Por Sebastián Serrano, CEO y co-fundador de Ripio
El reciente anuncio de la preventa del Petro (PTR), criptomoneda impulsada por el gobierno de Venezuela, generó muchas repercusiones en distintos ámbitos, desde el propio sistema financiero internacional hasta la comunidad cripto, y no fue un tema que haya pasado desapercibido en los medios.
Desde nuestro punto de vista creemos que es muy interesante el hecho de que un gobierno empiece a utilizar esta tecnología y este es solamente el primero de muchos. Ahora bien, hoy que ya han pasado algunos días desde su puesta en marcha, conviene analizar algunos aspectos de la noticia que van más allá del lanzamiento.
Por ahora, de acuerdo a nuestro análisis, la información que se puede encontrar en los canales oficiales acerca del Petro es poca y algo dudosa. Por ello, las opiniones y análisis y comentarios al respecto en las redes sociales son controversiales. En el sitio http://petro.gob.ve existe un manual disponible en varios idiomas que establece cómo adquirir PTR. El primer paso es registrarse en un sitio del Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria Ciencia, Tecnología (MPPEUCT). En nuestro caso intentamos probarlo pero nunca nos llegó el correo de confirmación del registro.
Inicialmente el Petro iba a ser un token ERC-20 basado en la red de Ethereum pero fue modificado a último momento y se decidió que la preventa sea en la red NEM. De momento, el equipo de NEM aclaró en Twitter que "la NEM Foundation no está directamente involucrada con este proyecto (Petro) y no estamos en posición de controlar ningún proyecto de código abierto". Esta incertidumbre se añade a otras contradicciones y cambios de último momento que surgieron el día de la preventa. Hasta el momento las inquietudes de los usuarios interesados no han sido aclaradas por parte de las autoridades venezolanas.
Según el borrador inicial, la red Petro estaría basada en el código de Decred y no será minable. Además, el Petro sería canjeable por dinero fiduciario y otros criptoactivos a través de casas de cambio digitales. El Estado venezolano manifestó que aceptará el pago de impuestos, obligaciones, tasas, contribuciones y servicios públicos nacionales en PTR, pero hasta el momento no ha habido pronunciamientos de casas de cambio reconocidas para adoptar esta criptomoneda.
Algunas voces dentro de la comunidad cripto se expresan preocupadas por el control que ejerce el gobierno sobre la nueva moneda argumentando que, a diferencia de las demás criptomonedas, PTR no es descentralizada, sino construida como una blockchain federada, bajo supervisión del gobierno o de sus entes y esta característica no daría ningún tipo de reaseguro frente a un mercado cambiario arbitrario.
En la medida en que la información se normalice y las dudas acerca del Petro sean aclaradas por el ente emisor, podremos tener un panorama algo más claro acerca del potencial de este criptoactivo. Mientras tanto, este experimento es resonante porque llega de la mano de un Gobierno.