los hidrocarburos, el agro y la minería. Como sabemos los argentinos, este modelo no tiene nada de moderno ni novedoso. Es un modelo que ya conocemos, al que le "sobran" más de veinte millones de argentinos y que no genera ningún tipo de desarrollo sustentable.
Soy un convencido de que para ganarle al macrismo tenemos que proponer un proyecto alternativo que tenga como base las tres banderas históricas de nuestro movimiento: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política; reinterpretadas y actualizadas a la realidad que vivimos hoy. Esto implica consensuar un programa con 10 puntos básicos que recoja las nuevas demandas y las necesidades de los distintos sectores. Su eje principal debe ser la defensa del trabajo y la producción nacional con valor agregado; la explotación sustentable y responsable de los recursos naturales; la defensa irrestricta de los derechos humanos, económicos y sociales; el fortalecimiento de la integración regional; el planteo de políticas públicas destinadas a mejorar la educación y la salud, que incluyan a la economía popular y prioricen una agenda de género que redunde en una sociedad más igualitaria y justa.
En segundo lugar, hay que generar una gran movilización de las bases, en las calles, en las fábricas, en las universidades, en las barriadas. El territorio es nuestro lugar natural, desde allí debemos construir la política junto a los que más necesitan y esperan que seamos capaces de estar a la altura de la responsabilidad que nos demanda la hora. Necesitamos generar encuentros para que los compañeros debatan, se organicen, se preparen, intercambien experiencias sobre las diferentes realidades provinciales y locales.
Desde la dirigencia debemos fomentar que haya cada vez más espacios de discusión donde se puedan expresar todos los sectores, en especial los que han sido perjudicados por este modelo económico de exclusión. Este es un año para debatir con todos y en todos lados, un año para tender los puentes y las redes para construir las bases de la unidad.
Esta unidad debe ser multisectorial y contener a los más amplios sectores nacionales y populares, al movimiento obrero, a los movimientos sociales, a los sectores de la producción, de las economías regionales, a los científicos, a los docentes, a los representantes de la cultura y los estudiantes. El Gobierno, para ganar las elecciones, apuesta a un peronismo dividido y enfrentado, es por eso que debemos ser capaces de superar algunas diferencias y responder con organización, presencia y comunidad política.
En todo este proceso los jóvenes deben jugar un papel importante. El pasado 24 de marzo demostraron, una vez más, su gran capacidad de movilización y la fortaleza de las consignas que los convocan. También se debe atender la agenda de género que día a día se va imponiendo gracias a la inmensa capacidad de lucha y movilización de las mujeres. Tenemos que estar atentos y escuchar las demandas sociales de todos los sectores para contenerlas en un futuro acuerdo programático.
En tercer lugar, y por último (no es azaroso el orden que propongo), debemos pensar en un mecanismo para definir las candidaturas; un mecanismo que tenga un carácter participativo y democrático como puede ser una PASO o una interna partidaria. Para explicarlo de un modo más gráfico: la forma de construir la unidad del peronismo tiene que ser en red y no piramidal, habilitando la participación de distintos actores y fomentando el rol activo de todos los que pretendan participar. Una vez culminado ese proceso, deberemos trabajar en conjunto y apoyar a la fórmula que resulte ganadora.
Este camino de unidad solo será posible si buscamos puntos de coincidencia, si somos capaces de sintetizar las diferencias, respetando la diversidad y la pluralidad que caracteriza nuestro movimiento, para poder ofrecerle a la sociedad un programa que dé respuestas a las viejas y a las nuevas demandas sociales. Un proyecto que vuelva a enamorar y que recupere la esperanza de una Argentina con justicia social e inclusión para todos.