Se necesitan más héroes para liberar a los esclavos de hoy

La trata de personas es un delito aberrante que nos priva de uno de los derechos humanos más básicos: el derecho a la libertad y la autodeterminación. Los gobiernos tienen la responsabilidad de aplicar todo el rigor de la ley para luchar contra este flagelo

El secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson e Ivanka Trump junto a Alika Kinan (Departamento de Estado de los Estados Unidos)

La esclavitud moderna existe en todos los países; inclusive, puede ocurrir en nuestro propio vecindario bajo la forma de trabajo forzado o trata de personas con fines de explotación sexual y consume la vida de más de veinte millones de personas en todo el mundo. Despoja a los individuos de sus derechos humanos más básicos, destruye familias, profundiza las redes delictivas y desafía la autoridad del gobierno. Es injusta e inhumana.

Ningún país, incluidos Estados Unidos y Argentina, es inmune al flagelo de la trata de personas. Los tratantes apuntan con frecuencia a las poblaciones vulnerables y habitualmente las víctimas están ocultas a la mirada pública. Es así como estos delitos permanecen en las sombras, donde resultan fáciles de ignorar y difíciles de erradicar.

Sin embargo, los esfuerzos heroicos de muchos grupos e individuos en todo el mundo en la lucha contra la esclavitud moderna han brindado algunas razones de esperanza. Ahora mismo, en Argentina, Alika Kinan está derribando barreras y promoviendo herramientas más fuertes para llevar a la Justicia a los responsables de la trata. Víctima de explotación sexual, Alika sobrevivió a esta cruel experiencia y hoy se dedica a ayudar a lograr justicia para otros sobrevivientes y a que los responsables paguen por los delitos que cometieron. Ahora libre de la esclavitud, Alika hace oír su voz para ayudar a que otros escapen del mismo destino.

Alika es la primera sobreviviente de la trata de personas en Argentina que gana un juicio civil por daños y perjuicios por trata de personas con fines de explotación sexual. En noviembre de 2016, colaboró para lograr la condena de sus captores y ganó el juicio civil y un resarcimiento económico. Esta fue la primera vez en la historia de Argentina en que se ordenó a un gobierno local pagar una compensación de este tipo a una víctima de la trata de personas.

Imaginen por un momento el coraje que necesitó Alika para enfrentar a sus captores ante la Justicia y contar su terrible historia en público. Desde su rescate, en 2012, Alika ha defendido incansablemente los derechos de las mujeres tanto a nivel nacional como provincial. Ha trabajado en conjunto con el gobierno argentino para mejorar su respuesta ante este delito y continúa luchando en defensa de las víctimas de la esclavitud moderna para que tengan mayor acceso a servicios esenciales tales como tratamiento médico, vivienda, capacitación laboral y educación.

En reconocimiento a su extraordinario coraje para combatir la esclavitud moderna en sus expresiones más aberrantes, Alika fue distinguida por el Departamento de Estado de Estados Unidos con el Premio Héroe contra la Trata de Personas, que recibiera de manos del secretario de Estado Rex Tillerson e Ivanka Trump.

Su tenacidad y su liderazgo en esta lucha muestran los avances positivos que se están logrando en la Argentina para combatir la trata de personas y los obstáculos que ha enfrentado nos recuerdan que el trabajo debe continuar si queremos ver el fin de la esclavitud moderna. Cabría preguntarnos entonces: ¿cómo podríamos trabajar juntos aún más para erradicar esta afrenta a los derechos humanos?

La información y la concientización constituyen un paso crucial en la lucha contra la trata de personas. El Informe Anual sobre Trata de Personas que emite el Departamento de Estado todos los años es un gran recurso como parte de este paso inicial para mejorar la situación. Este documento brinda información que evalúa y describe en detalle el nivel de acciones gubernamentales en la lucha contra la trata de personas en 187 países, incluido Estados Unidos. El informe se basa en tres criterios: persecución penal, protección y prevención, y concientiza sobre este problema masivo y todavía oculto. Ningún problema que se niega puede resolverse. Leer y compartir los datos de este informe constituyen un primer paso concreto para informarnos e informar a otros sobre esta problemática.

La edición de este año pone especial énfasis en el pilar de la persecución penal. Destaca los desafíos legales que enfrentan los gobiernos para impartir justicia contra los responsables de la trata, tales como las barreras para construir los fundamentos de una causa sólida en su contra, las demoras en los procesos judiciales, las decisiones judiciales que exceden el marco penal y el problema de la complicidad y la corrupción de funcionarios públicos. A pesar de estos desafíos, el informe subraya claramente la necesidad de que todos los gobiernos trabajen para sancionar legislación sólida contra la trata de personas y lograr su aplicación por parte de las fuerzas policiales y de seguridad. También la necesidad de hacer de la trata de personas una prioridad a través de la asignación de fondos y recursos adecuados para combatirla.

Los esfuerzos para mejorar la persecución penal de los tratantes son fundamentales para impedir la explotación de más personas en el futuro. Las acciones legales fuertes contra los responsables de esclavizar a otros seres humanos también son importantes porque envían un mensaje disuasivo y previenen que otros se involucren en este tipo de prácticas.

Además de concientizar, el Informe sobre Trata de Personas describe una cantidad de estrategias concretas y efectivas que pueden implementar los gobiernos para ayudar a erradicar este flagelo. Estas estrategias, que contemplan los tres pilares —persecución penal, protección y prevención— incluyen aspectos tales como la identificación y la atención a la víctima, el trabajo conjunto con asociaciones civiles y los esfuerzos de prevención como, por ejemplo, identificar vulnerabilidades en las cadenas de producción global.

La trata de personas es un delito aberrante que nos priva de uno de los derechos humanos más básicos: el derecho a la libertad y la autodeterminación. En este sentido, los gobiernos tienen la responsabilidad de aplicar todo el rigor de la ley para luchar contra este flagelo de modo de hacer justicia para los actuales sobrevivientes e impedir que el delito se siga sucediendo. Si bien todo esto no puede devolverles el tiempo perdido, sí puede garantizar que tengan la justicia y reciban la dignidad que merecen por el dolor que soportaron.

Los gobiernos pueden lograr avances en pos de una sociedad más estable, segura y libre, siguiendo el camino trazado por héroes de carne y hueso como Alika Kinan, librando las duras batallas con determinación y haciendo de la lucha contra la trata de personas una prioridad. Es un orgullo para el gobierno de Estados Unidos unir esfuerzos con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales de Argentina para poner fin a la esclavitud de la era moderna en este gran país.

El autor es el Encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en Argentina.