Si es cierto lo que ha hecho y sigue haciendo el ejército de expertos de Vladimir Putin en las elecciones de las grandes potencias occidentales, ¿cómo no pensar que también podría influir en las elecciones del 2019 en nuestro país, ya que el ejército de ciberataques que puede desplegar Rusia es enorme, porque es un verdadero ejército profesional, disciplinado y eficiente?
Puede ingresar a cualquier base de datos, pública o privada, incluso las que se consideran las más seguras de todas contra las intrusiones de los hackeadores.
Hay que imaginarse la información que pueden obtener si penetran la base de datos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) o de los beneficiarios de prestaciones sociales del Estado. En total, se estima que hay no menos de 17 millones de personas que están recibiendo esos estipendios, lo que representa una masa impresionante de información.
¿De qué servirían los datos de pobreza, ingresos, marginalidad, que los políticos manejan de manera habitual para guiar sus argumentos? Putin y su ejército estarían en condiciones de elaborar un mapa de la pobreza en Argentina, de una densidad de datos que nadie podría igualar y que podría dejar muy mal parado a Macri.
También estarían en posesión de otro mapa de datos que les permitiría conocer qué pasó con las importaciones en Argentina bajo la gestión de Macri, qué productos se importaron que podían haberse producido en el país, cuántos puestos de trabajo se perdieron y cuántas empresas tuvieron que cerrar.
Con los datos financieros en sus manos, estaría Rusia en condiciones de saber cómo se comportó el sistema financiero argentino, a quiénes les prestó, cuáles fueron las tasas, qué grado de incumplimiento hay, quiénes fueron los sectores beneficiados y cuáles los olvidados, etcétera.
Putin puede tener acceso a una información de primer orden sobre cualquier sector de actividad del país en el que quiera meterse, algo que ningún dirigente opositor está en condiciones de disponer.
Putin está en condiciones de erosionar el apoyo del campo a Macri si revela datos de primer nivel sobre cómo las inundaciones, las sequías y otros males afectaron al sector, y lo poco que ha hecho el Gobierno para empezar a reconstruir lo perdido.
El gran fuerte de Macri son las obras públicas que se están realizando en todo el país, de modo especial en la provincia de Buenos Aires, pero una lupa puesta en la ejecución de estos proyectos podría darle material a Rusia para una campaña de desorientación, difamación y denuncias de corrupción, sin llegar al extremo de lanzar "fake news", como se dice ahora, lo que causaría daños importantes en el lado fuerte de Macri.
No se necesitan más ejemplos para advertir que el mayor enemigo de Macri no serán los habituales opositores mencionados a diario, que no se toman el trabajo de recabar datos ni de monitorear la gestión, sino el ejército de desestabilización de primer nivel mundial que tiene a su disposición el presidente ruso.