Podrán hacer mil retoques, pelearse, cambiar índices, prometer bonos, pero la realidad es que los actuales jubilados y los futuros jubilados estamos en el horno.
Muchos jubilados se indignan y dicen que ellos aportaron durante tantos años y que esa plata es de ellos. Aquí hay una gran confusión, lo que los actuales jubilados aportaron y lo que hoy estamos aportando no es tal cosa. Lo que hicieron los actuales jubilados fue pagar un impuesto sobre su salario para pagarle la jubilación a los que en su momento estaban jubilados. Por eso, los que actualmente aportamos al sistema no aportamos, simplemente pagamos un impuesto para sostener a los actuales jubilados.
En eso consiste el nefasto sistema de reparto, unos pagan impuestos para pagar la jubilación de los jubilados. No hay ahorro, ni fondos propios en el sistema estatal de reparto. Solo impuestos.
No hay ahorro, ni fondos propios en el sistema estatal de reparto. Solo impuestos
Ahora bien, ¿de qué depende el ingreso de un jubilado en un sistema de reparto?
1) De la tasa de impuesto que sobre la nómina salarial se aplique. Cuanto más alta sea la tasa, no necesariamente mejorará el ingreso de los jubilados. Puede ser que la gente prefiera trabajar en negro para no tener que pagar tantos impuestos sobre su salario si la tasa es muy elevada.
2) De la relación entre personas en actividad y jubilados. Con las tasas de impuestos que hay en Argentina sobre el salario, la relación debería ser 4 en actividad sosteniendo a un jubilado. Sin embargo la relación da 1,2 en actividad por cada jubilado. Apenas se cubre el 25% de la relación. Ni sumando los 5 millones de trabajadores en negro se arrima el bochín a los 2 por jubilado.
3) El nivel de ingreso de los que están en actividad. Cuanto mayor sean la productividad y el salario real, mayores serán las jubilaciones dado que los porcentajes de los impuestos que se aplican sobre los salarios, se aplican sobre salarios altos. No es nuestro caso dado que la baja tasa de inversión de décadas populistas determinan salarios reales bajos y, por lógica consecuencia, los impuestos al trabajo para financiar las jubilaciones se aplican sobre salarios bajos. Un porcentaje sobre miseria solo puede ofrecer jubilaciones de miseria.
Un porcentaje sobre miseria solo puede ofrecer jubilaciones de miseria
4) Tasa de desocupación. En la Argentina, estadísticamente la tasa de desocupación no es tan alta, pero en los hechos hay mucha gente que "trabaja" en el Estado que en realidad son desocupados encubiertos. La desocupación es mayor a la que figura en las estadísticas.
En definitiva, por más duro que suene, los jubilados actuales no pueden aspirar a mejorar notablemente su ingreso. En el mejor de los casos podrán mantener su ingreso en términos constantes si se aplica el ajuste que propone el Gobierno porque acompañará la inflación. Seguir con el viejo sistema es una irresponsabilidad porque hay un agujero fiscal fenomenal y además tiene volatilidad porque si cae la recaudación los ajustes de salarios pueden estar por debajo de la inflación y los jubilados perder poder de compra.
Por otro lado, es de esperar que en un futuro bajen los impuestos para atraer inversiones y dejar de ahorcar a los que estamos en blanco, de manera que la tasa de crecimiento de los ingresos tributarios puede no crecer como creció hasta ahora.
Es de esperar que en un futuro bajen los impuestos para atraer inversiones y dejar de ahorcar a los que estamos en blanco
En definitiva, creo que el Gobierno, como ya es costumbre, no sabe comunicar problemas económicos tan elementales como que el sistema de reparto es inviable y que es mejor asegurar el ingreso real a tirar la moneda al aire a ver cómo sale la recaudación. Tampoco supo comunicar algo tan básico como que el ajuste por inflación trimestral es mejor al ajuste semestral que regía hasta ahora. ¿O acaso es lo mismo, en un país con inflación alta como Argentina, que me ajusten los ingresos cada tres meses en vez de cada seis? Hay que ser muy bruto para no advertir que es preferible el ajuste trimestral por inflación que el semestral como el de ahora.
Lo que tal vez debería haber hecho el gobierno es no postergar un semestre la aplicación del nuevo sistema de ajuste y comenzar a aplicarlo desde diciembre.
En síntesis, con todas las letras, el sistema de reparto es un desastre y solo puede ofrecer miseria. Lo máximo que puede hacerse es tratar de moderar el impacto en los actuales jubilados y pensar un sistema individual hacia el futuro en que los jóvenes actuales no sean condenados a la miseria como lo fueron los actuales jubilados y los que dentro de algunos años nos jubilaremos.
Digan la verdad y con todas las letras: el sistema de reparto es una condena a la miseria. Otra desgracia que nos dejó el kirchnerismo cuando nos robó nuestros ahorros en las AFJP y volvimos a este nefato sistema populista de jubilaciones.