Buena noticia para Macri, gana Merkel en Alemania

Hay Merkel para rato, y sin duda Macri enviará pronto un telegrama de felicitación a su “socia”. La política exterior no es una virtud en el gobierno macrista, probablemente sea el costado más débil del PRO

El presidente Mauricio Macri "perdió" las elecciones en Estados Unidos, pero ahora conseguirá recuperarse. En las elecciones del 24 de septiembre, el triunfo estará de lado de su aliada Ángela Merkel, la mujer superpoderosa de Europa que todos admiran, no sólo por la marcha de la economía. Merkel sumará otro mandato más de gobierno consecutivo, logrando estar al frente de la cancillería de Berlín por 16 años, en un caso único de "Merkel eterna" como alguna vez imaginó el kirchnerismo para Cristina.

El partido de Macri, hoy PRO, antes Compromiso para el Cambio (CPC), está asociado políticamente a la coalición socialcristiana que lidera Merkel, una curiosidad admirable teniendo en cuenta que su partner local, la Unión Cívica Radical, está integrado en la socialdemocracia europea, la oposición interna al gobierno actual en Alemania, muy devaluada por cierto.

El único líder mundial que no admira a Merkel es Donald Trump, y claro que no es una nimiedad. A poco de asumir sus responsabilidades en Washington, Trump amenazó, y lo sigue haciendo, a la billetera de los europeos. La NATO cuenta con un presupuesto que obliga a los países socios a cumplir con un aporte del 3% anual para los gastos de la organización, que nadie cumple en Europa. Estados Unidos cubre el déficit que ahora el nuevo presidente está dispuesto a cuestionar. Y no es la única controversia. Alemania en tiempos de Merkel goza de un superávit fiscal que amenaza en todo momento las buenas relaciones comerciales internacionales y provoca protestas en Estados Unidos bajo el comentario público de "vende mucho, compra poco".

Pero hay Merkel para rato, y sin duda Macri enviará pronto un telegrama de felicitación a su "socia". La política exterior no es una virtud en el gobierno macrista, probablemente sea el costado más débil del PRO. Falló la "inteligencia política" en las elecciones de Estados Unidos y no logró sacar del pantano venezolano al presidente que jugó como dirigente político antes que como estratega. Se nota la falta de equipo, como prometió el Presidente en las elecciones, al punto tal que se vio obligado a designar una canciller alejada del país en los últimos veinte años y ahora, mejorando el desempeño, a otro canciller que no pertenece políticamente al macrismo. Susana Malcorra llegó con una brillante carrera administrativa en la ONU, aunque nunca se pudo leer un compendio de sus ideas en la prensa escrita, en algún material literario. Del actual Jorge Faurie tampoco, pero es un reconocido diplomático de larga experiencia en los asuntos públicos de gobierno, aunque nada tenga de común con la política macrista.

La ausencia injustificada del presidente Macri de la Asamblea Anual de la ONU es por demás ingrata para la rica trayectoria argentina en la materia.

En la Cámara de Comercio Argentino-alemana se cuentan al menos quinientos socios que representan intereses alemanes en la Argentina, muchas de ellas, empresas de larga historia en el país, desde industriales, las más antiguas, hasta químico-farmacéuticas. Merkel estuvo en Buenos Aires con un grupo de poderosos empresarios alemanes que dejó un mensaje muy claro: "Vamos a esperar la recuperación antes de invertir, aunque el Gobierno está en el buen camino".

La asociación con Merkel de todas maneras no significa para Macri un camino de rosas. La jefa del gobierno alemán mantiene una sorda disputa con el presidente de Rusia. No sólo por motivos económicos, el famoso gasoducto que alimenta industria y familias en el oeste europeo, las invasiones militares de Vladimir Putin a Ucrania y la amenaza a otros países fronterizos, la colaboración con el régimen dictatorial de Bashar al Assad como contrapartida al puerto de Tartús, en Siria, para la flota rusa del Mediterráneo son algunas, quizás las más sobresalientes.

Pero Putin es por ahora una necesidad para el gobierno de Macri, que pretende otorgarle el papel de primera figura en la reunión del G20 del año próximo en Buenos Aires. Y teniendo en cuenta el máximo interés personal de Mauricio, imposible no incorporar a la agenda lo que significa el próximo Mundial de Fútbol a jugarse en Rusia, que lo mantiene bastante intranquilo. Son motivos más que suficientes para no generar chispazos con el mandatario ruso.