Nota escrita en colaboración con Facundo Pastor
En febrero del pasado año, cuando la cotización del dólar escaló por encima de los 16 pesos en unos pocos días, Federico Sturzenegger decidió llevar la tasa de referencia de política monetaria, en ese entonces, de Lebac a 35 días, al 38 por ciento. A partir de ese momento, las Lebac se transformaron en una de las vedettes del sistema financiero y todo el mundo hablaba, o quería saber, acerca de la próxima licitación del Banco Central (BCRA) para decidir si invertir en estos instrumentos o no.
En unas pocas semanas, aquel que no sabía qué eran las Lebac o de cuánto era su rendimiento a 35 días, era considerado un outsider. A su vez, en este escenario, la combinación de tasas altas con endeudamiento externo era el ingrediente necesario para que tomara forma otras de las estrellas de la city, el carry trade, más conocido como "bicicleta financiera".
Dada la proximidad de las elecciones de medio término, analizaremos una de las mayores críticas recibidas por el BCRA: "Con este nivel tasa nadie va invertir en la economía real" y "lo mejor que puede hacer aquel señor que tenga un dinero ahorrado es subirse a la bicicleta financiera actual".
Desde Hacienda y el resto de los ministerios en los que se ha desintegrado la cartera de Economía plantean que, para reactivar el nivel de actividad, es necesaria una tasa de interés más baja. No obstante, el BCRA se aferra a su meta inflacionaria, bajo el lema de que una meta que se cambia no es una meta, y reafirma su postura de endurecimiento monetario, deja flotar el tipo de cambio.
Prueba de esto último es que viene a referencia el cisne negro de Brasil. La semana pasada, el escándalo de corrupción que salpicó la presidencia de Michel Temer, luego de la salida de Dilma Rousseff, generó una suba de la cotización del dólar que alcanzó su máximo el martes 22 de este mes, cotizando a 16,185 pesos, 0,655 centavos por encima de la cotización de la semana anterior (+4,5%), y el BCRA lo dejó flotar, mostrando que su foco está puesto en la política monetaria y no en la cotización de la divisa estadounidense.
Entonces, con un tipo de cambio que no es indiferente a lo que suceda en Brasil y con su crisis política lejos de finalizarse, ¿sería beneficioso que el BCRA cediera ante las presiones para bajar su tasa? ¿Creerían los agentes económicos que esta eventual baja de tasa de interés es una política permanente y que llegó la hora de invertir en activos reales? ¿O más bien saldrían corriendo a comprar dólares, bonos o acciones y seguir buscando rentabilidad a través de otros instrumentos del sistema financiero?
De acuerdo con lo analizado, dado el perfil de los hacedores de política monetaria, nadie tomaría a esta medida como permanente y todos buscarían refugio en otros activos financieros, siendo el dólar el más solicitado. Tengamos en cuenta que, ante aumentos de la incertidumbre, estar posicionado en dólares nunca será considerado una mala decisión.
¿Y qué pasaría con el tipo cambio ante este aumento en la demanda de dólares? Volvería a subir, como cada vez que se bajaron las tasas de interés.
Teniendo en cuenta el contexto inflacionario actual, que si bien se está desacelerando continúa muy por encima de la meta del BCRA, está más que claro que una suba del tipo de cambio nominal se trasladaría a precios, frente a lo cual la autoridad monetaria se vería nuevamente obligada a subir la tasa de interés, resintiendo la débil economía real, que no logran apuntalar en los meses previos a las elecciones. ¿Y qué ganaría el BCRA con este cambio de política? No ganaría nada y perdería la credibilidad que está tratando de ganar a partir de diciembre de 2015.
No obstante, debe destacarse que las fluctuaciones del mercado cambiario ante shocks exógenos como el Brexit, el triunfo de Donald Trump y ahora el escándalo en Brasil introducen incertidumbre en el mercado financiero respecto al carry trade, ya que la ganancia de un mes se puede esfumar en un día. La incertidumbre será una variable que habrá que incorporar (cada vez mas) a la hora de tradear con monedas emergentes.