La salud pública desmantelada

Los aumentos concedidos por el gobierno nacional a las empresas de medicina prepaga han puesto a consideración de muchísima gente la posibilidad de bajar un escalón el tipo de prestación que tienen contratada y en algunos casos pasarse a la salud pública culmina siendo la única opción viable.

Y aquí el punto. ¿Está la Salud Pública preparada para recibir ese contingente de argentinos que hasta hoy sólo recurrían a un hospital en caso de urgencia?

La respuesta es mas que obvia. No.
El caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires puede ser de análisis paradigmático.

Habituada a ser receptiva de pacientes extra territorio, lo cual ya es un tema en sí mismo, la CABA debería comenzar a dedicarse (por no decir preocuparse) a brindar una mejor atención médica.

Los 34 hospitales municipales, con la excepción del Fernández, son el ejemplo mas cabal de que en materia de salud, todo está muy mal. Los problemas se acumulan: malas administraciones de sus direcciones, falta de médicos, de insumos, de enfermeras/os y camilleros, mucho voluntarismo y poco profesionalismo.

En cada uno de ellos hay denuncias de todo tipo y calibre: médicas y enfermeras que argumentan acoso sexual de sus jefes, jefes que son directores y delegados gremiales al mismo tiempo, por lo tanto no queda espacio para la denuncia tradicional (aquella en que alguien que sufre esa situación se presenta en la dirección y denuncia al acosador, o lo hace ante el delegado gremial para qué sea el sindicato quien la proteja). ¿Por qué? Porque el director y el delegado son la misma persona.

Un caso de estas característica ocurrió en el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Moyano, donde la denunciante pudo avanzar con el tema por tratarse de una enfermera afiliada a UPCN. El caso de las médicas es distinto…. ¿Por qué? Porque gremialmente pertenecen a la Asociación de Médicos Municipales.

La AMM, único sindicato reconocido para los médicos, es presidida desde hace 16 años por una misma persona, el Dr. Jorge Gilardi, quien en realidad tiene presencia en el sindicato desde hace 32 años, porque previamente fue durante 8 años protesorero y luego otros ocho años tesorero, antes de ganar su primera elección de lista única. Los años en que Gilardi era reelecto de modo casi directo se convocaba a elecciones contra grupos minoritarios casi inexistentes debido a que durante los tiempos anteriores se fue gestando un perverso sistema en donde el gremio incorporaba a sus electores al sindicato otorgándoles direcciones y vice direcciones de hospitales como prebenda. Claro que contó durante esos años con la complicidad o anuencia de los Gobiernos de la Ciudad de turno.

Así fue que durante las últimas tres décadas, el hospital porteño fue una caja. La AMM coordinaba con el GCBA las autoridades, esos directores administraban con lo que había (a cambio obtenían sus beneficios personales), nadie controlaba nada, y a cambio se asumía el compromiso de no hacer medidas de fuerza ni entorpecer la gestión del Ejecutivo. Todo porque durante ese tiempo, las prioridades del contribuyente promedio de la ciudad eran, en este órden:

1. Seguridad
2. Transito
3. Plazas
4. Calles y veredas
5. Subtes
6. Educación
7. Salud

El interés de los gobiernos estaba en sintonía con los últimos puestos que la Salud ocupaba en la preocupación ciudadana. Claro que siempre estuvo entre las principales prioridades el SAME y un centro de alta complejidad como el Hospital Fernández. La guardia de urgencias y/o emergencia siempre es considerada una prioridad porque sea que tengan prepaga o no, los habitantes de la ciudad pasan por allí, y si no hay una buena atención todo quedaría en evidencia.

Volviendo a la AMM y su actual Presidente. Este año, por primera vez en su carrera, Jorge Gilardi enfrenta una oposición interna que amenaza con entorpecer sus casi automáticas reelecciones. Convocó como siempre lo hizo a una elección de junta electoral, y estableció el mecanismo de toda la vida, es decir a mano alzada (voto cantado). O sea, cada uno de los médicos municipales debía cantar su voto ante una asamblea de mas de 2 mil personas, que iba a escrutarlo en vivo y en directo a ver a quién votaba. El método ya de por si es ilegal (por la presión que se ejerce sobre el votante, que tiene que enfrentar a su jefe objetándolo, en caso de que vote por otra opción) y por lo tanto, fue recurrido ante la justicia, que determinó que la junta tendría una integración multipartidaria.

