Aborto: por qué sí es el momento

Esteban Paulón

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Un importante dirigente social del campo progresista fue consultado por su posición en relación con el debate por el aborto seguro, legal y gratuito que comienza a activarse en el Congreso de la Nación: "Te voy a decir mi posición, pero antes quiero aclarar que no creo que sea el momento en que quisiera hablar de ese tema… yo no estoy a favor de la legalización del aborto".

Acto seguido, pidió sumar voces de los sectores populares y no solo de "mujeres de determinada clase social", a fin de incorporar al debate las voces de las mujeres de las barriadas populares, que lamentablemente aportan el mayor número de muertes maternas por complicaciones derivadas de abortos realizados en condiciones inseguras.

Me hizo mucho ruido esa respuesta. Me quedé pensando, recordando aquellos agitados días de 2009 y 2010, cuando desde la Federación Argentina Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt) se logró la celebración de un primer matrimonio igualitario, que luego serían 10 antes de la ley, y la ola se tornó imparable; logró la sanción de la ley que se había presentado en 2005, tan solo cinco años después.

Algo similar se respira en estos días. Fruto del trabajo incansable del movimiento de mujeres, el tema de la legalización del aborto copó la agenda pública y, con "picardía política", el Gobierno decidió habilitar el debate en el Congreso; lamentablemente vivimos en una democracia débil en la cual todavía el Poder Ejecutivo "habilita" debates y temas a los otros poderes del Estado.

La pelota ya está en la cancha. Y comenzó a rodar. Y con ella, los viejos argumentos que intentaron evitar o al menos postergar debates que vivían hace años en la sociedad. Pasó con el voto femenino, pasó con el divorcio vincular, pasó con el matrimonio igualitario y la identidad de género, y pasa ahora con el aborto.

La legalización del aborto no es un tema nuevo en la agenda. Las mujeres en Argentina y el mundo abortan todos los días. En qué condiciones de salubridad y seguridad lo hagan depende de que se legisle y apruebe el proyecto de ley que la Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito impulsa en la Cámara de Diputados desde el año 2007. Y desde allí cada año con apoyo creciente por parte de diputadas y diputados de todas las bancadas.

Nadie pide permiso para abortar, como nadie pedía permiso para separarse y casarse "vía Paraguay", convivir con su pareja del mismo sexo y formar una familia o vivir de acuerdo con la identidad de género autopercibida. Cada una y cada uno vive, más allá de las leyes, la vida de acuerdo con lo que siente.

Sin embargo, parece que para legislar sobre estos temas nunca es el momento. Siempre hay urgencias, que tampoco se resuelven, sea dicho. El hambre en el mundo, la baja del déficit, el crecimiento de la economía, la disminución de la pobreza, la corrupción: todos temas de primera para los que parece siempre estamos preparados, pero ni se resuelven, ni se abordan. Al igual que los temas polémicos.

El debate ha comenzado. Argumentos como los que escuché de este dirigente social abundarán, así como abundaron en los otros debates, algunos tan recientes como el del matrimonio igualitario.

En aquel momento escuchamos que no era el momento, que la sociedad no estaba preparada, que se disolvería la familia, que era una ley K, que era una ley anti K, que era una ley para "mojarle la oreja" al entonces cardenal Jorge Bergoglio, que no tenía apoyo social, que había que dar un debate más profundo, que solo importaba a las clases medias del puerto y el centro del país. Les suena, ¿no?

El debate por el aborto seguro, legal y gratuito es una de las deudas de la democracia, un tema de salud pública no resuelto que provoca aún hoy miles de muertes de mujeres por causas evitables, en su mayoría mujeres de los sectores populares. Por eso, más allá de las tentaciones políticas, este debate debe darse ahora, con enorme responsabilidad, con argumentos, con aportes científicos, escuchando todas las voces, pero fundamentalmente avanzando hacia la ampliación de derechos y libertades de todas las mujeres en nuestro país, en un camino que han marcado otras iniciativas y nos han hecho cada día una sociedad más abierta, plural y respetuosa.

Ni de Cambiemos, ni de la oposición. Ni contra el Papa, ni para mojarle la oreja a nadie. Ni de ningún sector social determinado, ni para abrir nuevas grietas. El aborto seguro, legal y gratuito será una conquista de todos.

El autor es subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual del Gobierno de Santa Fe. Vicepresidente de la Falgbt.

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