Francisco y las fake news

El Santo Padre propone el antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad que es la verdad, una verdad que, entendida desde la visión cristiana, no es solamente sacar a la luz cosas oscuras

Nos proponemos comentar un aspecto de la comunicación que el Papa hizo el pasado miércoles 24 de enero, día de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, con motivo de la preparación de la 52ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se realizará el 13 de mayo de este año bajo el lema "La verdad os hará libres" (Jn 8:32), pero no precisamente donde exhorta a los hombres de prensa a retornar a la esencia de su profesión y les encomienda la misión de ser custodios de las noticias, que sería la parte central de su mensaje. No. Nos proponemos extraer y reflexionar sobre algunos de sus conceptos que tienen que ver con la manera en que podemos prevenir el engaño, la manipulación a través de noticias infectadas de falsedad que, por lo general, pretenden influenciar en nuestras decisiones.

El pontífice explica que la eficacia de las fake news se debe, en primer lugar, "a su naturaleza mimética, es decir, a su capacidad de aparecer como plausibles"; y en segundo lugar, a que son verosímiles y capciosas: "Son hábiles para capturar la atención de los destinatarios poniendo el acento en estereotipos y prejuicios extendidos dentro de un tejido social, y apoyándose en emociones fáciles de suscitar, como el ansia, el desprecio, la rabia y la frustración".

Creo entonces que, siguiendo el mandato que da el Papa a periodistas y medios de no solo informar sino también formar, vale detenernos y explicar el significado de los términos de su comunicación. De tal forma que el lector cuente con herramientas para hacer un adecuado análisis del discurso periodístico distinguiendo las noticias falsas y las noticias verdaderas.

"Plausible", del latín plausibilis, adjetivo que procede del verbo plaudere, puede traducirse como 'aplaudir', por eso su primera acepción se refiere a aquello que merece recibir un aplauso. Sinónimos son "laudable, loable, elogiable, meritorio, encomiable, admirable". Plausible puede ser, por ejemplo, dar una información enderezada a combatir la pedofilia, algo que todos aplaudimos, poner el énfasis en la lucha contra la pedofilia en la Iglesia donde, escudándose en lo sagrado, un desviado mental con sotana abusa de menores, algo que seguimos aplaudiendo. Sin embargo, puede darse el caso de que la denuncia contra el tal cura sea falsa, de donde lo plausible no siempre es verdadero.

"Probable" es aquello que en determinadas circunstancias por lo general ocurre. Por ejemplo, cuando decimos que es probable que quien tiene un accidente en una motocicleta a 120 km por hora, sin casco, sufra un daño serio. O que después de una fuerte lluvia de verano, salga el sol. Sin embargo, pueden no darse ninguno de los dos resultados.

"Verosímil" es aquello que tiene apariencia de verdadero y resulta creíble. Es verosímil la noticia de que Lionel Messi convirtió dos goles en el último partido del Barcelona con el Real Madrid, aunque en verdad no convirtió ninguno, con lo cual vemos cómo lo creíble puede ser falso.

Otro tanto ocurre en la relación de la exactitud o la precisión con la verdad. Un relato me dice que en este momento, detrás de la Porta Santa de la Basílica de San Pedro, en Roma, hay un sujeto con un uniforme de guardia suizo de 1,92 de altura, rubio y de ojos claros, lo que es altamente posible, probable, verosímil y, por lo tanto creíble, y al mismo tiempo es falso.

"Capcioso" es un término que designa un discurso engañoso, que envuelve algo que es falso; muchas veces una palabra o una expresión que tienen un doble sentido, que pueden entenderse textualmente o que debe buscarse el significado oculto. Pongamos por caso el chiste donde uno le afirma a otro: "¿Te doy una mano?". El otro le dice: "Sí, gracias". El primero dibuja una mano y se la entrega.

"Estereotipo" es un conjunto de creencias fijas que un grupo tiene sobre otro. Se trata de una representación o un pensamiento inalterable a lo largo del tiempo, que es aceptado y compartido a nivel social por la mayoría de los integrantes de un grupo, pueden ser de tipo sociales (por ejemplo, caretas, grasas), culturales o religiosos (por ejemplo, chusmas, chupa cirios) o raciales (por ejemplo, bolitas, judíos).

Un estereotipo puede ser el secretismo que se cree que impera en las relaciones del poder clerical y otros poderes. Así, la noticia de que el Santo Padre se reunió en la tumba de San Pedro que está en las grutas vaticanas debajo del altar papal de la Basílica de Roma con el líder norcoreano Kim Jong-un, quien habría viajado de incógnito con ese fin resultaría creíble no obstante ser por una información falsa.

Por último, digamos que el prejuicio, del latín praeiudicium, significa 'juicio previo' o 'pre-juzgar', tanto como decir juzgar antes de tener certeza, sin certeza, dar una mera opinión. Así, decir que el lamentable deceso de la periodista Débora Pérez Volpin se produjo a causa de la anestesia, primera versión que difundieron algunos medios, fue un juicio previo que tuvo que ser desmentido por expertos para que la prensa no continuara mortificando al pobre anestesista.

La búsqueda de la verdad por la vía del encuentro

Ante este complejo panorama, el Santo Padre propone el antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad que es la verdad, una verdad que, entendida desde la visión cristiana, no es solamente sacar a la luz cosas oscuras, "desvelar la realidad", como lleva a pensar el antiguo término griego que la designa, aletheia (de a-lethès, 'no escondido'), sino que la verdad "tiene que ver con la vida entera: es aquello sobre lo que uno se puede apoyar para no caer".

Para esto sugiere dos ingredientes que no pueden faltar para que nuestras palabras y nuestros gestos sean verdaderos, auténticos, dignos de confianza: la liberación de la falsedad y la búsqueda de la relación personal, ya que la verdad "no se alcanza realmente cuando se impone como algo extrínseco e impersonal; en cambio, brota de relaciones libres entre las personas, en la escucha recíproca". En el encuentro y el diálogo. (Del mensaje del papa Francisco, 24 de enero de 2018).

Se nos antoja que el encuentro y el diálogo entre el periodista y el lector, en términos amplios, puede ser un encuentro interpersonal y, cuando a ambos los anima el espíritu de la verdad, puede hablarse de una auténtica amistad.