Habitualmente los cinco miembros de la junta eran de Gilardi, en esta oportunidad sólo pudo conservar dos asientos, los otros tres son para el Ministerio de Trabajo de la Nación (que tuvo que intervenir porque sino no se destrababa el atasco), una lista de extracción trotskista y una lista que se escindió del oficialismo y se plantó como alternativa a la actual conducción.

Las nuevas corrientes que se disputarán el 3 de agosto próximo la preciada AMM surgen como consecuencia del desmantelamiento que se hizo del hospital público en los últimos 30 años. En la actualidad, por citar casos, hay falta de médicos en el Hospital Piñero (nada menos que el hospital cabecera de Gilardi). Ubicado en el Bajo Flores, el Piñero no tiene pediatras, como lo certifica la foto que se puede ver.

Que falten médicos en el Piñero es un caso análogo a la pésima administración de Santa Cruz durante los 12 años de kirchnerismo a nivel nacional.

Pero las cosas en el Piñero son mucho mas graves que eso. El Dr. Edgardo Knopoff es médico psiquiatra y jefe en el Hospital Piñero y denuncia que muchos colegas suyos no pueden concursar si antes no hablan con la AMM. Afirma que los que tendrían que velar por ese derecho no hacen nada por miedo a represalias. Al mismo tiempo describe con precisión que los quirófanos no funcionan porque no hay aire acondicionado (no es un lujo, es una necesidad para operar en condiciones óptimas), muchas de esas salas quirúrgicas se convirtieron en depósito de trastos viejos. "Hace una semana el consultorio externo en que yo atiendo se inundó con residuos cloacales, a su vez, los empleados se quejan porque dicen que salen cucarachas de los teclados de la computadora. Todo es un caos. Arreglar eso no es tema del gremio, pero quejarse para dar mejor servicio a la gente, sí lo es" – dice Knopoff.

Todos los hospitales presentan un cuadro aterrador. Veamos un repaso por algunos otros casos que demuestran el desguace del sistema de salud…

Hospital Pirovano
1. Suspencion de cirugías por falta de médicos de planta en anestesia.
2. Guardia repleta de pacientes en camillas por varios días.
3. Médicos que denuncian aprietes del sindicato en caso de querer dejar asentada su queja.

Hospital Penna
1. Falta de nombramientos pendientes por no subordinarse al gremio, lo cual deriva en falta de profesionales para la atención.
2. Aprietes por parte de la dirección médica a instancia de las elecciones 2017.

Hospital Argerich
1. Sistema de diagnóstico por imágenes obsoleto.
2. Quirófanos no utilizados por falta de tecnología.
3. Falta de anestesistas.

Hospital Tornú
1. Aprietes para concurrir a la junta electoral por parte de la dirección.
2. Falta de insumos y falta de médicos terapistas.
3. Falta de enfermeros.
4. Camas cerradas: tiene disponibles 200 y funcionan 110.
5. Guardia funcionando desde hace 3 meses en forma inadecuada por refacciones inconclusas.

Hospital Durand
1. Paciente de emergencia que tenga que hacerse una placa, debe atravesar un espacio al aire libre de mas de 100 metros para acceder a la sala de rayos. Días de lluvia, en camilla, el paciente además de dolorido, llega mojado.
2. No hay personal de recepción: atiende lo que podría considerarse un "trapito de hospital". El personal de seguridad dice "yo no tengo nada que ver con eso, yo no estoy acá para atención".
3. En la sala de Shock Room de la guardia durante 3 días a la semana no hay un emergentólogo o terapista que controle los pacientes.
4. Internados en camillas en lugar de camas.
5. En el 4to piso del hospital hay 30 camas vacías, a la espera de que la dirección destine presupuesto para la contratación de enfermeras, pero como no hay enfermeras no se puede habilitar.
6. Falta calefacción en lugares donde hay personas mayores internadas.

En todos los hospitales a los médicos les muestran planillas en donde figuran descuentos por Impuesto a las Ganancias adeudados, quedando en muchos casos con sueldo CERO. Algo que por ley está prohibido. Para ganarse su "simpatía", los jefes les argumentan que pueden interceder para que les descuenten solo el 20%, es decir, lo que en realidad está establecido por ley para esos casos. Nadie hizo denuncia alguna por temor a las listas negras, en las cuales les inventan expedientes administrativos o si da la edad, los jubilan.

Como se puede comprobar, la salud porteña fue abandonada. Esperemos que esta sea la hora de recuperarla.